jueves, 24 de marzo de 2011

Grandes y pequeñas crisis (una casi todos los años)

Quinta derrota consecutiva, paradójico ascenso de un puesto en la clasificación y de nuevo desangramiento total en los últimos minutos hasta terminar con un marcador duro. Muy malos síntomas. No voy a expresar mis opiniones esta vez porque no quiero que interfieran en la información que me toque hacer en los próximos días sobre el Cáceres Creativa, pero sí voy a recordar otros momentos de grandes crisis (nadie puede decir que esta no lo es) del baloncesto local. Casi a una por año, oigan.

Temporada 92-93. No fue un estreno soñado, por mucho que se ganasen los tres primeros partidos (dos de liga y uno de Copa). Desde la tercera jornada hasta la decimotercera, el Cáceres CB solamente ganó un encuentro, lo que ocasionó la destitución de Martín Fariñas tras caer 70-61 ante el Caja San Fernando. Pero no fue la última crisis del año: el equipo pareció reaccionar con Manel Comas (foto) y acercarse a estar fuera del "playout", pero cuatro derrotas consecutivas ante Unicaja, Andorra, Breogán y Ourense condenaron al penúltimo puesto. En el último de esta serie de partidos, todo un detalle: Comas alineó como titular a Dani Lago y lo hizo jugar 29 minutos (31 en total en toda su carrera ACB).


Temporada 93-94. Manolo Flores inició con poca gloria su primer periplo cacereño. Perdió los cuatro primeros partidos ligueros, además del sexto y el séptimo, por lo que visitaba Murcia súper cuestionado y con un balance de 1-6. Hay quien dice con bastante tino que seguramente hubiera sido destituido si no llega a ser por una agónica victoria por 82-83, con solamente 39 puntos de Nebojsa Ilic, que también andaba cuestionado. Lo más curioso es que de aquella situación tan desesperada surgió una auténtica máquina de hacer baloncesto que ganó nueve partidos de los diez siguientes y cimentó una buena posición el resto de la liga regular.



Temporada 94-95. Sí, el año de la semifinal de la Copa Korac. Pero no muchos recuerdan que en la vigésima jornada el Cáceres estaba en zona de "playout", cuarto por la cola, con un balance de 8-12. Los largos viajes y el apretado calendario pasaban factura a un equipo que al tiempo que impresionaba en Europa --eliminando a Oded Katash-- no conseguía ningún tipo de regularidad en España. El rumbo se enderezó y se acabó decimotercero, con 17-21.






Temporada 95-96. La crisis fue más interna que de resultados. En la jornada 26, con 12-14, se decidió hacer una "minipretemporada" en Cádiz, aprovechando el parón copero, pero Rod Sellers y Chris Smith se negaron diciendo que se iban a su país a pasar unos días. Así es que los dos a la calle, con el consiguiente ruido mediático que eso suponía. Luego llegó el perdón público que solicitó el pívot, que fue readmitido, y el despido definitivo del base-escolta, sustituido por Stanley Jackson. Tras ello, se subió del undécimo al décimo lugar y se equilibró el balance (19-19).





Temporada 96-97. El equipo salió muy tocado de la derrota en la final de la Copa del Rey, con una considerable división interna en la que todos se echaban la culpa a todos de haber perdido 17 puntos de diferencia en la segunda parte. A la fase de León había llegado metido en zona de "playoff" con 15-10. Pues bien, a partir de entonces, eliminación en la Copa Korac ante el Tofas Bursa del gran Rashard Griffith y tres victorias y seis derrotas ligueras que hicieron que descender hasta el décimo puesto liguero.




Temporada 97-98. La historia no empezó mal (2-2), pero ocho derrotas consecutivas (desde la quinta a la decimotercera jornada) supusieron la destitución de Manolo Flores tras un 104-63 en Málaga. Su equipo a esas alturas ya había cambiado a dos americanos (Godfread por McKey y Harris por Gaylon Nickerson) y de paso también había hecho el bobo por Europa (primera derrota de un equipo español en Chipre). La historia se repitió --con episodios tan sonrojantes como el corte de mangas de Rivas a la afición-- y la llegada de Comas no impidió disputar el "playoff" de descenso.




