Estos días asistimos a una catarata de halagos al proyecto del Barcelona de baloncesto. Probablemente los mismos que hace un año sacudían a Xavi Pascual, Chichi Creus y todo lo que se moviese alrededor tras la derrota ante el CSKA en semifinales hoy les ensalzan. Pero su trabajo ha sido el mismo una temporada que la otra, sus méritos y capacidad exactamente la misma. Todo depende de que enfrente te encuentres a un Siskauskas en estado de gracia, como ocurrió aquel día, o sepas contener la reacción del Olympiacos en el tercer cuarto, como pasó el domingo. Resultadismo puro y duro, me temo.
No es este blog para hablar de Euroliga, no. Simplemente quería contar una anécdota relacionada con Creus, la mejor casi seguro que me ha sucedido en mi vida. Y eso que sucedió antes de que me empezase a dedicar al periodismo, fuente inagotable de sucesos inimaginables todos los días. Pero aquello fue insuperable. Y siempre lo recordaré con un cariño enorme. Siempre.
Sucedió en 1989, en un tórrido verano de esos en los que las únicas salidas eran esperar el petardazo anual de Perico Delgado a eso de las 4 de la tarde y soñar con que el Licor 43 con naranja en el Parque del Príncipe no te sentase excesivamente mal a las 11, justo antes de regresar a casa. Como ya he contado otras veces aquí, soy un pésimo jugador de baloncesto. Hasta mi mujer me gana en el concurso de triples del Wii Sports Resort. Pero yo por entonces soñaba con mejorar aunque fuese un poquito practicando ese deporte que me apasionaba y del que veía todos los partidos. Así es que me apunté a un campus que organizaba en Cáceres el Club Baloncesto Granollers, entonces llamado Cacaolat.
No aprendí demasiado en aquellas largas jornadas en el Municipal, actual Serrano Macayo Arena. Más bien nada, aunque al menos me ayudó a estar entretenido y a alejarme bastante de las revistas porno (bueno, quizás no tanto). La historia llega aquí: el Granollers trajo como profesores durante un par de días a Larry Boston, un veterano jugador (http://www.basketpedya.com/player/Larry-Boston/509) que nunca llegaría a estar en la ACB, y el gran Creus, que por entonces ya era uno de los mejores bases nacionales, aunque no el mito que es ahora después de todo aquello del título con Manresa.
Mi mejor momento del día era el campeonato de un prolijo trivial pursuit adaptado al basket que había regalado la revista Basket 16 aquella temporada. Poco a poco con mis enciclopédicos conocimientos (no es sarcasmo, ojo) fui eliminando rivales hasta que llegué a la final y la gané. Nada sorprendente, valga la chulería. El caso es que los monitores (entre los que estaba, por cierto, Ñete Bohigas) y mis compañeros empezaron a conocerme bajo el apelativo de “Trivial”. Quizás peyorativo, eh. No sabía ni hacer una entrada a canasta, pero sí quién era el base suplente de los Milwaukee Bucks o el segundo apellido de Sibilio. Fascinante.
El día que vino Creus, aparte de su charla y sus truquillos (ays, si el talento pudiese enseñarse…) a alguien se le ocurrió enfrentarle a “Trivial”, y no precisamente en la pista. Y, Dios mío, le gané. Aún no me lo creo, y han pasado más de 20 años. No fue una victoria holgada, eh. A veces uno habla con jugadores y no saben absolutamente nada de nombres, fechas, partidos, historia… Sólo saben meterla, o pasarla, o hacer que el otro no la meta. Y no es poco. Creus no era así. Las de baloncesto español las manejaba genial (hubo incluso alguna sobre encuentros en los que él había participado), aunque flojeaba algo en las de NBA, donde el insolente adolescente sacó ventaja.
Ocurrió. No lo soñé. Todo el mundo me felicitó. Él me llamó “Trivial” también con una gran sonrisa. Me hizo pensar (en el rato que mi cerebro estuvo libre tras pensar 23 horas y 59 minutos al día en la chica que NO me saludó en el Duque) que todo ese conocimiento quizás vacío que yo había acumulado los años anteriores podía servir para algo. Y acabó sirviendo, mirad por dónde…
El último capítulo de la anécdota se produjo unos años después. No pude evitar abordar a “Chichi” en la zona de vestuarios del V Centenario, en una de sus visitas con el TDK, y relatarle, a grandes rasgos, la película. No sé si por quedar bien, pero me dijo que se acordaba, que no era raro que me dedicase a escribir de basket.
¿Ha sido para tanto? Quizás no, pero es uno de los recuerdos más especiales de mi vida.
PD: Como premio, me regalaron el Trivial. Y aquí está todavía, lo veis.
4 comentarios:
Ya es casualidad que esté escribiendo en tu anterior entrada, y que cuando la publique me encuentre con otra…
Me ha parecido deliciosa la anécdota. Y entiendo perfectamente que la recuerdes como muy especial.
No sé cómo serías de pequeño, aunque intento imaginarte… pero me resulta fácil intuir las conversaciones de los monitores de aquél campus… Algo así como “ El Trivial ése, el pequeñajo… qué paquete es el cabrón, pero sabe más de basket que Díaz Miguel…”
Además, le concedo mérito a la hazaña. No creo que fuera fácil doblegar a Creus en ese tipo de afrentas. Sobre “ Chichi ”, te diré que desde que le vi dirigir el timón del campeón Manresa con 40 años, y le escuché como comentarista impartir magisterio en la tele, no me cabe ninguna duda, de que es un súper-dotado en esto del baloncesto.
Bueno, quién coño era la que no te saludaba en el Duque??… Alguna histórica??... Y cuál era el segundo apellido de Cándido?? Vaya crack estás hecho…
Cuídate “Trivial.”
Muy buena Ortiz¡¡ no nos dejes abandonado el Blog durante el parón primavera-verano¡¡
Este tipo de historias son especiales y a mi particularmente me alegra que las compartas a través de este medio¡¡
Si necesitas algún ayudante para el períodico me lo dices..:-) no llego a "trivial" pero aún recuerdo mi conversación con Alexander Petrovic en Trujillo el día de Extremadura cuando vino con la Cibona de Zagreb de segundo de Novosel
Un Saludo
Muy buena Javier. Creo que historias como esta son las que dan sentido al blog. Recordar historias pasadas de nuestro bonito deporte.
Seguro que podriamos recordar muchas historias personales y anecdotas de los viajes realizados: León, Madrid etc....
Anecdotas como esta tuya de "Trivial" me hacen recordar el Trivial que hicimos en nuestro post del Foro Acb.com durante el tiempo que estuvimos sin equipo. Iron y yo dominabamos especialmente en las de los años más antiguos.
YO recuerdo haber visto a ¨Ñete Bohigas siendo base del Caceres CB en el pabellón Serrano Macayo junto a Ayesa, Monsalve, Javi Esteban o Trucho (el que acompaña en la actualidad a los árbitros cuando se retiran a vestuarios)Ya fui socio en la 88-89. Aún conservo el carnet.
Te voy a contar un secreto: los mejores jugadores de basket nunca bebían Licor 43...(pese a que le dio nombre a un equipo...que contradicción¡).
Impresionante entrada, tan grande como Chichi Creus (no es irónico, eh); y desde luego no dudo que eras (eres?) imbatible en ese y otros trivials de nuestro deporte.
Un abrazo
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