viernes, 8 de marzo de 2013

Yo como metáfora del basket local (y todo el rollo de ser una estrella)

Uno no se da cuenta de lo calvo que está hasta que sale en la tele.
Bueno, al menos tendré unos días/semanas/meses de tranquilidad. Estoy actualizando Bujacocesto, ese blog creado hace seis o siete años para hablar pomposamente del pasado y del presente (y hasta del futuro) del basket local. Hacía un tiempecillo que no aparecía por aquí, quizás por hacerme el interesante ante los cuatro seguidores que todavía tengo por aquí, o quizás porque, simplemente, hasta ahora no me daba la puta gana.

He vuelto, sí, pero no sé si para mucho. Pensé que podía mantener cierto aliento para este pequeño rincón que tanto ha supuesto para mí y para alguno de vosotros, pero ciertamente me cuesta. Tengo un trabajo enormemente absorbente, tengo un nuevo trabajo en www.espacioligaendesa.com/historia (es increíble cobrar por escribir en internet, os lo aseguro) y tengo muy poco que decir sobre el equipo de esta temporada, el Cáceres, que, como os adelanté en las entradas anteriores, es un tanto plano a la hora de las valoraciones: da pena ponerlo a caldo, da reparo ponerlo por las nubes. Es el año más insustancial del basket local, pero no quiere decir que sea algo negativo. Es algo inevitable. Es lo que hay, como llevamos diciendo desde el verano: es un equipo de chicos jóvenes que merecen poca crítica y que, por lo que se ve, poco más han hecho que amarrar una serie de partidos en casa. Bien, pero los cohetes van a seguir en el trastero.

¿Es malo la falta de debate, que el entrenador de turno no tenga que mirar debajo del coche cada mañana? Admiré a Gustavo Aranzana por la cintura que demostró en ese escenario de exigencia, pero tenía que ser así: ni público ni prensa somos lo suficiente estúpidos como para no haberle pedido más. Y con Frade, ese tipo honesto pero pelín intolerante enfrascado en sus propias ideas, pasa todo lo contrario. Entrena a un equipo de chavales, aderezado con un par de veteranos, y da pereza apedrearle, por mucho que dé pereza. Me parece que es un buen tipo. Y con los buenos tipos siempre tengo compasión y cierta complicidad, así es que...

Estoy cansado. Voy a empezar a repartir los carnets de buena persona, algo que siempre me había negado a hacer.

Así es que Bujacocesto no se actualiza ni aunque el equipo se equivoque y gane fuera (bueno, esto sí), y el tipo que lleva Bujacocesto empieza a mirarse el ombligo tela de bien: el otro blog que escribía desinteresadamente empieza a formar parte de una web que impulsa una gran empresa como Endesa y hace un artículo mensual para 'Gigantes del Basket'. Ese tío raro y 'retro' de Cáceres que está fuera de los grandes mercados (Madrid, BCN) empieza a aperecer en el mapa y hasta habla de sí mismo en tercera persona, eso tan nauseabundo. Y el tipo chiquitito y calvete empieza a ser llamado por televisiones autónomicas y locales y allí va y lo presentan como "el mítico Javier Ortiz".  Menuda basura. Y sucede que me canso de ser hombre, sucede que me canso de mi piel  y de mi cara, y solo soy el graciosete que una vez convenció a un periódico regional de que podía aportarles algo, y que convenció a una diosa llamada Susana de que podía llenar su vida, y que su vida podía ser llenada por ella.

Tengo casi 40 años ya, pero me sigo divirtiendo en cada cosa que hago, disfrutando de las enseñanzas de mi hermano en el periódico, de la generosidad de mis padres, de la complicidad de mi esposa, de las farras con mis amigos. Pero me cuesta escribir sobre el equipo de este año. Y no quiere decir que eso sea malo. Es que las cosas se han domesticado, solamente eso.

Veremos.