domingo, 30 de diciembre de 2007

¡¡¡Richard Coffey nos escribe!!!


Buenas noches. Ésta es la última actualización del año y quizás también la última que voy a hacer en al menos una semana por esto de las vacaciones navideñas, que al fin me tocan a partir de mañana. Como "compensación" os quería "regalar" algo muy especial, al menos para mí. Por primera vez un ex jugador del Cáceres CB ha hablado para Bujacocesto. Quizás no es el más significativo de nuestra historia, pero creo que tendrá su interés. Richard Coffey estuvo siete partidos aquí sustituyendo a César Portillo en la temporada del debut en la ACB, en noviembre-diciembre de 1992. 13 puntos y 8 rebotes de media. Seguramente el recuerdo sea peor que los números, ¿no? Fue un momento difícil y seguramente no era el tipo de jugador que el equipo necesitaba. Cosas del basket, pero no es un cualquiera: puede presumir de haber jugado 68 partidos en la NBA. Le he localizado en Minneápolis y me ha escrito muy amablemente un mail hablándonos un poco de su pasado y su presente. Quiero agradecer la ayuda de su mujer, Sheba, que también ha estado muy simpática. Ahí os traduzco lo que me ha contado.

"Recuerdos de Cáceres
Hola y saludos a todos. Me encantó jugar para Cáceres aquella semanas porque me recordaba por sus dimensiones como ciudad a Aurora, en North Carolina, el sitio en el que nací. Me encantaban los aficionados por su pasión y porque le daban mucha energía a nuestro juego. Era estupendo jugar ante ellos, la verdad. Después estuve un año jugando en Japón y dos más en Turquía, pero tuve una grave lesión que me obligó a retirarme.

Vida actual
Me casé con mi amor desde el instituto, Sheba, hace ya 16 años. Tenemos 3 hijos de 14 (Sydney), 12 (Nia) y 10 años (Amir). Vivimos en Minneápolis, en el estado de Minnesota. Mi pasión es entrenar a chicos jóvenes, que es lo que he estado haciendo desde 1997. También he entrenado a gente más mayor, organizando campus y comentando partidos por televisión de la Universidad de Minnesota. También me dedico a dar charlas de motivación y he sido árbitro de baloncesto. Me encanta ser marido y padre y ver a nuestros hijos sacar muy buenas notas en el colegio y teniendo buenas actuaciones también en deportes como el baloncesto.
Aparte del basket, me encanta jugar al golf y he participado en algunos torneos benéficos.

Negocios
También he estado en el mundo de las ventas de grandes empresas desde 1997, dirigiendo equipos de gente. Los sectores en los que he trabajado son el material de oficina y las industrias de limpieza.

Sueños y esperanzas
Estoy planeando tener mi propio negocio y sacar mi propia línea de prendas deportivas. Me gustaría seguir entranndo baloncesto y dar más charlas de motivación. Me gustaría que mis hijos pudiesen continuar con la empresa y hacerles independientes económicamente con negocios de éxito".


En fin, vuelvo a ser yo. No se lo he comentado, pero si queréis hacerle alguna pregunta o algún comentario, se lo puedo pasar. Seguro que responde encantado.

jueves, 27 de diciembre de 2007

Jordi Soler, carta 7d, número Katorce




Uno de mis grandes vicios (confesables) es el eBay. Normal sabiendo que me gusta coleccionar pequeñas cosas de baloncesto, sobre todo revistas antiguas y álbumes de cromos. Además, se suelen encontrar curiosidades imposibles de conseguir en las tiendas que muchas veces son baratas. Mi última compra han sido unas barajas de cartas: una de fútbol, otra de la NBA y dos de la ACB (una de la temporada 85-86 y otra de la 93-94). Como imaginaréis, y supongo que alguno tenéis alguna, hay algunas fotos descojonantes. Un placer para un "friki" como yo.


Me centraré en la baraja 93-94 y en el hombre del que os voy a hablar. Ya le habéis visto en la foto: Jordi Soler Esperalba, la carta 7d. El otro representante del Cáceres CB en el mazo es Raymond Brown, pero a mí me parece más importante Soler, un hombre fundamental en el despegue del club en la segunda temporada en ACB y que tuvo un periodo aquí desgraciadamente (para todos) breve, porque pudo haber marcado una época. De hecho lo hizo.


