sábado, 31 de mayo de 2008

Pena

"Quien no conoce las tristezas deportivas, no conoce nada de la tristeza". Lo dijo Julio Ramón Ribeyro, un escritor peruano. Me encanta la frase. Expresa bien el sentimiento de la gente a la que nos gusta el deporte y, salvo raras excepciones, tiene por consiguiente un equipo. Desprecio a los que nos toman por tontos porque nos entristecemos porque gente con la que no tenemos nada que ver, a la que muchas veces no conocemos de nada, "mercenarios", dicen, pierda partidos en los que nosotros no hacemos goles, ni metemos canastas. El deporte es identificación, es sentimiento, es... Como dice Paco Elías (al fin hoy no he tenido que soportarle, jeje), unos cuantos tipos juegan "por delegación". Así es que ya veis, la pena insondable que esta noche padecemos forma parte de este asunto, porque cuanto más nos ilusionamos con algo, más nos duele cuando no lo culminamos.

Ha sido como acompañar a una chica guapa a la puerta de casa una noche de diversión, risas y confidencias con ella y que al final te despida con un casto beso en la mejilla (comentario autobiográfico, sí, pero ¿a quién no le ha pasado?). Arriba la espera otro la mayoría de las veces. Pero hay más chicas. Y hay más veces para intentar conquistar a esa misma chica, para ocupar el lugar del otro. Pero a ver cómo se los explicas a los 4.000 tíos que esta tarde estábamos allí con cara de gilipollas, preguntándonos qué habíamos hecho para merecer eso.

Hay un momento en el que es preferible tomárselo con cierto sarcasmo. "Peor que lo pasé el día de la derrota de León no voy a pasarlo nunca", le dije a más de uno, aún como bloqueado por lo que acabábamos de ver, por todo ese sufrimiento y todo ese remar sin premio por una salida de pista en la última curva. Es bastante verdad lo de León. Aquel tren de la Copa pasó una vez y ya no volvió a hacerlo, aunque pensamos fugazmente que podía ser así en Málaga unos años después y no fue así (entonces no se llegó a la final). Pero sí os digo que seguramente el de hoy sea el segundo partido de cualquier deporte que más triste me ha dejado nunca. El Steaua-Barça el día de mi duodécimo cumpleaños también me dejó molido, lo confieso, y lo pondría en el tercer lugar del fatídico podio.

Hace poco Iron escribía aquí que, después de la derrota en el quinto partido ante el Andorra en el 92, la afición recibió a los jugadores tras el viaje de regreso y eso les animó para recuperarse y emprender con fuerzas el ascenso que lograrían ante el Prohaci unas semanas después. Ahora no hay segundas oportunidades, como ocurrió entonces, pero sí una nueva temporada en el horizonte en la que veremos cómo se configura todo. Recuperar la expectación, volver a la portada del Extremadura (espero que os gustasen las seis páginas de hoy, y las seis de mañana), recordarle a muchos que no hay deporte más espectacular que éste, es el gran legado que nos dejan estos últimos meses, por encima de una victoria o una derrota. Que os quede clara una cosa: si algún día más o menos cercano se consigue estar en LEB Oro, va a ser gracias a lo que ya podíamos llamar "el espíritu de mayo del 2008".

jueves, 29 de mayo de 2008

Un poquito (más) de egocentrismo




Las 2:24 de la madrugada y sé que debería irme a dormir porque mañana espera un día duro, lo mismo que el viernes, el sábado, el domingo... Pero nunca he sido de acostarme temprano y además quiero echarle un ojo al Celtics-Pistons (molaría una final Boston-Lakers, como de pequeños, ¿no?, y encima con Gasol). Además, sé que estaría un rato largo dando vueltas en la cama porque me bullen las ideas sobre cómo vamos a plasmar en mi periódico (sí, MI periódico) las finales a cuatro y más concretamente el asalto del sueño de recuperar la LEB Oro.



