sábado, 27 de abril de 2013

Calma después del inicio soñado

El paisaje después de la batalla.
Buenas noches desde la habitación del hotel.

No, para los que se empeñan (quizás con razón) en alistarme en la eterna conexión entre periodismo y alcoholismo, os aseguro que hoy no he salido a conocer la noche lucense. Y, en fin, motivos me sobraban: es una ciudad nueva, estoy contento por la victoria y hasta tenía con quien hacerlo, pero he pensado que mejor que no. ¿Me estaré haciendo viejo? Baj, bobadas. Pero es mejor reservar las balas. Vengo de tener un problemilla en un pie. Aunque lo tengo casi superado, es mejor no tentar la suerte.

Quizás mañana. Hasta el domingo a las 19.00 no es el segundo partido de la serie. Ahora estoy en ese momento de cierta descomprensión cuando has vivido mucho rato intensamente: desde que llegué al pabellón apenas he tenido un momento de relajación. Preparando las páginas, haciendo fotos, enterándome de alguna historia, poniéndole cara en 3D a gente como Javier Muñoz (entrenador del Ensino), Paco Basanta (periodista local) y Edgar Paz (tremendo experto en NCAA)...

Luego, claro, el partido, y escribir frenéticamente tuits y las dos páginas que se publicarán mañana en EL PERIÓDICO EXTREMADURA. La dura vida del enviado especial, supongo, pero es algo que me hace sentir muy vivo e identificado con mi profesión, ya lo he explicado algunas veces.

He sido el último en salir del pabellón. Mientras esperaba al taxi que me ha traído al hotel he charlado con las dos personas que custodian el recinto. Y me he dado cuenta de una cosa: la conversación sobre la crisis, sobre el colapso al que se encamina nuestro sistema, ha sustituido a la del clima como tema recurrente y común en todos. La gente está muy quemada. Y eso que los que hablábamos éramos tres tíos con trabajo...

También he sido el último en llegar a la cena. La mayor parte del equipo ya había devorado el arroz y los filetes de cerdo que había para irse sirviendo. Satisfacción y buenas caras, sí, pero nada de euforia. Lo mismo había pensado tras el partido. La celebración no ha sido muy efusiva. Todos son conscientes de que queda mucho partido, aunque al tema se le ha puesto buena cara.

Aquí os adjunto un par de fotos del final. Se confirma que no es una cosa que se me dé bien, pero el documento aquí queda para mi propio escarnio:



Sobre el partido en sí hay que comentar muchas cosas (y casi todas en positivo). Para ello os emplazo a la crónica que se publique, pero voy a destacar solo una. Muy pocas veces una valoración estadística ha sido tan injusta como hoy con Alex López. En su casillero hay un pírrico '1', pero hay que ver lo importante que ha sido en defensa y también en ataque (cinco puntos seguidos cuando el Breogán había recuperado una desventaja de ocho). Eso, partiendo de la base de que es injusto destacar a alguien cuando globalmente se ha hecho un partido tan completo y tan de equipo.

En fin, voy a ver si me relajo un poco. Mañana os cuento más cosas paralelas. El equipo estará por la mañana en el 'spa' del hotel y por la tarde realizará una sesión de entrenamiento que supongo que será leve.

1 comentario:

juan luis dijo...

Mira Javi, a propósito de Alex López, siempre he pensado y alguna vez lo he dicho, este chico es mucho mejor que lo que él mismo se cree. Posiblemente le falte "carácter deportivo".

Bueno, la primera ya está en la buchaca y desde luego . este nuestro Cáceres ya se está pasando en cuanto a exigencias. Ni a soñar que nos hubiéramos echado.
Saludos y pásate por Berruga o Verruga que no sé si es con b o con v.