Apodado el "Petrovic de bolsillo", durante una época fue la perla de la cantera azulgrana. Hijo de Josep María, exjugador y entrenador en los 60 y 70, me reía mucho cuando Manolo Flores me contaba que lo había tenido en brazos de pequeño. Debutó en ACB muy joven, pero Nacho Solozábal le cortaba el paso a cualquiera. Así es que buscó las castañas fuera de casa: Manresa, Murcia... y Lliria, donde fue derrotado por el Cáceres en el mítico "play off" de permanencia de mayo del 93. En la ciudad valenciana se comentaba con muy mala intención que ya había fichado aquí cuando se jugó aquello. Seré un ingenuo, pero no me lo creo...


Soler llegó a Cáceres y desde el principio impuso la dictadura de su juego: inspirado buena parte de las veces, imaginativo otras tantas, quizás algo débil defensivamente, pero siempre rentable, siempre generador de sensaciones. Qué buena mano tenía. Juan Carlos Navarro me recuerda bastante a él. Tan bien jugó aquí que Lolo Sainz le hizo debutar en la selección absoluta y parecía que podía convertirse en el base de España, que en aquel momento dudaba entre gente como Rafa Jofresa, Nacho Rodríguez, Nacho Azofra o Pablo Laso. Pero solo vestiría "la roja" un par de veces.


Era... digamos, muy suyo, muy especial, capaz, por ejemplo, de tener el contestador de su casa de Cáceres en catalán. Siempre necesitado de cariño y de protagonismo, de ser la Lola Flores del equipo. Por eso aguantó tan mal que Sergei Bazarevich llegase sustituyendo a Nebojsa Ilic en la segunda temporada y él pasase a ser escolta, donde podía sobar menos la bola. Con el ruso sus relaciones no pasaron de frías. Entonces seguramente maquinaba ya largarse a la primera oportunidad, aunque su rendimiento e implicación no disminuyeron. Todo lo contrario.
Pero el Murcia estaba dispuesto a recuperarle al precio que fuese. Y lo hizo.


El verano del 95 lo recuerdo como el del culebrón de Jordi Soler. El Cáceres estuvo hábil recurriendo al derecho de tanteo (igualando la mejor oferta se quedaba) y forzó que el Murcia pagase nada menos que 10 millones para que el jugador pudiera ser suyo. Hubo palabras muy feas entre presidentes y la imagen de Jordi se deterioró un poco ante la afición por ese empeño suyo por irse cuando en teoría era tan feliz entre nosotros, tan jugador le habíamos hecho entre todos.


Tanto le queríamos que aprendimos a olvidarle 17 días y... 500 millones de noches. No sé, nunca volvió a haber aquí un base tan creativo, tan decisivo, por mucho que molasen Bruno Hamm y Pepe Arcega. En el pecado tuvo la penitencia: en Murcia le fue realmente mal. Aunque empezó jugando con el mismo nivelazo, protagonizó dos escenas realmente escalofriantes que le fastidiaron el invento y puede que la carrera: su propio compañero Bobby Martin (que acabaría aquí unos años más tarde) le agredió durante un tiempo muerto harto de llevarse la bronca y, semanas después, se dio un impresionante golpe que le provocó convulsiones e hizo temer lo peor. Tuvo una fisura en el cráneo, nada más y nada menos.


No volvería a ser el mismo. Dicen que ya le dio miedo repetir aquellas "suicidas" entradas a canasta. El caso es que el Murcia el verano siguiente le largó a Fuenlabrada en ACB con Martín Fariñas (96-97) y luego nada. Jugó en su ciudad, Mataró, hasta que le reclamó el Melilla, pero nada... Según me contó Felipe Fernández, probablemente su mejor amigo en Cáceres, le llamaba en la 97-98 (el del "casi descenso" en Ourense) y le decía: "¿de verdad que no podría yo ayudar allí?". Así es fácil especular con que se arrepintió de marcharse, pero en la vida uno debe asumir las consecuencias de sus decisiones y es de hombre tragarse la lluvia cuando escoges salir de casa sin paraguas.


