jueves, 22 de julio de 2010

Equipazo y tal

Buenas



Rompo este silencio para hablar un poquito de cómo está la cosa. Ya sé que no necesitáis explicaciones, pero estoy de vacaciones (casi todo el tiempo en un sitio sin internet) y anteriormente anduve muy liado con el esprint final en el trabajo con el Mundial y esas cosas, así es que hasta ahora no me he podido poner a actualizar con claridad.



No sé si en vuestros trabajos sucede lo mismo que en el mío. Yo personalmente no acabo nunca de desconectar. No es por obligación, sino más bien por placer, porque me gusta mantenerme informado aquí y allí de las cosas que me interesan. Ahora es relativamente fácil hacerlo, aunque solo sea justificando la tarifa plana en el móvil. Así es que me marché justo después de hacerse el primer fichaje del Cáceres 2016, Pablo Movilla, y en este tiempo se han producido algunas novedades más, seguramente más interesantes, sin menospreciar al pacense de acentazo malagueño.



A falta del retoque final, lo que puedo decir a ciencia cierta es que se está haciendo un equipazo para la próxima temporada. No sé si esto es bueno o malo, porque por un lado mete presión al equipo, lo sitúa en una expectativa que después sería amargo no cumplir. Pero por otro lado está bien generar ilusiones y soñar, ahora que los abonos se ponen a la venta y todos nos hacemos el diagrama mental de cómo y con quién queremos vivir (disfrutar y sufrir, en suma) la temporada deportiva.



Ahora hablaré un poco de los fichajes, a falta de los retoques, claro, pero la mejor noticia me parece la renovación de Carlos Cherry. Sin él creo que sería imposible ser tan optimista, porque todos sabemos que cuando no se acierta con el base titular luego es casi inevitable ir dando palos de ciego. Hace doce meses fue lo que ocurrió y hasta que no llegó el propio Cherry a mitad de la película el tema no se enderezó. No es por quitarle méritos a Aranzana, pero sin su incorporación no hubiera sido posible el giro. Además, es un puesto en el que resulta difícil rectificar: traer a aleros o pívots a mitad de campaña resulta relativamente más sencillo que un base que además es nacional, comprometido y todo un personaje. Haber rebajado sus pretensiones a última hora para poder quedarse es otra muestra de grandeza.



No puede decirse lo mismo de Xavi Forcada. Lloraremos algo su marcha, pero tampoco se ha ido Rudy Fernández. El club no podía tirar la casa por la ventana por un jugador que de acuerdo que es de proyección, pero que al fin y al cabo sólo estuvo a gran nivel en la recta final y por la lesión de Dedas. Para cuarto alero puede aportar sus cosas Movilla, un revolucionador de partidos, seguramente peor defensor y menos potente físicamente, pero de un mayor talento y descaro ofensivos.



Vamos con las otras tres incorporaciones anunciadas hasta el momento. José Angel Antelo suena a muy interesante tercer pívot. Aquí le conocemos bien (al menos su versión más adolescente) de la última temporada del extinto Cáceres CB. Era un chaval, pero lo único que ha hecho en estos años ha sido amplificar aquellas virtudes que tanto gustaron: un poco ortodoxo pero efectivo tiro exterior, brazos muy largos bien dotados para el rebote ofensivo y el tapón y capacidad para echar el balón al suelo y penetrar ante tíos más grandes, sí, pero más lentos. Vale que es un poco “tirillas”, pero no se puede tener todo. El caso es que para ese papel va a estar muy bien. Habrá que evaluar qué grado de madurez ha adquirido en estos años de alternar ACB y LEB Oro. Me cuentan que bastante, aunque supongo que no ha dejado de ser el típico jugador ansioso que cuando juega 15 quiere jugar 25 y que necesita una cuota de protagonismo (uséase, tiros) alta.



Después se supo lo de Jeff Xavier, el perfecto “Cotonou” ya que Michael Umeh escogió los euros de Murcia. Buen tirador de media y larga distancia y bastante atlético también para iniciar alguna penetración y hacer de “perro de presa” en la otra zona. Hasta puede subir la bola. Su temporada en Lugo quizás haya pasado algo inadvertida, pero es difícil no pensar en que también se ha ido a lo seguro por una cuestión de cotización y de “rol”. Aunque ya conoce la categoría y el país, la única duda es saber qué tal mezcla con los otros tres aleros: la “jeta” de Francis y Movilla y la generosidad añeja de Lucio, al que se le supone un papel más reducido que en la última campaña, cuando llegó cascado al “playoff”.



Hoy se ha sabido lo de Ryan Humphrey, otra obra maestra del “amarrateguismo aranzaniano” a la hora de acudir al mercado, el tipo al que hace mucho tiempo que se quería como referente ahí abajo. Cuando le veía algunas madrugadas dando descanso a Gasol en unos Grizzlies que crecían poco a poco no me imaginaba que algún día le vería jugando aquí, pero no es la primera vez desde luego que eso me pasa. Quizás por currículum NBA (ya digo que no era un tío de relleno, sino más bien uno de la segunda unidad) hubiese merecido una carrera europea un poco más luminosa, pero más bien se ha dedicado a ser importante en equipos importantes de sus ligas. El ascenso con Murcia es una muestra de ello, lo mismo que la pasada temporada con León, cuando su rendimiento mejoró ostensiblemente tras la marcha de Rick Hughes. Es un tío duro, de buenos movimientos de espaldas a canasta, un profesional de esos que te pueden fallar porque el físico les empiece a fallar, pero no porque no sepan jugar a esto.



Falta un compañero interior y que nadie piense que será un experimento tipo Naymick o Taggart, que te pueden salir bien o te pueden salir mal. Parece que lo de Asselin, que ya hubiese sido la repera, se fastidia por un quítame allá esas comisiones, pero el que venga también será un jugador contrastado. Es lo que pasa cuando en general te has situado bien en un mercado en crisis. Yo apostaría por uno de los dos compañeros de Xavier en Breogán, Eric Coleman o Jeff Adrien, quizás más por el primero por ser de mayor talla, pero realmente daría casi igual.



La cosa tiene muy buena pinta, ya digo. No voy a precipitarme con análisis porque hay que ver cómo quedan hechas todas las plantillas, pero el propio Aranzana ya dejó claro el objetivo cuando el Burgos acababa de eliminar a su equipo, aquel 7 de mayo: “dentro de un año queremos el factor campo en el “playoff”, y eso significa estar entre los cinco primeros…”.