Temporada 98-99. En cierto modo, aquello del "Pesquera year" recordó a esto de ahora. La temporada iba más o menos decente, incluso con opciones de meterse en la fase final de la Copa con un equipo más bien limitadito y sin tercer extranjero en realidad. El Cáceres ganó en Granada en la decimosexta jornada por 68-78, un buen 19 de diciembre. Pues bien, ya no volvió a vencer fuera el resto de la temporada. Como se iba ganando en casa y se salvó la temporada sin problemas (más pendientes de las estrecheces económicas que se estaban empezando a notar) no hubo demasiado escándalo.





Temporada 99-2000. Año raro sin jaleos bajo el mando de Luis Casimiro, ¿no? Ni hubo clasificación copera ni "playoffs", pero tampoco rachas continuadas de derrotas ni problemas más allá de encontrar un pívot reserva tras la retirada de Toni Pedrera (Fran Ruiz, Fredy Navarrete, Voise Winters). En general había mucha ilusión con el estreno del pabellón y la sociedad Abrams-Paraíso.






Temporada 2000-01. Flores se equivocó volviendo al banquillo y lo pagó caro. Tras un 2-2 inicial, acumuló cinco derrotas seguidas --algunas muy rotundas como un 94-60 en Fuenlabrada-- y el resto de la directiva, quienes fundamentalmente mandan ahora en el Cáceres Creativa, por cierto, forzó a Valentín Pinilla a destituirle. Aseguran que tuvieron que parar que Pedro Núñez le echase en pleno partido ante el Caja San Fernando (75-59). Llegó Alfred Julbe y cataplof, ocho victorias en los siguientes nueve partidos y a la Copa de Málaga. Como son los jugadores, ¿verdad?




Temporada 2001-02. Julbe continuó la temporada siguiente con su frustrado quinteto de jugadores nacidos en USA (Turner-Queenan-Stewart-Alexander-Palmer) y, apenas iniciada la liga y en quince días, el equipo acumuló dos de las tres derrotas más abultadas en sus 11 años en ACB: la máxima (117-70 ante el Tau) y la tercera (94-60 ante Unicaja, 16-0 para arrancar). También encajó 120 puntos de récord poco después ante el Estudiantes (120-104). Llegó la clásica vorágine de cambios (Deon Thomas, Schutte, Ferrán) y no dio buenas sensaciones en toda la temporada, pero Cantabria y Gijón se metieron muy abajo desde el principio y una victoria en Torrelavega en la segunda vuelta sentenció la permanencia.



Temporada 2002-03. La crisis constante, multilateral y definitiva, mejor no detenerse mucho en ella: impagos a los jugadores, "fugas" de Petrovic y Deon Thomas, muy mal "feeling" entre Hussein y la hinchada, Hussein y Bermejo, Hussein y... Hasta se renunció a ganar un partido "en los despachos" por el "caso Baltanás". Total, que desde el principio abajo en la clasificación, aunque una victoria en Granada (61-65) dio esperanzas de salvación un 22 de marzo del 2003. Quién iba a decir que se perderían los nueve últimos partidos, récord de racha negativa en ACB...




Temporada 2003-04. Primer año en LEB Oro, entonces llamada LEB-1. Pero el niño nació muerto, porque se hizo un súper equipo sin haber dinero. Así es que los americanos (Sallier, Higgins, Damon Johnson, Washington) se fueron largando, llegó gente como Jiri Okac, Ramón Moya y Shea Seals (sí, ya sé que nadie lo recuerda) y se pasó de luchar por estar arriba a mantenerse en una discreta zona media.