Seguramente harto de baloncesto, se retiró en 1999, con apenas 30 años. Un desperdicio, sobre todo viendo todo lo que han durado en esto algunos gañanes. Hace poco hablé con Manolo Flores sobre él y me contó buenas y malas noticias. Se le murió el padre recientemente y coincidieron en el entierro. Jordi estaba triste, pero entero, y habló con felicidad de la época de Cáceres. Parece que el malestar que tenía con su entrenador por aquella decisión de Bazarevich lo ha borrado el tiempo. Ahora dirige con éxito la empresa familiar de impermeabilizaciones que, curiosamente, se llama "Katorce", el número que lucía como verdinegro. Hace poco ha firmado un convenio de colaboración para ayudar económicamente al Mataró, lo que podéis ver en la otra foto. No parece que esté muy "cascao". Seguro que se cuida.


PD: La baraja que me ha servido de excusa tiene 32 cartas. Aparte de Soler y Brown, contiene a otros cinco jugadores que luego jugarían en el Cáceres: Orenga, Arcega, Sallier, Rivas y Laso. O éramos un "grande" o un "cementerio de elefantes". O las dos cosas...

sábado, 22 de diciembre de 2007

Harper Williams, un fichaje "a lo Deon Thomas"


El ayer a veces se fusiona con el hoy. O al menos el hoy recuerda enormemente al ayer. Es lo que he pensado después de que se anunciase el fichaje de Harper Williams por el Cáceres 2016. A mí me ha parecido una operación "tipo Deon Thomas" ya iniciada la temporada 2001-02.

Thomas vino por Nick Davis, que había sido un recambio provisional de Andre Turner. Se veía que a aquel equipo, como a éste, le faltaba presencia interior, opciones, sabiduría ahí abajo y un "go-to-guy", que dicen los americanos, un tío al que darle la bola. Y entonces Alfred Julbe y ahora Piti Hurtado decidieron tirar de oficio: arriesgando sin arriesgar. Porque tanto Thomas como Williams llegaron después de seis meses sin jugar, con la promesa de que se pondrían pronto en forma y que a base de calidad resolverían los problemas bajo el techo del Multiusos.

Al menos en el caso de Thomas fue así. Se le veía que estaba cascadillo, pero tenía unos movimientos perfectos al poste bajo y un buen tiro a 3-4 metros. Casi lo mismo que Williams, con la diferencia de que éste es incluso más duro, mejor defensor, aunque también con el matiz de que Thomas llegó con 31 años y su compatriota lo hará con 36. En fin, es la LEB Plata, no es la ACB, ya lo sabemos.

Williams casi siempre ha hecho buenos partidos en Cáceres. Habrá que ver en qué condiciones viene. La actitud está yo diría que asegurada: tiene fama de ser muy profesional, de cuidarse mucho. Como Thomas, vamos, que la temporada pasada jugó en Bulgaria. Llegó a ganar la Euroliga con el Maccabi. Fijaos que hasta coinciden en varios ex equipos (Gran Canaria, Manresa) y los números ACB muy similares (alrededor de 15 puntos y 7 rebotes). Por cierto que en la foto que he conseguido en el archivo del periódico aparecen los dos en un Cáceres-Manresa. Fue una lástima que Deon se fuese el año del descenso por los problemas económicos. Incluso estaba haciendo mejores estadísticas que el anterior.

En fin, hasta aquí llego. No tengo demasiado tiempo este fin de semana entre unas cosas y otras, incluyendo las navidades. Aprovecho para desearos unas felices fechas a todos. Me siento muy cerca vuestro en este espacio que hemos abierto, como una familia corta, pero bien avenida, compartiendo las cosas que nos gustan.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

El (hasta ahora) desconocido "caso Baltanás"


No suelo dar grandes noticias en este blog. Y menos sobre el pasado, sobre el que a veces me da la impresión de que todo está escrito y que lo que yo únicamente hago es recopilarlo o recuperarlo. Pero me ha venido a la cabeza una historia que nunca llegamos a publicar, supongo que porque en su momento no pudimos confirmarla del todo. Lo sabe muy poquita gente. Es el que desde ahora bautizo como el "caso Baltanás". Agarraos que vienen curvas.

