viernes, 19 de julio de 2013

Fracaso

La afición cacereña en el último partido del equipo en LEB Oro (Foto: Luis Cid).
Pues nada, me equivoqué. Siento haber fallado en mis pronósticos: a todos los que durante los últimos días, en los que he estado de vacaciones, me preguntaban que cómo veía el tema, les decía que tranquilos, que el Cáceres saldría en LEB Oro, que lo de EBA obedecía al lloriqueo clásico del club a estas alturas del año, que había una mezcla de faroleo y órdago en todo que echaba para atrás.

Pues no. Esta mañana lo han anunciado en un comunicado larguísimo y que, en el fondo, tampoco aclara gran cosa. O más bien no se atreve a decir la auténtica verdad, que no pasaría nada por decirla: la directiva se ha cansado de avalar, de adelantar dinero, de ejercer de 'salvadora' del baloncesto de élite en esta ciudad. Era un papel en el que antes se sentían a gusto, sobre todo la gente de su núcleo duro, pero ya no. Toca un poquito de desierto. Adelante.

Es un fracaso. Un fracaso de todos (directiva, aficionados, prensa, instituciones y el lucero del alba), pero sobre todo de los primeros. Al igual que ha sido un éxito sacar el equipo cada año tras construirlo de la nada, en este caso han fallado miserablemente, desconozco si por voluntad propia o ajena. Lo más fácil siempre va a ser echarle la culpa a Pepe Sáez (que sí, que la competición se ha devaluado mucho y los requisitos siguen siendo altos) o a los políticos (que sí, que tardan mucho en pagar y cada vez dan menos). Pero no está mal ser autocrítico de vez en cuando. O al menos en esta vez tan señalada, cuando tan claramente no se ha logrado un objetivo.

¿Qué más quería el club, me pregunto ahora? El nivel de ayuda pública seguía siendo bastante alto para la que está cayendo (unos 340.000 euros, MÁS QUE NINGUNA ENTIDAD DEPORTIVA DE EXTREMADURA), la base social era más o menos fija (desde luego, no menor que la del CPC, por poner un ejemplo) y los dos últimos años los resultados deportivos eran cualquier cosa menos decepcionantes. Ahora está muy barato construir un equipo decente y comprometido, bien lo sabemos. Pues lo que no querían era arriesgar más de lo que han arriesgado estos años. Lícito, sí. Pero tampoco elogiable, desde luego. Son hombres de negocios muy respetados, siempre han presumido de su capacidad de gestión, de su mérito de ser impulsores fundamentales de un proyecto que rescató el baloncesto profesional para la ciudad. Ahora ya no podrán hacerlo. Han patinado, al menos este año. Siempre han sabido que o era con ellos o no era, a la vista de cómo acabó el anterior Cáceres CB.

Por cierto, al final Carlos Frade no era tan mala persona por ir al aval.

Una última apreciación sobre cómo vivo esto. Estoy decepcionado, tengo que reconocerlo, y eso que la próxima temporada trabajaré menos horas, tendré más libertad para librar y ganaré el mismo dinero con el equipo en EBA (o en Plata, que parece que hay una posibilidad). Pero me siento legitimado para salirme del discurso de "qué culpa tienen todos, menos nosotros": no soy un 'hater' de los muchos que se han alegrado hoy al confirmarse la noticia. Amo al baloncesto de Cáceres y llevo 20 años cumpliendo con mi papel dándome igual quién se sentaba en el palco. Sé que esto que estoy escribiendo hoy no les causará ningún entusiasmo, pero me da igual. Si no lo hago, reviento.

Tiempo habrá para comentar y mejorar más cosas, claro. La primera: si se quiere 'resetear', como en el 2007, es intentar hacer un club más abierto para la afición, para la gente de la calle, no un búnker en el que no se han conocido los números más que cuando interesaba, como parece ser ahora, y que tampoco es que haya cuidado demasiado a los incondicionales. Hacer un club de socios y no de abonados.