Temporada 2004-05. El último año profesional del Cáceres CB fue más bien plácido en lo deportivo, seguramente por encima de lo esperado porque fue todo un éxito creo yo jugar los "playoffs" tras una enorme segunda vuelta. Lo más parecido a una crisis fue lo sucedido cuando llegó Josh Asselin, que posteriormente fue el gran valladar de aquella plantilla. Pues bien, nunca se ha publicado: su marcha se planteó muy seriamente en pretemporada porque no había llegado bien físicamente y arrastraba una lesión complicada. Pero se aguantó con él y los resultados saltaron a la vista.



(Dos años de por medio y creación del nuevo Cáceres 2016, fruto de la fusión entre el Cáceres Ciudad de Baloncesto y el Club Polideportivo San Antonio)

Temporada 2007-08. Esto lo tenemos bien cerca todos. ¿Surrealista, no? Fede Pozuelo gana los cuatro primeros partidos en LEB Plata, todo el mundo fantasea con un ascenso prácticamente consumado a la superior categoría... y lo siguiente son siete derrotas consecutivas (aún recuerdo aquellas retransmisiones de Cornellá y Sabadell...) que sitúan al equipo abajo en la tabla. Entró Piti por Pozuelo y aún habría dos derrotas más (Gijón y Ourense). Decimoquintos en la decimotercera jornada. Desde entonces, 16-5 y séptimos.




Temporada 2008-09. El estreno del nuevo proyecto en Oro vivió más convulsiones fuera de la cancha que dentro. Se perdieron 7 de los últimos 8 partidos, pero el público reaccionó aplaudiendo al equipo, consciente de lo que estaba ocurriendo: Wayne Simien se va a por tabaco y a salvar almas, Moss juega uno y se pierde tres, aparentemente retirado del basket, Cage y Ruikis meten alguna de vez en cuando...




Temporada 2009-10. La salida de Piti fue en unas circunstancias borrascosas, pero seguramente el peor momento de la temporada fue tras aquel desastre en casa ante el Mallorca (82-85), en la undécima jornada, y ya con Aranzana en el banco. Con solamente una victoria por encima de la zona de "playout" (14º, 4-7), a partir de entonces la reacción fue espectacular, sobre todo tras la llegada de Carlos Cherry: 20-14 y 6º al final con solamente una derrota más en liga regular en casa.

sábado, 19 de marzo de 2011

Cáceres Creativa: Yo tampoco sé por qué



¿Qué está pasando? La verdad es que nadie, nadie, nadie lo sabe a ciencia cierta. Gustavo Aranzana habla fugazmente de problemas de concentración, de exceso de ansiedad. No cuestiona públicamente la actitud de los jugadores. Sería entrar en un terreno demasiado peligroso, porque cuando se acusa de pasotismo a un grupo humano es más probable que se vuelva aún más en contra la situación. De hecho, el entrenador esgrime en privado detalles para subrayar que esto no es así: a los entrenamientos voluntarios acude buena parte de la plantilla, no se oye ni una mosca en el autobús cuando se pierde fuera como síntoma de que las derrotas no dan igual… Cierto que hay algún que otro jugador totalmente desenganchado e incómodo en lo personal, pero no son de esos que hacen ganar o perder partidos.




Sin embargo, para solucionar cualquier dificultad en la vida, primero hay que encontrar qué la está provocando. En eso están, está claro, porque lo que hasta ahora tenemos son únicamente consecuencias, no motivos. Que si desde fuera se está metiendo poco, que si se encajan parciales muy grandes, que si en el rebote el rival suele estar más atento, intenso, que si determinados jugadores bajan muchísimo fuera de casa, y eso se ha transmitido a los partidos del Multiusos…



Quizás lo único que ha pasado es que el equipo no es tan bueno como creíamos, o como nos hizo creer buena parte del año: que la fórmula esta que llevábamos diciendo toda la temporada (“hay 7-8 jugadores de mucha calidad”) tiene demasiadas grietas para un maratón de 34 partidos. A poco que ha habido lesiones en alguno o algunos de ellos, y las consiguientes recuperaciones y malas formas posteriores, el edificio se ha tambaleado, y mucho.