22 de diciembre del 2002. O sea, dentro de nada se cumplen 5 años. La temporada del descenso, en una palabra. Partido del Cáceres CB en el Martín Carpena ante el Unicaja. Como casi siempre durante una buena época, derrota clara, a pesar de un buen inicio (10-19). El resultado final sería 98-77 y, faltando poco más de un minuto, Boza Maljkovic decidió darle el premio del debut en la ACB a Marcos Baltanás, un "chaval" del Unicaja de la EBA que por entonces tenía 26 años. Era el típico jugador de la casa, muy voluntarioso y que ayudaba mucho al equipo en los entrenamientos cuando había lesiones, pero que no daba el nivel para estar en la élite.

Nadie sabe cómo, pero la ACB dio por buena en principio la ficha del jugador, que se sentó con normalidad en el banquillo hasta que Maljkovic le llamó con el partido decidido. Jugó 1 minuto y 29 segundos en los que se clavó una canasta de 2 y otra de 3 ante el júbilo de la afición local. Curiosamente, otro que jugó ese "minuto y pico de la basura" fue Fran Vázquez.
La cuestión es que el Cáceres, que lo sospechaba antes, supo posteriormente que si hubiese impugnado el partido lo hubiese ganado con casi toda seguridad por alineación indebida, porque según la normativa --y creo que no ha variado mucho-- no se pueden tener jugadores vinculados que tengan más de 22 años. Y Baltanás los superaba con creces, por lo que el Unicaja, que no le había alineado como jugador de la primera plantilla sino como vinculado, se había saltado a la torera la norma.

Claro, me diréis que los partidos se ganan en la cancha y que no hubo mala fe por parte del Unicaja. Supongo que es lo que tuvieron que pensar en el club cuando decidieron no presentar el recurso, que se estudió muy seriamente y contaba con enormes posibilidades de éxito. También creo que no quisieron tensar la cuerda con la ACB, con la que las relaciones no fueron fáciles durante los últimos años debido a la imagen que daba el club por sus problemas económicos. Baltanás nunca volvería a pisar una pista ACB.

¿Qué hubiese pasado en caso de que ese partido hubiera contabilizado como victoria cacereña? Según la clasificación, nada, porque el Cáceres quedó bien lejos del tercero por la cola, pero quizás el ambiente hubiese sido otro durante la segunda vuelta, tan escaso que estaba el equipo en cuanto a partidos ganados, y se hubiese llegado a aquella "final" de Valladolid en otra circunstancia.
La historia te da sorpresas, sorpresas te da la historia.

lunes, 17 de diciembre de 2007

De Pablos, el hombre que se quedó




Nos pasamos la vida en este blog hablando de leyendas de nuestro pasado, pero, la verdad, no nos encontramos a ninguna o casi ninguna de ellas por la calle. Claro, claro, pensaréis que Enrique Fernández y Toni Pedrera viven todavía entre nosotros, pero es que son cacereños. La pregunta es ¿cuántos de quienes vinieron de fuera por el tema del basket acabaron quedándose? La respuesta es sencilla, contundente y algo triste: UNO.

Sí, a primera vista no caíais, pero está claro: Angel José de Pablos Escalona. Vayamos a él.

Nacido en Valladolid en 1967, formado en el Fórum, hijo y hermano de periodistas deportivos, De Pablos llegó aquí jovencísimo, con apenas 22 años, en 1989, para participar en el proyecto del equipo de Segunda División que soñaba con alcanzar al Caja Badajoz, entonces referente del basket regional en Primera B. Tras un primer año bastante gris, el segundo (90-91) resultó algo más interesante. En aquel equipo estaba gente como Hortigüela, David Suñé, Juanjo Morcillo, Antonio Espina --primo de Fernando Martín, decían--, Porfirio Fisac --voluntarioso exterior, pero poco más--, Arturo Corts --espigado pívot-- y otros dos interiores: Pepe Benedé y el local Javi Esteban, un tipo por el que siento gran admiración en lo personal, por cierto.