Alguien que no conozco me emocionaba un poquito el otro día. Me escribía un privado en el foro de ACB.com dándome las gracias por una cosa y diciéndome que somos el periódico de referencia para la información de baloncesto aquí. Menos "guapo", es lo más precioso que me pueden decir. Es lo que siempre hemos pretendido, justo desde el año en el que nuestras vidas cambiaron de la mano de los "Fariñas Boys". Luego llegó la ACB y, como el propio equipo, tuvimos aciertos, errores, subidas y bajadas, cariños y desafectos, pero siempre estuvimos ahí encima, dando lo máximo mi hermano José María y yo y luego posteriormente otra gente valiosa como Miguel Lázaro. No se nos podía ni debía escapar ningún detalle y, aunque no siempre lo conseguimos, creo que globalmente la gente se mantuvo informada de muchas cosas gracias a nosotros, aunque también intentamos ayudar al club porque también lo sentimos como algo nuestro.




Reconozco que estoy disfrutando mucho de mi profesión estos días y que por lo general lo he hecho durante toda esta temporada de reconstrucción del baloncesto de aquí. Por cierto, no me gusta mucho el término "resurrección" que usa el Cáceres 2016, porque no creo que estuviese muerto. Simplemente hibernaba a la espera de tiempos mejores. La última semana ha resultado realmente especial, devolviéndome viejas sensaciones que os podéis imaginar y que muchos también estáis reviviendo (el ascenso, la salvación, la clasificación europea, las Copas de León y Málaga...).




A veces alguno irónicamente me intenta machacar (o presionar) diciéndome que soy el periodista del baloncesto. Para mí es un halago. Ver que tengo un nivel alto a la hora de plasmar los acontecimientos como éste me alimenta. Y mucho. Espero que mi periódico y yo estemos a la altura estos días. Os garantizo que voy a intentar que así sea y os invito a todos a leernos, ya sea en papel (rascaos el bolsillo, puede que algún día lo enseñéis a vuestros hijos) o en internet. Vamos a hacer un gran esfuerzo y dar un gran número de páginas, sobre todo si todo va saliendo como deseamos. El baloncesto de Cáceres se lo merece. Vosotros os lo merecéis. Yo me lo merezco (que diría Michel tras meterle el tercero a Corea).


PD: Para que veais mi escaso sentido del ridículo, os confieso que el de la lengua en la foto soy yo, en la (improvisada) tribuna de prensa de la Ciudad Deportiva, en 1992. Joder, cuánto pelo. Y qué gafotas.

martes, 27 de mayo de 2008

Simplemente Martín




Os dije hace un par de días que escribiría sobre él y se me ha adelantado él escribiendo (un poco) sobre mí. Hoy en mi periódico publica Martín Fariñas un artículo sobre las sensaciones que le provocó el partido del sábado. Como es habitual, ha estado preciso, emocional, profundamente cariñoso. Aquí os lo copio y pego por si no habéis tenido la oportunidad de leerlo. Se titula "Vuelve Cáceres a redoblar".




Gracias, amigo Pedro Núñez. Gracias por invitarme el pasado sábado a presenciar el segundo partido de la eliminatoria para la fase de ascenso a la LEB Oro. La primera impresión al bajarme del coche fue ver grupos de aficionados que se dirigían hacia el pabellón con bufandas, trompetas y demás artilugios. Esto empezaba bien. La recuperación del sentimiento de pertenencia a Cáceres y al Cáceres caminaba hacia el Multiusos.
Redoble.
No hube andado ni siquiera veinte pasos cuando me encuentro con José María Bermejo acompañado de Santos Chaso, como si el tiempo no hubiera pasado. Buscaban un cafetito. Los dos con ánimo de apoyar para sacar el duelo adelante.
Redoble.
Ya en el interior del pabellón los ´Ortiz brothers´ me saludan amigablemente. Al menor lo recuerdo dándome prisas en una entrevista hace 16 años porque su examen de griego no podía esperar. La saga Mangut también estaba al pie del cañón. El pequeño, Marco, se ha convertido en todo un ´profesional´.
Redoble.
En el palco se ve el espectáculo de otra manera, con detalles que desde la pista tienen otra valoración. Desde el palco se gana o se pierde antes de que empiece. Se anhela ver la respuesta de la afición. Dejar más o menos sillas vacías supone el reconocimiento.
Si de buen trabajo hablamos, el equipo directivo lo ha realizado. Apostó antes de que se iniciara la temporada por devolver sin prisas, pero sin pausa, la corriente emotiva perdida hace años. Este es, sin duda, el mejor fichaje de la temporada. Recobrar las ganas de ver y sentir baloncesto Cáceres. El grupo de directivos ha sabido encontrar los recursos para devolver parte de lo perdido. El fichaje estrella ha vuelto. Y es de aquí.
Redoble.
Volver a escuchar El Redoble es síntoma de que todo va bien. Todo va por el buen camino. Más tarde o más temprano se conseguirán los objetivos. En esta tarea los aficionados tienen la última y definitiva palabra.
Pedro se emocionaba señalándome los numerosos grupos de niños que animaban. Le respondía que muchos de ellos habrán escuchado una y otra vez a sus padres y abuelos las historias de esos días en que Cáceres se emocionaba. Para todos ellos es el momento de poder vivir algo parecido por el módico precio de querer ser actores en esta historia. Será ahora o más tarde.
Redoble.
Para poner la guinda como por casualidad Carlos Sánchez-Polo, me saluda a la salida. Lo encuentro mas relajado y sonriente ahora. La transfusión de Redoble bien administrada hace maravillas. Gracias Pedro, por El Redoble. Felicidades a todos por el ultimo ´fichaje´.




