Pues ya tenemos lo de todos los años. Bueno, exagero. En realidad, las dudas sobre la continuidad del baloncesto masculino de élite solamente se han producido con el nuevo club en la pasada postemporada y en esta. Lo que pasa es que el recuerdo del pasado también está ahí y la situación se dio tanto en ACB como en LEB con el extinto Cáceres CB.
Ahora la situación vuelve a pintar oscura, muy oscura. Si ya el año pasado se consiguió 'sobre la campana' reunir los apoyos y un presupuesto digno, en este la historia no parece tampoco nada sencilla. Más bien es peor. Mucho peor. Hay motivos objetivos para pensar que el Cáceres Patrimonio de la Humanidad no estará la próxima campaña en LEB Oro. Sus principales directivos no se cortan al afirmar que están cansados, que lo de esta última temporada ha sido muy duro entre algunas promesas incumplidas, el escaso dinero que se ha cobrado a estas alturas de las instituciones públicas y la perspectiva de que el futuro no va a ser mejor a ese nivel. Han tenido que adelantar pasta, y mucha, justo cuando los negocios en los que están principalmente relacionados (la construcción) van a la baja. Como todo el país, claro.
Hoy especialmente me han llamado la atención las declaraciones de un hombre especialmente optimista como el presidente, José Manuel Sánchez, que hablaba de "futuro negro". Él siempre ha sido el más prudente, el máximo detractor de lanzar mensajes catastrofistas. Así es que a nivel interno debe estar viéndolo muy oscuro, muy largas las caras del tridente Chacón-Núñez-Abelardo, decisivos para el 'revival' de hace cinco años. Se ven incapaces de hacer una plantilla muy modesta, tipo Tarragona o Huesca, condenada a luchar por la permanencia. Creen, y seguramente no se equivoquen, que el público no entendería una ristra de derrotas y un año de sufrimiento mirando hacia abajo, por mucho que se intentase vender que esto es lo que hay. Ya sabemos cómo somos aquí.
No sé muy bien qué va a pasar. Aunque lo pueda parecer por lo que estoy escribiendo, no me atrevo a soltar el pronóstico de que no va a haber basket --en el sentido de basket profesional de unos mínimos, eh, porque EBA sí habría-- la próxima campaña. Ya queda estúpido aquello de "no me imagino Cáceres sin baloncesto", porque eso se produjo y no hace demasiado. Y no un año, sino dos. Esperaremos y estaremos atentos. Quedan tres semanas de suspense (y fe, y negociaciones) todavía.
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