Siempre se recuerda machaconamente que la temporada del "boom" del baloncesto en Cáceres fue la del ascenso a la ACB (91-92), pero no es exacto. Lo cierto es que en la 90-91, que es de la que os estoy hablando, había grandes entradas y fuertes ambientes en el Pabellón Municipal. La presión contra los árbitros era dura y la configuración del actual "Serrano Macayo Arena" (jua) ayudaba a ello: la gente muy cerca de la banda y los colegiados a merced de la turba cuando se retiraban a vestuarios. Inaudito.

Bueno, dejo de enrollarme. No se subió --el CABA Albacete de Roberto Gómez y Santi García demostró ser mejor y tras reforzarse, con polémica, con el nacionalizado Fernando Tomasiello-- y hubo que comprar la plaza en Primera B al Bosco de Vigo. Benedé y De Pablos fueron los únicos seniors que siguieron en la plantilla, el primero por su tirito de 5 metros, siempre abierto; el segundo, por su inteligencia con el balón, por su voluntad de no destacar, de hacer mejores a sus compañeros, de ver siempre antes el pase que el tiro...

Supongo que recordais la "dupla" que hizo con Tony Romero el año del ascenso. El catalán era todo lo contrario: brillante ejecutor, triplista... Fariñas nunca pareció decantarse por ninguno de los dos (incluso probó una época con Alvaro Rodríguez) y eso acabó siendo bueno: había competencia y ninguno arrojaba la toalla en la lucha por jugar más minutos que el otro.

Angel seguro que vivió uno de los momentos más decepcionantes de su vida cuando se enteró en el verano del 92 que no podría seguir viviendo el sueño ACB del que había sido tan artífice como cualquiera. Fariñas eligió a Romero, aunque con el tiempo podría acabar pensándose que De Pablos hubiera sido mejor complemento de Kevin Pritchard. Empezó entonces una larga carrera por importantes equipos de la segunda categoría: Granada, Alicante, Córdoba, Gijón... Parecía el base perfecto para quien desease tener aspiraciones, pero el chico, siempre disciplinado y bien educado, no acababa de dar el salto.

Entonces, como la vida da muchas vueltas, el Cáceres volvió a cruzarse en su vida. En 1999 regresó a la ciudad por cuestiones universitarias y el club aprovechó para ficharle para su equipo vinculado, el Alimentos del Casar (en el que estaba, por cierto, gente como Edward Santana, hoy estrella en LEB Plata en Palencia). Y, sarcasmos del destino, como Luis Casimiro estaba decepcionado con el rendimiento de Dani Alvarez como reserva de Pepe Arcega, va, le convoca y le hace debutar en la ACB con 32 años la noche del 19 de marzo del 2000, en León. Once minutos y el tío clava el único tiro que lanza, un triple. Jugaría un par de partidos más.

Eso es, exactamente, que la vida te dé una revancha. El año siguiente vivió una situación similar con Alfred Julbe en el banquillo, aunque más por el tema de las lesiones, y tuvo minutos otro par de encuentros. Ya puede morirse diciendo que ha jugado en la ACB, lo que parecía que ya no conseguiría pese a firmar una buena carrera. Entonces se retiró y empezó la "segunda parte" de su vida, que también tiene su miga "cacereño-baloncestística".

De Pablos completó su formación como técnico y Ñete Bohigas, que había sido su compañero y segundo entrenador del 89 al 92, confió en él como uno de sus ayudantes en el primer año de LEB (2003-04). No continuó y fue uno de los protagonistas de la fundación de una fallida aventura: presidente del Ceres Basket, que surgió como "alternativa" al moribundo Cáceres CB pero que, tras un par de años en Primera Autonómica, no llegó a ninguna parte.

Este último tiempo ha supuesto su asentamiento como un cacereño más. Se casó con una chica de aquí y hasta ha sido padre muy recientemente. Está bastante alejado del baloncesto, me da la impresión, y se gana la vida con dignidad. A lo mejor le habéis visto por algún Centro de Salud, porque es visitador médico. Entonces, a más de uno (como a mí) le parece verle aún con el "6" a la espalda, sudando a borbotones, subiendo la bola con calma en la caldera del pabellón de la Ciudad Deportiva, marcando jugada. Una jugada que, no lo dudéis, nunca se saltó para pegarse un triple de 8 metros con tres tíos encima.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Las hemerotecas baloncestísticas también levantan la moral




