Aranzana realiza indicaciones en el entrenamiento de esta mañana. |
Una pincelada antes de bajarme a comer.
El entrenamiento ha sido breve, pero bastante intenso. No en cuanto a trabajo físico, que es lógico que a los jugadores no se les meta carga en este momento, sino en las indicaciones, los matices, las instrucciones y hasta las voces que ha dado Gustavo Aranzana. Agresividad, contacto, no permitir pasar tan fácil los bloqueos, estar más atentos en los cambios. Es lo que más ha reclamado a los jugadores el entrenador, visiblemente molesto por momentos con lo que vio el viernes. No puede ser de otra forma, claro. Sabe que perder mañana y sobre todo repetir la imagen sería un golpe casi definitivo a la eliminatoria.
El objetivo es convertir ahora esa frustración en rabia por mejorar. En rabia que permita evitar al menos que te pasen por encima en los primeros 25 minutos de partido. De esto ya hemos hablado: un montón de canastas debajo del aro, o bien por ganar la posición o bien porque simplemente robaban el balón en la primera línea defensiva y montaban un fácil contraataque. Quizás ganar la batalla del músculo sea muy complicado por lo que tienen un equipo y otro, pero sí al menos equilibrarla un poco, jugar más a medio campo, donde esa esperada clave (que DaniRo y Cherry sometan a Aguilar) pueda salir a relucir.
Me bajo. Esta tarde un poco más, aunque me tengo que poner también con las páginas del periódico de mañana.
Una última cosa: felicidades a los chicos del cadete del San Antonio Cáceres, campeones esta mañana de Extremadura, al igual que la semana pasada cayó el campeonato junior. Hay cosas que no varían.
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