Lo único bueno que se puede decir ahora (aparte de los interesantes minutos que ofrece Arturas Valeika) es que no ha pasado nada irremediable, que aún es posible acabar la historia con una buena sensación. Se ha dilapidado la renta obtenida durante lo que hasta ahora había sido una temporada notable y habrá que currarse en los partidos que quedan estar como mínimo quintos, lo cual es perfectamente posible a poco que se reaccione y se ganen tres de los cinco, que no es mucho pedir, digo yo. Pero claro, cuando vienes de perder contra los dos últimos, cualquier piedrecita en el camino te parece el Everest. Veremos.

miércoles, 16 de marzo de 2011

"Top ten" del Femenino Cáceres

Por segundo día consecutivo voy a hablar sobre el Femenino Cáceres. Estas rachas me dan. Esta vez va a ser algo más positivo que lo de ayer, está claro, pero sobre todo este “ranking” va a servir para destacar que ha habido tiempos mejores en el club. Aquí va un “All Star” de lo que ha pasado por aquí desde que se logró el ascenso a Liga Femenina 2 en la temporada 2002-03.




1. Estela Ferrer (2002-03). Una “clásica” del baloncesto femenino español, base de enorme carácter y profesionalidad. Baste decir que ha estado jugando hasta hace muy poco en la Liga Femenina-2 con 42 años. Líder del equipo que, en su año de debut, quedó campeón de la liga regular con 22 victorias y 4 derrotas.



2. Roseli do Carmo (2002-03). Refuerzo de última hora para la fase de ascenso a la Liga Femenina. Era una brasileña veterana, muy fuerte, que podía jugar tanto por dentro como por fuera. Al final, se perdió la eliminatoria contra el Soller (con el factor campo a favor) y no hubo ascenso. La traigo aquí por su medalla de plata en Atlanta-96.



3. Esther Montenegro (2002-04). Muy fuerte bajo los tableros y no exenta de calidad. La fichó Juan Pablo Márquez, que recordemos que dimitió como entrenador cuando el equipo era líder, se supone que porque algunas cosas no estaban funcionando como es debido en un club que, paradójicamente, fundó él con su mujer.



4. Lisa Eckart (2004-05). Quizás no se la recuerde mucho, porque apenas estuvo 20 partidos, pero creo que ha sido la mejor americana que ha pasado por aquí. Una alero tiradora infatigable que cuando tenía el día era muy complicado de parar. La referencia es contundente: vino cedida por el campeonísimo Ros Casares.



5. Eva Lozano (2005-08). Aunque para tiradora, tiradora, ésta, y ninguna más. Creo que mi amigo Miguel Lázaro se excedió en una crónica cuando escribió que se había tirado “hasta el tanga”, pero casi. Qué mano tenía y tiene (anda en el Canoe), el tipo de nacional que en esta categoría te hace ganar un montón de partidos ella sola.



6. Nereida Ramírez (2005-08). También cumplió tres años excelentes, mandando bajo los aros y consiguiendo unos números estratosféricos que complementaban bien los de Eva Lozano. Los que saben de este mundillo dicen que tenía nivel para estar en la Liga Femenina. Pívot muy fiable que rara vez hacía un mal partido.



7. Toñi Hernández (2005-10). Tras formarse en el Perfumerías Avenida, se “nacionalizó” cacereña durante los cinco años en los que dirigió el timón del equipo, que abandonó el pasado verano, quizás cansada de baloncesto profesional y mirando a otras salidas laborales. Mucho carácter y carisma tanto en el vestuario como en la pista. ¿Por qué no encuentro su ficha en feb.es?



8. Franciele Nascimento (2008-09). Otra brasileña que llegó iniciada la temporada y que también fue olímpica, en su caso en Pekín-2008. Cedida por el Rivas, promedió 19 puntos y 8 rebotes y dejó inmejorables sensaciones. Tantas que ahora está en la máxima categoría. Rectilínea, de brazos interminables y mucho talento ofensivo.



