martes, 27 de noviembre de 2007

Manolo Flores, mi amigo




En fin, ha sido un día intenso para mí en el periódico. Imprevisible. No es el mejor escenario del mundo para un redactor deportivo saber que la junta directiva del equipo que sigues se reúne con nocturnidad para tratar la destitución (o no) del entrenador. Por si leéis esto antes de que salgan publicados los periódicos, al final no han echado a Fede Pozuelo y sí han anunciado "refuerzos en las posiciones que se consideren necesarias". Esperemos que sea para bien.

Esta noche me ha recordado a otras en las que pasó exactamente lo mismo, aunque con distinto desenlace. Y eso que en Cáceres nunca hemos tenido el gatillo demasiado fácil para los entrenadores: creo que tres destituciones en trece años entre ACB y LEB es una cifra espectacularmente buena. Lo malo es que esos tres momentos terribles fueron con gente por la que siento un aprecio especial: una vez Martín Fariñas (1992) --del que escribiré, seguro, otro día-- y dos veces Manolo Flores (1997 y 2000). A él quiero dedicarle hoy este rato porque además es un poco actualidad.

Es un poco actualidad, decía, porque (me he enterado hoy) estuvo el viernes en Cornellá viendo el partido de nuestros chicos. Supongo que entra dentro de sus atribuciones como gerente y "cazador de talentos jóvenes" del Barcelona, pero supongo que también supondrá para él algo ver al equipo en el que pasó tanto tiempo, tantas alegrías y sinsabores. La verdad es que Manolo no conocía a nadie de los que viajó con el equipo y de hecho sus relaciones con la actual directiva no pueden ser demasiado buenas ya que le echaron en 2000 sin demasiada elegancia, creo yo. Sí conoce a Piti de haber sido su delegado.

De todos modos, no quiero que me salga demasiado el amigo de Flores que llevo dentro. Ya luché bastante contra ello en los años que tuvimos que trabajar "juntos", y os aseguro que no es sencillo intentar escribir lo más objetivamente posible sobre una persona/profesional en la que ves tantas cualidades humanas positivas. A veces tuvimos algunas discrepancias por eso, pero supongo que yo jugaba a ser independiente, a no dejar que mis sentimientos influyesen en mi trabajo. Y no me daba mucha cuenta de que eso no es posible y que, intentase lo que intentase, siempre se podía vislumbrar mi deferencia hacia él. Supongo que también le pasaba al contrario.

Calla, calla, que esto está quedando un poco "homo". Los que le conocisteis y en general todo el mundillo del baloncesto está de acuerdo conmigo. "Qué buena gente es Manolo" es una frase muy repetida. ¿Hay algo mejor que ser buena persona y que los demás lo sepan?

Como entrenador, tengo que decir solo una cosa. Seguramente (él lo sabe) se equivocó al regresar en el 2000 y además formar un equipo muy viejo que no le quiso hacer mucho caso. Nada que ver con la escuadra hambrienta que creó en 1993 y que primero fue quinta en la liga y luego semifinalista de la Korac. Pero sumando momentos positivos y negativos, está claro que pesan más los primeros, no creo que nadie pueda rebatir eso.
A mí me queda el inmenso honor de hablar de vez en cuando con él, por teléfono y también alguna que otra vez que ha regresado a nuestra ciudad por alguna historia. Tiene un corazón que no le cabe en el pecho y toda la suerte que ha tenido en la vida (mucha) se la merece: de emigrante a ídolo del barcelonismo, pasando por una notable carrera como segundo de Aíto y lo que hizo aquí, que con la perspectiva que da el tiempo da para mucho. En un sector tan cruel como el baloncesto, mantenerse ahí en un papel importante tantos años no resulta sencillo: otra muestra de que el tío tiene algo especial, una cercanía y una capacidad para comunicar y escuchar difícil de describir. Lo que más me llama la atención de él es que no le gustan las batallitas y que seguramente tú recuerdes mejor que él tal o cual partido en que el Barça ganó un título o el Cáceres hizo tal cosa estando él en el banquillo. Tampoco le gustaba demasiado tirar a canasta ni jugar tras retirarse de una tremenda carrera (fue 128 veces internacional).
En fin, terminaré esto con una anécdota y no relataré los terribles momentos que precedieron a sus dos destituciones. Aunque se me hayan venido a la cabeza esperando el veredicto sobre Pozuelo, no me apetece mucho revivirlos. Ahí va: Manolo siempre me recuerda una vez que escribí algo así como "muestra del optimismo que reina en el Cáceres CB, su entrenador se pasea con cierta estridencia por la noche de la ciudad". Obviamente, quise decir otra cosa, pero él, entre risas, me reprochó y me reprocha que di a entender que era un borracho o algo así.