En fin, espero que os haya gustado tanto como a mí. Coge bien las esencias de lo que fue el ambiente del partido, él que puede hablar mejor que nadie de eso porque fue el entrenador del ascenso a la ACB, hace ahora 16 años.




Nunca le olvidaré porque fue a la primera persona a la que entrevisté, una oscura tarde de febrero de 1992. En plena vorágine de aquel equipo al que nadie podía parar aparecí por esas cosas que pasan en la vida. Yo por entonces todavía hacía COU y el incidente que relata sobre el examen de griego no fue tal exactamente, sino de latín. Es cierto que echaba unos ratos en el periódico al mismo tiempo intentando aprender la profesión y luchando al mismo tiempo contra las declinaciones y contra lo mucho que me deslumbraban Martín y esos jugadores a los que todo el mundo adoraba, incluyéndome yo.




Conectamos bien, pero al poco tiempo también tuve un disgusto enorme con él porque no le gustó algo que escribí sobre uno de esos derbis tan calientes Caja Badajoz-Cáceres y vino a la redacción a quejarse. Con el tiempo puede parecer una tontería, pero aquella fue una especie de "estreno" por mi parte: viviría para siempre con la responsabilidad de lo que uno publica y el convencimiento de que no podía gustarle a todo el mundo, incluyendo a gente a la que apreciaba y aprecio. Algo similar me sucede con Piti Hurtado ahora: él también hizo el mismo examen de latín aquel día conmigo y el tiempo nos ha mantenido cerca en esta película tan extraña, cada uno en su papel, con cierta complicidad pero también sabiendo que no siempre vamos a estar de acuerdo.




No nos desviemos. Aquel incidente del Caja Badajoz-Cáceres no generó desconfianza entre nosotros. Simplemente sucedió y él supo pasar página seguramente mejor que yo. La temporada siguió siendo tan tremenda (la decepción de Andorra, el subidón de Prohaci) y luego vivimos el episodio amargo de su destitución, el 3 de diciembre de 1992, cuando aún no se habían cumplido seis meses del ascenso. Así es la vida de un profesional del deporte: hoy eres dios y en un abrir y cerrar de ojos te ves fuera de un proyecto que tú has engendrado.




Es una persona muy especial, creo que la más cercana con la gente que haya podido haber aquí y que habrá. Con los nervios siempre a flor de piel --no he visto a un entrenador tan intenso en la banda--, con máxima exigencia y al mismo tiempo máxima humanidad, la canasta de Freixanet supuso la cima de una carrera que luego volvió a flirtear con la gloria. Volvería a entrenar en ACB con el Fuenlabrada, que había comprado plaza, pero sería destituido al poco tiempo, y años después acercaría al Círculo Badajoz a un ascenso que impidió el Menorca. No ha vuelto a entrenar y ahora es el jefe de la obra social de Caja Rural de Extremadura, alejado moderadamente del baloncesto. Curiosamente, José María Bermejo, con el que acabó a tiros en el 92, le recuperó para la dirección deportiva del equipo que bajaría en el 2003. Aún no me explico cómo aceptó aquello: era imposible trabajar con tanto caos económico y tanta decepción acumulada, tan claro que estaba que todo se iba al garete.




