Conversación casual (y posiblemente ficticia)

--¡Hola!

--Ey, hola, ¿qué tal? ¿Qué haces por Cánovas con este calor? ¡Cuánto tiempo! ¿Cómo va eso?

--Pues nada, buscando curro. ¿No sabrás nada tú por ahí?

--No, no, está joía la cosa. Yo tengo aún y doy gracias, pero se dice que nos van a largar a unos cuantos. No hay un duro.

--Es una pena. Está todo el mundo igual. Entre cómo dejó esto el ZP y los recortes del barbas, el país se va a ir a la mierda.

--Pues sí. Hablemos de cosas más agradables porque vamos... Oye, me pareció verte en el basket el otro día, ¿no?

--Sí, hacía mucho que no iba. Yo creo que desde la temporada aquella del Pollito. Qué loco estaba el tío, eh. Pues sí fui, me animó lo de que ganasen allí en Burgos y me convenció mi chaval, que le gusta el basket. Y fíjate que no conoció el ascenso del 10 de mayo. Ni había nacido, pero le ha dado por jugar y por ver a esta gente del Aranzana. A mí me parece bien. Así no está en otras cosas.

--Ah, bien. Yo he seguido yendo todos estos años, estuviese en la categoría que estuviese. Fue terrible cuando estuvimos dos años sin baloncesto.

--Un poco sí. Pues ya te digo, el viernes me llevé un disgusto, qué poquito faltó. Les teníamos acojonaos a los de Burgos. Si les ganamos ese partido, no se escapan vivos del del domingo.

--Eso mismo pienso yo.

--Estaba solito el base ese catalán, ¿no? Dani, creo.

--Sí. Increíble, ¿verdad?

--Sí. Ahora va a ser muy difícil sorprenderles otra vez.

--¿Por qué no? Jugamos en casa.

--Ya, pero por lo visto se ha lesionado de gravedad el triplista veterano que es madrileño, este que estaba en el Estudiantes.

--Robles.

--Como se llame. Ya te digo que no los he visto este año ninguna vez hasta el otro día.

--Robles. Es un buen jugador, sí, y el equipo se queda con una rotación menos. Pero yo no veo por qué no se puede ganar el domingo.

--Vamos, hombre. Después de la hostia del otro día les va a costar levantarse.

--Pero ya les hemos ganado allí y el otro día fue igualadísimo, nos quedamos a esto de ganarles y ponerles un 2-1.

--Que no, coño. Que el equipo se ve que está muy justito.

--Qué pesimista eres, joder. Eres de esos cacereños que lo ven todo negro.

--Pesimista no, realista. A lo mejor es que tú eres muy optimista. La oportunidad era el otro día.

--Pues yo  te digo que no. Y es más: si se les gana el domingo, ellos van a estar con toda la presión en casa en el quinto el martes y a ver si no les damos otro susto.

--Tú flipas.

--Pues fliparé, pero vas a ver tú. Ya hablaremos. ¿Vas el domingo?

--No sé todavía. La entrada no le pillado todavía.

--Venga, coño. Anímate, es a las nueve. ¿Viste qué ambiente había el otro día?

--Sí, muy bueno, pero nunca volverá a ser como el año del ascenso o los primeros años de la ACB. Aquello sí era una fiesta.

--Qué pesaos con el ascenso y la ACB, igual que el Bujacocesto ese de los huevos con el blog, todo el día con la puta nostalgia. Vamos a mirar al presente, que es lo único que vale.

--Es que aquello...

--Aquello ya se acabó y no volverá. Vamos a dejarnos de historias.

--Ahora estás siendo tú el pesimista.

--Llevas razón. ¿Te vienes el domingo o no?

--Veeeeeeeeeeeeenga, vale. El otro día lo pasé genial.

--Es lo que cuenta, ¿no?

--Pues sí. Oye, y el tío largo ese que tenemos. ¿De dónde se lo han sacao? Me recuerda a Jiri...