jueves, 17 de febrero de 2011

El blues del autobús



Hablemos un poco del presente. Los muchachos perdieron en Melilla en el inicio de su semana trágicamente kilométrica. Me entretuve el otro día un poco y serán 3.750 kilómetros los que recorran entre el viaje a la ciudad autónoma y el de Pamplona. Eso en apenas cinco días. No ha habido mucha suerte con el tema del calendario esta vez: la única vez que juegas dos partidos fuera de casa seguidos y te toca en una jornada "de entre semana". Esto, unido a la tradicional alergia de los equipos de baloncesto de Cáceres a lo de los viajes, deja todo más bien "a huevo" para el rival.

Siempre me he preguntado por qué los equipos bajan tanto su rendimiento lejos de casa. No es de este Cáceres, ni de los anteriores. Es algo general del deporte profesional. ¿El cansancio del desplazamiento? ¿La presión del público? ¿No estar familiarizados con la pista? Un poco de todo, pero creo que la clave la dio más bien el líder y fundador de esa religión-filosofía llamada "el julbismo": "Los jugadores no van fuerte", dijo Alfred. Digamos. Y así.

¿No van fuerte los jugadores del Cáceres 2016 en partidos como el de Melilla? Al menos en la segunda parte, no, está claro. Se trata de un equipo competitivo, con gente muy experta, y que normalmente no se ha dado por vencido en partidos que se le ponen cuesta arriba. Otra cosa es que los ganen, pero al menos dieron la cara en sitios complicados como Murcia, Burgos y Santiago. Se perdió, sí, pero se dejó el aroma de que se había dado todo lo que se tenía. Por eso extrañan episodios como el de Melilla. Creo que ha habido una cierta dosis de despiste y de autojustificación para permitir esto: las cuestiones médicas (siempre con un insidioso halo de misterio), el "caso McCoy", la solidificación de los roles cada uno, sin que aparentemente eso pueda variar...

Lo mejor y lo peor es que esto no trae consecuencias graves. Me refiero a que el Cáceres 2016, después de los resultados de este miércoles, parece condenado a ocupar la cuarta o quinta posición al final de la liga regular: el Burgos tiene 3+1 victorias más, similar margen que el que se tiene respecto a Girona y Melilla. El factor campo en la primera ronda, objetivo aranzanístico al principio de la campaña, está casi asegurado, y solamente quedaría saber el rival. En la segunda ronda supuestamente esperaría el Burgos o bien el que no subiese directamente entre Obradoiro y Murcia. Y eso con el factor campo en contra. Panorama algo jodido, pero a esa altura ya sabíamos que no iban a regalar caramelos.

¿Claves? No sé. Si ahora me pongo en plan destroyer a decir que solo se juega con un americano y que apenas 6-7 tíos producen se me puede rebatir fácil por la esplendorosa temporada que se está haciendo en casa, con solamente una derrota y un juego solvente y efectivo. Es normal bajar fuera, pero no tanto. Aquello de Palencia y Alcázar hizo mucho daño. La confianza lograda en escenas como la del triple de Jeff Xavier en Huesca se fue para no volver, excepto con aquella remontada desesperada en Tarragona (no olvidemos que a falta de minuto y pico se perdía de 5 y se forzó la prórroga; entonces todos elogiamos el carácter que ahora se echa de menos).

Pronostico que el León, una plantilla limitadísima que hasta hace poco había hecho una temporada colosal, seguirá perdiendo y que el Cáceres se quedará solo y sin demasiados objetivos tangibles en la cuarta plaza. Será un buen momento para reconstruir los mecanismos del equipo de cara a los "playoffs". Pese al cabreo general que produjo el 91-73 de Melilla, queda temporada para rato, y muy interesante.

3 comentarios:

Felipe dijo...