Yo me quedo más con la noche de la semifinal copera en León-97. Tras la victoria ante el Barcelona, me encontró por el pasillo de vestuarios y vino hacia a mí "obligándome" a abrazarle: "Ven para acá, que sé que has disfrutado más que nadie". Eso sí, nunca conseguí sacarle qué le pasó con Epi y alguien más en un Salón del Automóvil de Barcelona.

6 comentarios:

Alvaro dijo...

Yo estoy enamorado de Manolo, para mí ha sido de los mejores entrenadores que hemos tenido y siempre pase con pena los cortes que tuvo. Sin querer entrar a quizás otros entrenadores que si tenían que haber sido cortados (a pesar de ser de la opinión contraria).

Grande Manolo!

Si vuelves a hablar con él, dale todo nuestro cariño y nuestro agradecimiento. En breve colgaré en la web, la fotillo que sacaron en gigantes cuando ganamos en el Palau y fue entrenador Gigante de la semana.

Anónimo dijo...

Me ha encantado tu relato, sin dudarlo de 10.

Recuerdo a pocas personas que hayan dejado un recuerdo como el suyo en Cáceres, siempre dió la sensación de ser alguien cercano, agradable e implicado con el proyecto.

Coincido contigo en que se equivocó en volver y en formar esa plantilla pero también estoy seguro de que mucho más se equivocaron otros en el trato que le dieron.

Una pena que ya no entrene, creo, siempre lo he pensado, que uno debe hacer lo que mejor sabe y seguro que Manulo Flores es mucho más útil en un banquillo que en un despacho, que seguro que también se le sacará partido allí.

Has olvidado mencionar sus defensas famosas defensas alternativas que tanto juego dieron en Cáceres. También fue el hombre que apostó por José Antonio Paraíso como alero ACB, el que consiguió hacernos ver al mejor Rod Sellers y el hombre que consiguió los mayores logros deportivos desde el banquillo del Cáceres.

Como curiosidad, soy un tanto insidioso, vale, ¿de la expedición que fue a Cornellá no coincidió con Juan Sanguino en Cáceres?, creo que fue él quien le hizo debutar, ¿no?.

Sí, soy nostálgico, ya me has dado el día Ortíz.

Unknown dijo...

¡Cierto! No había caído en el tema de Juan y tampoco en el de José María Panadero, al que hizo debutar en un partido europeo en Polonia, aunque nunca llegó a convocarle en ACB.
Pensaba más bien en la gente del banquillo y del club. Y ni Piti ni ningún directivo viajaron con el equipo.
Muchas gracias a ambos por vuestras opiniones.

Juan Canario dijo...

Tuve el honor de conocer a Manolo Flores, en circunstancias dificiles, aprovecho para darle las gracias por su ayuda en Enero de 2001, en Barcelona .Todo un caballero.

Anónimo dijo...

Parece esto el concierto de una folklórica; ¡hale! todos a tirarles FLORES y más FLORES al subsodicho.
Será por el apellido, que os ispira.

Anónimo dijo...

Javier estoy totalmente de acuerdo contigo que Manolo no deberia de haber vuelto, no entiendo el ambiente que se creo entre la afición en su contra.
Pero sin duda me quedo con los buenos momentos: el hombre que mejor rendimiento saco a Jordi Soler, el hombre que hizo explotar a Paraiso que se perdía (como tantos otros) entre Barcelona y Leon (donde no triunfo) a Rod Sellers, los triples de Enrique. Se trajo desde Cornella a Almeida (q.e.p.d.) y a Toni Pedrera (este hizo mejor a Sellers con su esfuerzo en los entrenos) Manolo nos llevo a lo mas alto: clasificación a la Korac, Semifinalista con las grandes eliminatorias y partidos ante isrelis, italianos y Griegos final de Copa etc.

Gracias a Manolo por lo feliz que nos hicistes.