domingo, 23 de diciembre de 2012

Previsible. Imprevisible (parábola de la chica fiel y normalita y del pibón pirado)

Ganar, y ganar, y ganar, y volver a ganar... Mal momento para citar a Luis Aragonés (Foto: Luis Cid)

Nuestros peores augurios y nuestros mejores augurios se están cumpliendo esta temporada en el Cáceres. Un equipo de chiquitos que juega un baloncesto deliciosamente alocado, corriendo pacá y pallá, perdiendo partidos a manta por su propia inconsistencia juvenil, los riesgos del sistema o, simplemente, porque el rival es mejor, tiene más presupuesto, mejores mimbres y tal.

Estamos ante la temporada más previsiblemente imprevisible. Y lo bueno y lo malo y lo ambiguo sobre todo es que a nadie le importa demasiado. Sí, vale, fastidia perder, estar abajo. Pero hay un algo de resignación en todo lo que está pasando que podría decir pomposamente que es "lo peor", pero no me parece lo peor. Lo peor pasó del 2005 al 2007. Y eso sí que era más jodido que encajar un 12-2 en los últimos dos minutos y culminar una derrota tras ir ganando de 16 puntos. Y podría seguir, claro, pero paso.

Es un buen año para pasárselo en los cuarteles de invierno, acopiando fuerzas, esperando nada, que diría Antonio Vega. Recuerda un poco a esos equipos de la NBA que, en periodo de reconstrucción, solamente sueñan con el número 1 del draft del año siguiente incluso cuando quedan varios meses de competición. La LEB Oro de hoy en día no es tan distinta: ni vas a subir ni vas a bajar. No estoy hablando de dar el año por perdido, sino de no tomarse las derrotas con dramatismo, como otras temporadas en las que lógicamente la exigencia tenía que ser mayor.

Creo que en general la gente (y nosotros, los medios) estamos cogiendo ese mensaje, que puede resultar conformista, mediocre, pero creo que también es el único posible. No hay polémicas alrededor del equipo, más allá del recurrente asunto del frío en el pabellón, porque en otra época Braydon Hobbs tendría que haber hecho acopio de cajas de cartón para recoger sus cosas y hoy está tranquilamente en su puesto. La controversia es una droga que me encanta, que nos encanta. Sufrir y disfrutar (ese disfrute salvaje, irracional) con los que llevan la camiseta con el nombre de tu ciudad. Pero no. Este año toca comprarle a otro camello. Sabino Méndez --por cierto, recomendable su regreso como letrista de Loquillo en 'La nave de los locos'-- escribió una vez que el problema de la droga es que está muy buena.

Digamos que ahora salimos con esa chica quizás no muy guapa, pero muy honesta, muy formal, que sabes que no te los va a poner a la mínima que se pase con las copas en la comida navideña de su empresa. Que va a estar esperándote en casa cuando vuelvas de currar arropada en una manta porque no quiere pasarse poniendo la calefacción. Esa chica tan distinta a la que hemos cortejado en otro tiempo (e incluso una vez nos liamos con ella, quién sabe cómo): una pirada de enormes curvas y conversación afilada en la que el mosqueo aleatorio es el pan nuestro de cada día y además tienes que pagarle una semana todos los inviernos en Baqueira y otra en las Bahamas en verano. Y encima nunca sabrás por qué aquella tarde que quedó con su 'ex' para tomar un café no te cogió el teléfono ni te respondió a los whatsapp... Maldito doble check...

¿Sabéis otra cosa? Me encanta Frade, al menos como personaje periodístico. Es el entrenador con el que menos contacto personal he tenido en 20 años, pero me parece muy honesto en todo lo que hace y dice, muy coherente. Tiene una terrible fama de maniático, uno de esos tipos a los que les gusta que las cosas se hagan al milímetro de lo que dicen. Pero tiene una mirada muy limpia, que diría un cursi. Y me gusta este equipo de chicos que comparten piso, de extranjeros casi 'mildolaristas' y de dos veteranos honrados que apuran su tiempo en el baloncesto. Hay algo de placentero en apretarse el cinturón, un poco 'cilicio style'.

Bujacocesto como última metáfora. Este año está la cosa tan anoréxica que he escrito bastante poco aquí (curiosamente, el año en el que abrumadoramente más entradas ha habido). Pero sigo empleándome duro a nivel profesional, en un 'curro' azotado por los vaivenes de la crisis y la revolución en los medios. Muchas veces escribo en el periódico cosas que cuadrarían perfectamente en el blog, como El sudoku de Frade o La LEB Oro, más loca que nunca. Intentaré pasarme por aquí más en el 2013, aunque no haré promesas vacías, porque estoy muy metido con www.retroacb.com, el nuevo Gigantes del Basket y demás metadonas...

Feliz 2013. Y no empecemos con las rimas tan pronto.