9. Demetress Adams (2009-10). Un ejemplo de los tiempos terribles que han ido azotando al club en estos últimos tiempos. Dominaba la competición en sus primeros meses, pero en Navidad dejó el equipo descontenta con los impagos. Exactamente la misma decisión que tomó un año antes María Cordero y esta misma temporada Margot Dydek y Abril García.



10. Necolia Simmons (2010-11). La verdad es que no la he visto jugar, y solamente lleva siete partidos aquí desde que llegó de la liga portuguesa, pero su llegada está resultando muy positiva para el equipo, un buen hallazgo. Asegura 16 puntos y 11 rebotes por choque, aunque cuentan que es algo individualista. Muy agresiva.

martes, 15 de marzo de 2011

Femenino Cáceres: búsqueda de una dirección


Cuando abrí el blog me propuse escribir no sólo de baloncesto masculino. También me dije a mí mismo que sería un buen reducto para hacerlo del Femenino Cáceres, contar pequeñas historias. Pero tengo que decir que no he cumplido con mi palabra. Cuando abres esta ventana, a veces sientes que evoluciona por su propia cuenta. También pensé que iba a ser un blog únicamente sobre el pasado y ya veis que cada vez he ido escribiendo más de las cosas del presente.




No he escrito sobre el Femenino Cáceres porque en realidad no me gusta disgustarme con la gente y sobre este club no se han podido apuntar demasiadas cosas buenas en estos años. Cada temporada ha ido a peor: cada vez menos gente en sus partidos, cada vez peores resultados, plantillas más cortas, problemas de pago a las jugadoras (ya van tres navidades en las que alguna extranjera se va y no vuelve), desaparición de la cantera porque en bloque, hace dos años, un entrenador de base convenció a los padres para montar otro club… Antes era una refrescante oferta deportiva más en la ciudad. Ahora no sabría cómo definirlo sin molestar a quienes honestamente trabajan ahí dentro.



Y es que, aunque tengo que reconocer que no tengo mucho “feeling” con Vicenta Naranjo y sus colaboradores, es elogiable su dedicación en la directiva. Seguro que están sufriendo para sacar al equipo adelante cada año. Pero algo ha fallado a nivel de comunicación, de funcionamiento, de filosofía, para que muchos nos preguntemos si realmente merece la pena ese esfuerzo año tras año. Es triste que lo que haga este equipo le importe a tan poquísima gente. Y no creo que se nos pueda culpar a los medios, que le damos un espacio gigantesco teniendo en cuenta que apenas acuden 40 personas a los partidos.



El episodio de esta semana va un poco en esa línea de deterioro: un entrenador al que solamente le han pagado un mes en lo que va de temporada se marcha porque, como es lógico, tiene que mirar por su futuro y priorizar su formación iniciando un curso importante lejos de la ciudad. Le deseo mucha suerte a Javier Bohigas y también a su sucesor, Juan Pedro Buigas, que creo que protagonizará un caso único en la historia del deporte al dirigir al mismo tiempo al Moraleja (Primera masculina) y al Femenino Cáceres (LF-2). Supongo que es un “parche” hasta acabar la temporada. Creo que Buigas es un tío serio, muy baqueteado en el mundo de la gestión baloncestística, que le puede dar otro aire al club, detectar los problemas y proponer las soluciones. En definitiva, dar otra imagen, transmitir entusiasmo. Otra cosa es que le hagan caso.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Calma, por favor...


Equipo, calma, por favor...
Algún día tenía que suceder y sucedió. O se ganaba fuera o se perdía en casa. Ante el Breogán se jugó rematadamente mal, y no es cuestión de que entrasen o no los tiros, o de que la defensa fuese intensa o no a ratos. Lo peor fue esa sensación de ansiedad, de nerviosismo. No me lo explico bien en un equipo que tiene tantos jugadores experimentados, que se supone que han pasado por mil o un millón de estas situaciones en sus carreras deportivas.

Precisamente ha sido una de las virtudes de la plantilla en lo que va de temporada: saber manejar los partidos, no perder los papeles, tener paciencia a la espera de que llegue el momento de echarse encima del rival. Eso en casa había sucedido siempre y fuera pues también, sobre todo al principio. Pero se ve que haber perdido tantas veces lejos del Multiusos ha terminado pasando factura y erosionando la confianza. Yo creo que no es mortal, que esta gente sabe lo que hace, pero en fin...



