Las 2:24 de la madrugada y sé que debería irme a dormir porque mañana espera un día duro, lo mismo que el viernes, el sábado, el domingo... Pero nunca he sido de acostarme temprano y además quiero echarle un ojo al Celtics-Pistons (molaría una final Boston-Lakers, como de pequeños, ¿no?, y encima con Gasol). Además, sé que estaría un rato largo dando vueltas en la cama porque me bullen las ideas sobre cómo vamos a plasmar en mi periódico (sí, MI periódico) las finales a cuatro y más concretamente el asalto del sueño de recuperar la LEB Oro.
Alguien que no conozco me emocionaba un poquito el otro día. Me escribía un privado en el foro de ACB.com dándome las gracias por una cosa y diciéndome que somos el periódico de referencia para la información de baloncesto aquí. Menos "guapo", es lo más precioso que me pueden decir. Es lo que siempre hemos pretendido, justo desde el año en el que nuestras vidas cambiaron de la mano de los "Fariñas Boys". Luego llegó la ACB y, como el propio equipo, tuvimos aciertos, errores, subidas y bajadas, cariños y desafectos, pero siempre estuvimos ahí encima, dando lo máximo mi hermano José María y yo y luego posteriormente otra gente valiosa como Miguel Lázaro. No se nos podía ni debía escapar ningún detalle y, aunque no siempre lo conseguimos, creo que globalmente la gente se mantuvo informada de muchas cosas gracias a nosotros, aunque también intentamos ayudar al club porque también lo sentimos como algo nuestro.
Reconozco que estoy disfrutando mucho de mi profesión estos días y que por lo general lo he hecho durante toda esta temporada de reconstrucción del baloncesto de aquí. Por cierto, no me gusta mucho el término "resurrección" que usa el Cáceres 2016, porque no creo que estuviese muerto. Simplemente hibernaba a la espera de tiempos mejores. La última semana ha resultado realmente especial, devolviéndome viejas sensaciones que os podéis imaginar y que muchos también estáis reviviendo (el ascenso, la salvación, la clasificación europea, las Copas de León y Málaga...).
A veces alguno irónicamente me intenta machacar (o presionar) diciéndome que soy el periodista del baloncesto. Para mí es un halago. Ver que tengo un nivel alto a la hora de plasmar los acontecimientos como éste me alimenta. Y mucho. Espero que mi periódico y yo estemos a la altura estos días. Os garantizo que voy a intentar que así sea y os invito a todos a leernos, ya sea en papel (rascaos el bolsillo, puede que algún día lo enseñéis a vuestros hijos) o en internet. Vamos a hacer un gran esfuerzo y dar un gran número de páginas, sobre todo si todo va saliendo como deseamos. El baloncesto de Cáceres se lo merece. Vosotros os lo merecéis. Yo me lo merezco (que diría Michel tras meterle el tercero a Corea).
PD: Para que veais mi escaso sentido del ridículo, os confieso que el de la lengua en la foto soy yo, en la (improvisada) tribuna de prensa de la Ciudad Deportiva, en 1992. Joder, cuánto pelo. Y qué gafotas.
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