jueves, 30 de junio de 2011

Sí, está chungo

Pasan los días y no hay resolución sobre si el Cáceres va a seguir en LEB Oro. Hay más rumores que información, datos fiables, pero casi todo lo que me llega es negativo. Todo tiene una pinta bastante negra. Intentaré desarrollarlo en tres puntos.

1. Confluencia de factores políticos. Al igual que hace cuatro años fue el mejor verano para resucitar al baloncesto en Cáceres porque aquello tenía un inequívoco aire electoral, en este ocurre todo lo contrario. La consabida crisis es la coartada para que desde la política, fundamental en todas y cada una de las cosas públicas y privadas que suceden en esta ciudad y en esta comunidad, no se encuentren de momento alternativas para que aquel proyecto continúe viviendo. Cambia el gobierno municipal y los que llegan se encuentran la caja fuerte vacía, con unas telarañas que dan miedo. Y cambia el gobierno autonómico y ya sabemos que para ellos entre las prioridades no va a estar el deporte, o al menos el deporte como proyección publicitaria de la comunidad. Y, aunque quisiesen/pudiesen ayudar, no han tomado posesión aún para hacer nada factible, para dar las respuestas que está pidiendo la directiva.

2. Confluencia de factores empresariales. No creo que pueda haber un palabra de reproche en la gestión económica de los principales empresarios que impulsaron el proyecto y en la ayuda (mucho más importante de lo que parece) de la gente del Cáceres Ciudad de Baloncesto que encabeza Pepe Sánchez. Han sido cuatro años en los que se ha hablado casi siempre de basket, de si Piti, de si Aranzana, de si Mike English o de si la abuela fuma en defensa zonal. Un placer cuando se venía de una situación, la de los últimos años en ACB y el bienio en LEB-1, en el que las noticias sobre los agujeros financieros del extinto club, abundaron desagradablemente. En ese sentido, estupendo para los Núñez, Chacón y cía. Pero los tiempos no están igual para que esta gente siga arriesgando sus firmas y es normal, conociéndoles, que se pongan duros a la hora de pedir unas condiciones salubres para seguir en LEB Oro. Parece además que Abelardo abandona el barco y que Pilar Acosta no está hace tiempo en él. Mala cosa. En esta "legislatura" hemos hablado muchas veces que o era con ellos, o con nadie. Y siempre hemos sabido que eso era... verdad.

3. Confluencia de factores sociales. No veo a la gente rasgándose las vestiduras por un desenlace cada vez más cercano e inexorable. Y en cierto modo me sorprende. Percibo cierta resignación, incluso en mí mismo y en mi trabajo diario, y eso no me gusta demasiado. Quizás ha calado el mensaje adulterado de que la crisis desaconseja permitirse "lujos" como el del baloncesto en Cáceres y que dejar morir esto (aunque, aclaro, el equipo siempre siempre siempre va a salir como mínimo en EBA/triste consuelo) es un poco nuestro tributo por la situación. No estoy de acuerdo. Esta ciudad merece un equipo como este igual que lo merecen ciudades de su misma condición y de similar coyuntura económica. ¿De verdad Palencia es más que nosotros? Venga ya... Otra cosa es que no valgamos para rebelarnos. Eso no va en el ADN del "catovi", me parece mí. Y así lo pagamos.

En fin, pues eso, a esperar unos días y a rezar a que haya un giro en los acontecimientos. Alguien me decía el otro día con cierta sorna que mi sino es escribir en pasado del basket cacereño. Eso me recuerda una cosilla que publicaré un día de estos sobre el nuevo entrenador del Real Madrid, Pablo Laso, y la vez que...

viernes, 17 de junio de 2011

Barranco baloncestístico


Se está liando, sí. Una semana en positivo, la que está terminando en negativo. La supervivencia del baloncesto de élite, profesional o de LEB Oro, como queramos llamarlo, vuelve a estar en peligro en Cáceres, una noticia tan cíclica como punzante para los que amamos este deporte y hemos nacido y crecido en esta insidiosa pero hermosa ciudad.


Vuelve a haber dudas cuando no debería haberlas, cuando nadie debería dudar (ni en las calles ni en los despachos) que el basket forma parte del ADN de Cáceres desde hace ya demasiado tiempo. Pensé que habíamos aprendido algo cuando en el 2005 se abrió el periodo de dos años de desierto de canastas, afortunadamente roto para abrir este último cuatrienio que si bien no ha tenido la luz cegadora de la década y pico en ACB, sí ha servido para llenar muchas ilusiones y esperanzas, para hacer un poco más habitable el paisaje (deportivo y no deportivo) de Bujacoland.

Pero… parecemos condenados a este dramatismo constante, a dar la imagen de que no queremos lo suficientemente lo nuestro hasta el punto de arriesgarlo constantemente, casi cada verano. Esa especie de inmolación me resulta especialmente llamativa del cacereño medio, el que asiste impávido a cómo su entorno se empobrece sin que haga demasiado por solucionarlo. Nos lo merecimos aquella vez y nos lo volveremos a merecer esta si la ejecución se completa. Por eso me resultan emocionantes iniciativas como la de #basketencaceres en Twitter, o la que también se ha montado en Facebook. Hay vida. Hay otros cacereños que luchan contra su propio estereotipo.

Yo, en todo caso, soy optimista. Tanto que rozo la ingenuidad en algunas ocasiones, pero me siento cómodo así, pensando en que las cosas son como deberían ser y no como son. Al final pasará algo que varíe el rumbo de las cosas, no sé describir exactamente qué. Ya he escrito en varias ocasiones que el nuevo gobierno popular en el ayuntamiento no puede permitirse que la primera noticia de su legislatura sea el hundimiento de una de las banderas de la ciudad. La “excusa” de la austeridad puede venir bien, pero hay fórmulas, caminos, voluntades… ¿O es que las otras 17 ciudades de la LEB Oro están económicamente mejor? ¿Palencia, Lugo, León, Huesca, Lleida son mejores que nosotros? ¿O quizás simplemente se quieren más? También los directivos tienen una responsabilidad: ellos volvieron a dar fe a la gente y ese es un regalo que no es fácil de quitar.

Seguiremos atentos y con los dedos bien cruzados.

PD: Por si os interesa, escribí un articulito para el blog de peculiar amigo Sergio Ruiz, Puertatras, con mi clásico toque nostálgico sobre los campeones de la NBA. Aquí lo tenéis.