Su dicotomía --nacido y adorado en Alcántara, crecido en y ciudadano de Badajoz-- explica lo profundamente extremeño que se siente. Siempre le recuerdo una frase que me soltó el 10 de mayo en el pasillo de vestuarios de la Ciudad Deportiva, después de ser duchado por sus jugadores . "Lo que hemos hecho es más importante que el descubrimiento de América". Luego aclaró que se refería a los fastos de celebración en la región del quinto centenario de la llegada de Colón a América, aquel programa denominado "Extremadura enClave 92". Todo un genio al que cada vez admiro más.

domingo, 25 de mayo de 2008

La auténtica victoria ya está conseguida


¿Cuánto hacía? ¿Diez años que no nos lo pasábamos tan bien (y tan mal en algunos momentos), viendo un partido de baloncesto? Yo por lo menos sí. Pocas veces he vivido un encuentro con tanta intensidad y emoción, con tantos matices que se me han quedado grabados, con tanta autenticidad. El Cáceres 2016 le ganaba hace unas horitas al Caja Rioja el pase a la Fase Final de la LEB Plata y lo hacía demostrando por qué amamos este deporte.


No sólo fue ganar. Fue el decisivo ambiente que generó el público, el suspense que ofreció casi siempre el resultado, la batalla sin descanso de los jugadores, las "trampas" que se pusieron mutuamente los entrenadores. Y, para mí, fue y es contarlo con compromiso y profesionalidad, que es lo más grande para alguien que se dedica a lo que yo me dedico. Sería tonta la pose del periodista frío al que le supuestamente le tiene que dar igual lo que haga el equipo de su ciudad.


Cada uno de los que estábamos allí dentro de unos años recordará lo que ocurrió esta tarde de una manera diferente y especial. Al lado de quién estaba sentado, cómo se preparó para el partido y qué hizo después, qué sintió. Cada uno tendrá una vivencia personalizada, con la sensación (que creíamos perdida) de que en nuestras manos estaba hacer historia, sentirnos importantes en esto del baloncesto, respirar las mejores esencias de un deporte maravilloso. O dentro de unos años se lo contaremos a quienes no han nacido aún, como muchos padres le han contado a sus hijos estos días el ascenso del 92. Por cierto que una de los encuentros más gratificantes que he tenido esta tarde ha sido con Martín Fariñas. Prometo que esta semana os hablaré de él.


Y lo mejor es que, en el fondo, a lo mejor dentro de unos días estamos pensando en que lo de hoy simplemente ha sido un aperitivo, la antesala de un palacio que empezamos a reconquistar. Y, aunque sea un argumento un pelín "amarrategui", no le falta razón a quien esta tarde me dijo que lo importante no es subir o no, sino recuperar la ilusión, y eso ya se ha conseguido con creces. No sería sano que, si se pierde alguno de los partidos del próximo fin de semana, acabemos con una sensación negativa de lo que ha sido, eso sí, un "año tobogán".


Esta semana voy a estar liadillo como imagináis, pero espero actualizar a menudo contando alguna cosilla como la de Fariñas. A ver si mi periódico sigue siendo referente de la información de basket en la ciudad. Es una buena ocasión para probarse a uno mismo.


De momento, PINCHANDO AQUÍ os dejo un "regalito" de lo que os gusta y que habla de algo que se nos está viniendo a la cabeza muy a menudo en los últimos días...


miércoles, 21 de mayo de 2008

PA-NA-DE-RO




Me ha resultado un poquitín difícil durante toda la temporada escribir y hablar sobre José María Panadero. Como ya he comentado alguna vez, es un tío al que, sin ser lo que se dice amigos, me une una relación personal más que buena, y eso te condiciona siempre un poco a la hora de tratarle profesionalmente, aunque no es lo más deseable. Pero a todos en nuestros trabajos nos pasa: la incompetencia de la persona con la que te llevas bien siempre la percibes de forma más benigna y por otro lado tiendes a apreciar menos la valía de quien te parece mal tipo.