Entrenador, calma, por favor...
Vaya por delante que Gustavo Aranzana me parece un magnífico entrenador, uno de los mejores que ha pasado por aquí. Supongo que es difícil decir esto ahora, pero es lo que pensaba hace un mes y no tiene por qué cambiar. Su trabajo en este año y medio es difícil de calificarlo por debajo del notable. Un tipo racional, honesto, que se las sabe todas, buen administrador de vestuarios, bastante fiable en la elección de jugadores, diría que brillante en algunas soluciones.

Últimamente le veo más tenso de lo habitual, y es algo que él mismo reconoce en cierto modo. Hace diez días, en una rueda de prensa, le pregunté que qué le pasaba, que los medios le veíamos un poco como os digo, y él respondía que vivía “una mezcla de todo” y, entre risas, añadía que lo único que le importaba era lo que pensase su mujer. Me parece que ve detractores donde no los hay, conspiraciones que realmente no existen. Lo que ocurre aquí no es distinto a lo que sucede en otros sitios donde ha estado, donde seguramente los problemas eran peores y más difíciles de solucionar..

Él tiene que ser el último en perder la tranquilidad, porque eso sí que se transmitiría como una enfermedad incurable.



Directiva, calma, por favor...
Para mí, esta directiva tiene dos problemas, creo que no muy graves y fácilmente solucionables: 1. Que piensa que por el hecho de que sea la única con la que puede haber baloncesto de élite en Cáceres (algo difícilmente discutible) no puede ser criticada; 2. Lee demasiado los foros, los comentarios de los lectores de, en concreto, la web de mi periódico.

Estas dos cositas dentro de una labor muy elogiable saltan más a la vista en estos tiempos de “crisis” (apréciense las comillas). Sobre la primera, se responde por sí misma, ¿no? La reaparición de los solventes Núñez, Chacón y Abelardo fusionándose con la capacidad de trabajo de Pepe Sánchez y su gente y la tradición sanantoniana en verano del 2007 fue la mejor noticia que he dado en los últimos años. Pero ese “o hay baloncesto con nosotros o no lo habrá con nadie” no les absuelve de equivocarse a veces y de que lo podamos decir, ya sea los medios o los aficionados.

Respecto a lo segundo, es casi de risa. No creo que la opinión pública ni la opinión general se exprese en los comentarios en internet, ni de este blog ni de cualquier otro espacio donde pueda escribirse. Es tan fácilmente manipulable... Uno puede ponerse a ello y con mil nicks distintos dar la impresión de que existe una corriente de opinión generalizada sobre cualquier tema, y no me refiero únicamente a baloncesto. ¿Os imagináis a Florentino leyendo con atención los “comments” sobre el Madrid? Qué bobada. Además, siempre va a haber enemigos para este proyecto, y para todos, a los que hagas lo que hagas no vas a convencer, que siempre te van a dar leña (cruel y anónima, claro). La derrota hace que surjan con más fuerza. Lógico. El otro día hasta leí que Forcada es mejor que Jeff Xavier. Es mejor ignorarlos, seguir tu camino, ir adelante con tus ideas, no estar amagando sotto voce con lo de “pues el día que nos cansemos de avalar...”.



Afición, calma, por favor...
Siguiendo con mi intención de hacer amigos hoy, me parece terriblemente injusto que el otro día hubiese pitos a algunos jugadores y casi al equipo entero cuando habían transcurrido pocos minutos del partido ante el Breogán. No es el trato que debe dársele a un equipo que en los últimos 14 meses había perdido dos partidos en casa, uno ante el Burgos en playoff y otro el de Obradoiro. Se estaba jugando mal, de acuerdo, pero tampoco creo que hubiese desgana, falta de actitud. Sí cierta falta de intensidad, pero no es para esa reacción, claro, que por supuesto no ayuda a nadie.