Pues aunque como bien dices queda mucha temporada, a mí estas derrotas me joden sobremanera. No por perder, que se puede perder aquí y allí, sino porque parece que cuando se nos van de 10 ya decimos: Que le den por culo al partido y a otra cosa mariposa. Ayer, entre la técnica esa a Ryan y el festival de triples con el que empezaron el último cuarto nos dejaron fritos. ¡Coño, que era el Melilla! Pues nada, ni reacción ni pollas, y como siempre, al final perdimos con la máxima diferencia y nos cascaron 91 chinos.

Si seguimos con esta dinámica de perder uno de cada dos partidos me temo que la gente va a empezar a sentir que somos mediocres, y eso es lo que más aburre: Ser y sentirnos mediocres.

Y lo que más me fastidia es que ser mediocres nos vale: Yo también creo que el León se va al garete, que muy pronto nos quedaremos en la cuarta plaza en solitario y que bastará con ganar los partidos de casa para mantenerla, y a lo mejor las últimas 3 ó 4 jornadas no tenemos nada por lo que luchar. ¿Mantendremos entonces la poca tensión que aún nos quede, justo antes de los playoffs?

Vamos, que eso de quedar 4º está muy bien (aunque yo apostaba por acabar más arriba cuando empezó la temporada), pero el objetivo es PASAR LA PRIMERA RONDA de los playoffs, no otra cosa, para mejorar lo del año pasado un escaloncito y cumplir el "seguir creciendo".

Y si no, mediocridad.

Juan dijo...

Pues la verdad es que sí, que uno no se acostumbra fácilmente a asumir que su equipo palme habitualmente a domicilio...

Lo que pasa es que yo creo que estos ( no lo digo despectivamente, que se me entienda...) son como el típico corredor curtido en mil batallas y da la sensación de que saben en todo momento cuándo deben pisar o no el acelerador. Me explico.

Comparto la idea de que cuando ven que el rival se les escapa fuera de casa, subconscientemente se dejan ir, y luego por otra parte, da la sensación de que tienen interiorizado su puesto en la tabla, de manera que especulan con esa 4/5 plaza...

Obviax no me gusta, pero es lo que hay.

Me ha gustado lo de " ir o no ir duro."

Por otro lado, insisto en que pese a ser una plantilla competitiva en el sentido de que tiene jugadores que se la pueden liar a cualquiera, es corta y entradita en años. El puesto en la tabla, a mí me parece muy razonable. Para estar más arriba, en mi opinión, hubiera hecho falta una mayor aportación de los Movilla, Sanguino, Mediano y demás... Además, el rendimiento de McCoy, Lucio y por días Jeff es excesivax intermitente.

Veremos qué tal en Pamplona.

Un abrazo.

lyman dijo...

No hay una explicación demasiado racional del porqué de esas derrotas fuera de casa ante rivables (reconociblemente) inferiores. Creo que muchos tenemos en mente varias razones, y algunas ya las habéis desgranado, en mi opinión acertadamente.

Pero, de la necesidad virtud: la mayoría de los aspectos más destacados y que son úninamente halagados de nuestro equipo se relacionan, sencillamente, con la experiencia y veteranía verdinegra...por tanto, no deja de ser lógico cierta actitud de "nadar y guardar la ropa", que se suele permitir cuando desde la grada nadie va -precisamente- a reprocharte tu actitud. Tenemos un equipo de rendimiento más regular que ningún año...para lo bueno y para la malo.

Ese "saber hacer" de veterano curtido que (como sabiamente apunta otro classic "gladiador" como Juan) a poco que el partido se ponga en exceso cuesta arriba, se "dejan ir"; a sabiendas, claro, de que la temporada en casa es sobresaliente y que están en los puestos que todos nos autoexigíamos al principio de año.

Da una sensación (un poco desalentadora, para que negarlo) que se da por descontado la posición y que manda el cuerpo guardar fuerzas para el tiempo de playoff...tampoco es que esto carezca por completo de sentido, más aún cuando todos reconocemos que en términos generales se cumplen los objetivos y que de fondo de armario, andamos un "poco cortos".

Saludos, joven Dolores.