Viene esto a cuenta del partido estupendo que se marcó "el Pana" el martes ante el Caja Rioja y en general en esta recta final liguera. Y que esto contraste con una temporada que en general ha sido bastante irregular, tirando a floja, seguro que mucho peor que la que él mismo soñaba el pasado verano cuando regresó a la ciudad que le vio nacer para jugar por fin. Me alegro especialmente de que en el momento cumbre es cuando esté sacando lo mejor de sí mismo, sacudiéndose los problemillas físicos que le han acosado durante todo el año. Durante mucho tiempo ha parecido que tenía más de esos 31 años que cumplió en enero y él lo sabía, viviendo insatisfecho la historia de no poder dar tanto como quería delante de la gente que le ha visto crecer.




El primer recuerdo que tengo de él es siendo niños los dos, cuando me lo encontraba en el ascensor de una de "las tres torres" de Doctor Marañón. Yo iba a casa de mi amigo Dani a jugar al ordenata (un Spectrum de esos con casette incorporado, por supuesto). Su padre es un histórico del fútbol local, pero él aprendió a jugar al basket en el Colegio Extremadura, con José Luis Preciados y Calderita. El Cáceres, cuyo ascenso había celebrado en la Fuente Luminosa con 15 años, le cedió al Doncel --Derell Washington, Oscar Rodríguez, Vicario...-- y allí empezó un largo peregrinaje por las cuatro esquinas de la península (y Melilla, donde fue MVP de una Copa Príncipe de Asturias). Nunca llegaría a debutar en ACB con el Cáceres CB, pero sí en un partido en la Copa Korac, el 20 de noviembre de 1996 en la pista del LKS Komfort polaco. No anotó, el equipo ganó (89-95) y Toni Pedrera hizo probablemente el mejor partido de su carrera profesional (33 puntos). También hay una historia rara de Stefano Vidili con una factura de los "extras" de la habitación del hotel la noche del partido, pero tengo versiones contradictorias y no me atrevo a soltarla.




Como los que vivís aquí, durante años veía a menudo a Jose Panadero por la calle, o en los garitos, cuando venía de vacaciones. Es un gran contador de anécdotas del mundillo baloncestístico. Llegó a estar tres temporadas en ACB (dos en Valladolid y una en Cantabria), pero su reconversión a especialista defensivo fue un tiro bastante mal pegado. Su agente, Paco López (el mismo que el de Calderón) siempre le ha llevado bien, de todos modos, y en LEB siempre ha tenido mucho protagonismo ofensivo en los equipos en los que ha estado. Lo que es él es lo que hemos visto estos días: un "killer" desde el exterior que también puede penetrar si se siente cómodo y con confianza en las piernas. Si a eso le añades oficio, veteranía, lo que nos queda es probablemente el "factor diferencial" que necesita todo equipo en este tipo de eliminatorias.




Su hijo nacerá pronto y puede llegar con un ascenso debajo del brazo, como el de Sanguino (Javier), como el de Piti (Manuel). Es una lástima que no vaya a darle tiempo a crecer para verle jugar en vivo. Supongo que algún día le pondrá el vídeo del partido de ayer o el de Plasencia o alguno de los diez próximos días y el crío flipará.


viernes, 16 de mayo de 2008

El corte de mangas de Ramón Rivas



Vaya 15 días que se nos presentan, ¿verdad? Partido esta noche ante el Almería, el martes posiblemente en Logroño, el sábado en casa el "playoff", el siguiente martes si es necesario el tercer partido fuera, el viernes la semifinal si se llega y el sábado el ascenso a la LEB Oro si la lechera sigue sin tropezarse. Buen momento para que todos nos pongamos las pilas y demos la mejor versión de nosotros mismos, cada uno en lo suyo: unos jugar, otros dirigir, otros animar y nosotros a informar. A ver si estamos a la altura.

Quien no estuvo a la altura en su momento fue nuestro protagonista de hoy. El pasado 21 de marzo se cumplieron los diez años de probablemente el momento más vergonzoso protagonizado por un jugador del Cáceres CB en la "etapa moderna". Muchos lo recordaréis con indignación: Ramón Rivas le pegó un corte de mangas a la hinchada del V Centenario. Increíble, tratándose de un jugador local, ¿verdad?