A la gente es a la que hay que pedirle más encarecidamente calma: la temporada está siendo buena mirando la clasificación, disfrutando del juego que se ha desplegado en la mayor parte de los partidos de casa, proyectando las expectativas de aquí hasta el final, porque con todos los problemas que ha habido, no ha pasado nada irreversible ni la temporada puede verse en absoluto como un fracaso. Todo lo contrario. Hace poco explicaba la gran diferencia entre juzgar el momento actual (sin duda malo) y valorar en su justa medida lo que está siendo el año. Estamos viendo que no hay tanta diferencia de calidad entre la plantilla del Cáceres y las de los equipos que le siguen. Y que los tres de arriba son bastante superiores, inalcanzables en una carrera de largo recorrido.

Siempre he sido muy de la idea ésa de que, si se quiere pitar, que se haga al final.



Y a los medios, ¿hay que pedirnos calma?
No lo sé, soy parte interesada. Decídmelo vosotros.

viernes, 4 de marzo de 2011

La solución es que todo se comprima



Tras un par de días de reflexión, hablaré un poco del presente del Cáceres Creativa, tras su nueva derrota fuera, esta vez en Canarias (100-83). Desde luego, los análisis que estoy leyendo son bastante parecidos al que pueda hacer yo en principio: es difícil combatir a un rival con tantísimo acierto desde fuera, pero tú también has puesto de tu parte con una mala puesta en escena (31-17 al final del primer cuarto). Luego, el equipo se acercó, intentó competir, pero la carga era tremenda ante un equipo inspirado, con tíos de muchísima calidad. En ese sentido (no arrojar la toalla) hay que apreciar una mejoría respecto a Melilla y Navarra. Pero el síndrome de jugar (y perder) fuera de casa se acrecienta, resulta imposible no ir recordando la estadística cada vez que se viaja: una victoria de los últimos diez.

Miremos un poco hacia adelante. Quedan 8 partidos de liga regular, casi dos meses, y el equipo está en una situación demasiado definida, aparentemente: la impresión general es que será cuarto al final de la liga regular, haga lo que haga, abriendo la puerta a los "playoffs" con el factor campo en casa la primera ronda y supuestamente en contra en las siguientes. Pero ya no se ve tan claro después de las últimas semanas. Está empatado a victorias con León y tiene que viajar allí (León también ha pegado un bajón importante por su plantilla corta) y a dos de diferencia están Melilla y Canarias, dos que te han ganado últimamente average incluido.

Lo mejor, diría yo, es que se acerquen, que la situación se comprima, no quedarse sin objetivos a falta de tanto tiempo para el momento de la verdad, en el que realmente hay que ganar y dar lo mejor. Este equipo necesita tensión, no ir descontando partidos poco a poco. Necesita seguir jugándosela a cada momento, que los jugadores se sientan muy metidos en la película. Quizás toda esta apariencia que había hace 2-3 semanas de que se hiciese lo que se hiciese se acabaría cuartos ha terminado resultando negativa.

El Cáceres necesita que esta "pretemporada" de cara a los "playoffs" que le espera sea lo más dura posible, recuperar las sensaciones de ganar fuera en al menos uno de los cuatro desplazamientos que le quedan: Clínicas, León, Ourense, La Palma. Ninguna de las cuatro es muy cuesta arriba y perder en casa ante Murcia (algo que debería estar completamente asumido) puede ayudar a que a esas citas llegues con más hambre, con menos tentaciones de dosificarte. Este equipo, como todos, pero este especialmente, necesita un guindilla ahí mismo, sentirse exigido, con muchas miradas alrededor suyo, sabiendo que cada acierto va a ser aplaudido, pero que cada error va a doler a mucha gente.

Ahí queda el reto: la clave para llegar bien a las eliminatorias es jugarse algo ahora, como pasó hace un año cuando fuiste escalando poco a poco posiciones hasta rozar incluso el factor campo. De poco servirá conservar el cuarto puesto en la dinámica actual de ganar en casa y perder fuera.