Rivas había llegado unos meses antes dentro del lujoso plan de refuerzos de Manel Comas para salvar al equipo del descenso. Lo de lujoso lo digo por él, por Pablo Laso y por Tim Breaux, porque lo de Greg Stewart aún estoy esperando a que me lo expliquen. El puertorriqueño había jugado bien para Comas en el Tau y acababa de ser cortado en el AEK de Atenas. Entonces los millones fluían una facilidad pasmosa en Cáceres para hacer remiendos de este tipo. Sin embargo, el pívot ya estaba en su decadencia como jugador y el equipo no acabó de mejorar en la liga regular, lo que le abocaba al "play off" de descenso.

Aquella tarde-noche, partido contra el Unicaja, la gente estaba quemadita con estas cosas. A ver, me autocito en mi crónica: "Se vivió uno de los incidentes más desagradables en la historia ACB de este club: un jugador, Ramón Rivas, le hizo un corte de mangas a su propio público. Quizás sea por lo que se recuerde este partido dentro de unos años (...). A falta de 3:35 para el final, Rivas, que no estaba haciendo un mal partido, encadenó un par de errores consecutivos y fue sustituido por Emiliano Morales. Gran parte de la afición cacereña, que ya venía haciendo patente su malestar con el rendimiento que viene ofreciendo el pívot, lo silbó insistentemente, a lo que Rivas respondió con un breve pero significativo corte de mangas. La escena fue sumamente descorazonadora, respondiendo el público con un abucheo mucho más generalizado. El gesto tardará en olvidarse, aunque es difícil de imaginar que el club despida al jugador. También sirve este inédito momento para ilustrar el momento crítico de un grupo demasiado superado por las derrotas...".




El Cáceres acabaría ganando aquel partido (70-67) y, a pesar de que jugaría 5 años más en la ACB, nunca volvería a vencer al Unicaja, que le derrotó en los diez siguientes encuentros, incluyendo aquel doloroso episodio que fue el último partido en la máxima categoría. Rivas anotó 10 puntos y cogió 3 rebotes, estadística ridícula esta última para un pívot con 30 minutos en cancha. Sus promedios finales en Cáceres fueron 7,7 puntos y 5,2 rebotes en 26,3 minutos y lo más positivo fueron sus "play offs" de permanencia contra el Ourense, con una habilidad hasta entonces rara en su carrera: el triple.




Y es que Rivas, a pesar de que el cuerpo se lo pedía a muchos, no fue despedido tras el corte de mangas. Se convocó una rueda de prensa un par de días después y pidió disculpas alegando los nervios del partido y tal y cual (lo cual sonó raro en un tío experimentadísimo de 32 años). Sin embargo, se le necesitaba y Comas le protegió, como por otra parte era lógico. Un año más tarde, Rivas le pagó "traicionándole", dejándole tirado tras fichar ambos por el Manresa y arrepentirse a última hora con el precontrato firmado. Y es que los partidos de Ramón Rivas en Cáceres fueron prácticamente los últimos de su larga carrera, que incluye un añito en la NBA con los Celtics que jugaron el Open McDonalds de Madrid-88 y numerosas internacionalidades con su país. La siguiente temporada, 99-2000, apenas jugó tres encuentros en Fabriano (Italia) y ya no volvería a las canchas.




¿Qué hace ahora, os preguntaréis? Es comentarista de televisión (a cualquiera cogen para eso) en los partidos de Orlando Magic en la versión en español (foto de la derecha). Ya se sabe que en Florida se habla casi más que el inglés. El otro día leí que proyectaba saltar al mundo de los banquillos haciendo "dupla" con el veteranísimo Herb Brown, que también le entrenó en Vitoria. No sé. No le veo. A ver si en vez de pedir tiempo muerto haciendo la clásica "T", lo va a intentar llevándose la palma de una mano a la mitad del otro brazo...


miércoles, 7 de mayo de 2008

Tres jóvenes también que recorrieron la autovía




Con motivo del partido de la primera vuelta entre Cáceres y Plasencia os hablé de los prolíficos años de vinculación entre los clubs de las dos ciudades. Podéis revisar el artículo pinchando AQUÍ. Hoy me referiré sin extenderme demasiado a los escasos jugadores que durante los últimos años han jugado en el equipo de un sitio siendo del otro. Tres casos que invitan a la reflexión, tres pequeñas historias humanas de jugadores bendecidos por la capacidad de jugar al baloncesto habiendo nacido en Extremadura.


El caso más llamativo es actualmente el de Miguel Angel Conejero, formado íntegramente en la cantera del Cáceres y que, tras pasar por Mérida y Doncel en EBA, dio el salto a la LEB Plata con el Plasencia el verano pasado. Es un chico que ha desarrollado un físico impresionante, desmintiendo a todos aquellos que pensaban que, por otros motivos, no iba a llegar a ninguna categoría íntegramente profesional. Conejero lo ha conseguido y ha sorprendido a muchos en esta temporada incluso mostrándose muy activo en ataque, aunque sus cometidos sean principalmente la defensa. Juan Pablo Márquez le llegó a sacar de titular en el partido de la primera vuelta para intentar frenar a Harper Williams, pero no le salió demasiado bien.


Le recuerdo jugando en el EBA del Cáceres haciendo pareja interior con Juan Sanguino. Piti se lo llevó luego al Mérida, pero ahí todavía no había explotado del todo. Siempre se le ha visto una especial capacidad para el tapón y el rebote ofensivo. A poco que ha mejorado su mano se ha convertido en un jugador súper útil que no tendrá problemas para encontrar equipos en, al menos, LEB Bronce. Aún es joven y tiene espacio para progresar si le dan confianza.


No es el único cacereño del actual Plasencia Galco. El junior Carlos Ferreiro ha debutado esta temporada en el equipo (apenas seis minutos en cuatro partidos). Su fichaje causó polémica el pasado verano, cuando decidió no continuar en la fusión de las dos canteras cacereñas --Cáceres y San Antonio, su colegio-- y aceptar la beca que le ofrecía el Plasencia, que además le prometía integrarle en la dinámica del primer equipo. Sobre Ferreiro, que no deja de ser un chaval joven con sus virtudes y sus defectos, se han dicho siempre maravillas en las categorías inferiores del baloncesto español, atrayendo incluso el interés de varios grandes como Real Madrid, CajaSol o Unicaja. Le acompañaban una mezcla de físico felino con talento a raudales que le convertía en el jugador dominador de la competición en la que participase.


Sin embargo, no sé si su decisión de irse a Plasencia le ha salido del todo bien, por ahora: no ha podido llevar a su equipo al título del campeonato junior y ha desaparecido de las convocatorias del primer equipo. Quienes le quieren en Cáceres afirman que le hubiese venido mejor quedarse, jugar minutos en el Circuito Sub-20, ser la estrella del campeón regional de su edad y arañar algún minuto en LEB Plata, como han hecho varios de sus compañeros de generación. No se le puede negar ambición: hace unos años, cuando tenía apenas 14, me dijo en una entrevista algo así como "sé que no me sentiré bien si no llego al menos a la ACB". Ahí queda eso.

El camino contrario recorrió hace unos años el placentino Mario Plata, que fue becado por el Cáceres Destino Turístico (denominación del Cáceres inmediatamente post-ACB) en la 2003-04. Plata era el base-escolta jugón que en infantiles, cadetes o juniors, si se ponía, podía llegar a la cifra de puntos que quisiera, un poco como Dani Callejo, Lorenzo "Chipi" Díaz o el propio Carlos Ferreiro. Dominadores a su antojo ante jugadores de otro nivel. Aunque apenas jugó en aquel complicado año en LEB, consiguió que el Caja San Fernando se fijase en él y le incorporarse para su cantera, donde tuvo minutos en EBA junto a un cacereño que le acompañó en la aventura, Víctor Lajas. La temporada pasada regresó al Plasencia Galco, donde, pese a lo que se anunció en un principio, no le dieron mucha bola. Tanto fue así que, me cuentan que algo hastiado de baloncesto, ha aparcado el sueño de triunfar en las pistas a nivel profesional y se ha centrado en estudiar una carrera en lo que parece una reflexión muy madura.


Hasta aquí el pequeño repaso a estas pequeñas historias. Si queréis leer más sobre el derbi, hoy he publicado en El Periódico un repaso a la trayectoria de ambos equipos esta temporada. También he escrito para el blog de J. A. Bola "Baloncesto desde Cáceres" un análisis uno por uno de los jugadores del Plasencia.