Esta mañana estaba mirando un poco por encima algunos periódicos de febrero del 2003. Estaba buscando otra cosa para algo del trabajo, pero como soy como soy pues sólo me fijaba en lo que publicábamos aquel mes sobre baloncesto. Y la verdad es que me ha resultado deprimente ver a qué se reducía mi trabajo en aquellos entonces: jugadores que no cobraban dos o tres meses, amenazas de huelga o de marcharse, asambleas para decidir lo que prácticamente se sabía (que el Basket Cáceres SAD estaba muerto al deber unos 300 millones de pelas...), venta de plaza ACB... He sentido como que mi trabajo en aquella época (y no fue un mes, ni un año, sino en general una época muy larga) se reducía a hablar de economía, de economía triste de un equipo que no podía subsistir y que se nos moría entre las manos sin que hubiese solución. Porque no la hubo, ¿verdad?

Fueron cinco, seis, siete años (incluye el bienio LEB), hablando de falta de dinero, de búsqueda infructuosa de espónsors, de tensiones con las administraciones para que diesen más. Y también fueron años de ver cómo la cifra de socios era cada vez menor y el lustroso pabellón que nos habían construido se iba vaciando de gente y ya, para qué negarlo, dejábamos de tener la mejor afición de España, como nos dijimos (con razón) durante un tiempo.

Y me he sentido afortunado, personalmente, porque esta temporada apenas estoy escribiendo de economía y mucho de baloncesto. Y estoy muy cómodo así, debatiendo si el Pollito tiene que ser 1 o 2, si David Patten debe irse o no, o qué le pasa a Sanguino y a Panadero, o por qué Sidao hace tantas faltas, o qué bueno es Gruber pero qué frío parece tantas veces. Basket, basket, basket. El deporte que amo desde niño, cuando esperaba que fuese martes para poder comprar Gigantes, que llegasen los viernes por la tarde para pasármela entera jugando en el patio del colegio, el mismo deporte en el que el equipo de mi ciudad subió a la ACB casi sin planteárselo. Y, cosas de la vida, yo me vi escribiendo sobre los ídolos, escribiendo sobre basket, no sobre estados de quiebra ni reparto de acciones ni cambios constantes de consejos de administración.

¿Qué positivo, no? Normalmente he tenido cierta fama de ser muy "pro Cáceres CB". Sin embargo, esta temporada me están diciendo que estoy siendo muy "cañero" en los comentarios de Vía Norba y en alguna cosa en el periódico. Ahí tenéis al ínclito Pozuelo negándose a hablar conmigo. ¿Cómo no ser negativo con un equipo que pierde tanto? Pero al fin y al cabo es deporte, el debate está en lo que ocurre dentro de la cancha, y eso es fenomenal. Vivimos (vosotros, yo) pendientes solo del juego, y no de que si los jugadores han cobrado este mes o no. Y eso relaja muchísimo, ¿no? Después de haber empezado de cero otra vez, este proyecto será lo que los cacereños queramos que sea.

La reflexión, basada en la angustia que me ha supuesto "revisitar" esta mañana la hemeroteca, queda ahí. No siempre mirar al pasado en cuanto a baloncesto produce sensaciones positivas. Y ahora a ganar, coño.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Jugaron con los más grandes



Pensando un poco en el partido de Ourense, no voy a ir por la vía fácil del "play off" de permanencia de 1998, es una temporada que tenemos un poco sobada de momento. Se me ha venido a la cabeza Voise Winters, que jugó en los dos equipos a principios del siglo XXI, ya siendo muy veterano (38, 39...). Aquí cumplió, demostrando que supo "reciclar" su carrera como defensor y reboteador, porque en los 80 y los 90 fue un fabuloso anotador en distintas ligas, incluyendo la ACB.

Pero tampoco voy a hablar directamente de él (la verdad es que no tengo recuerdos "jugosos" que se me vengan a la cabeza), sino de un capítulo "trasversal" de la historia del Cáceres CB: ¿con qué "supercracks" jugaron los verdinegros NBA antes de serlo?

Empezaré con el "personaje excusa" para nuestra historia.

--Voise Winters (2000-2001, foto de careto): Jugó cuatro partidos con los Sixers en la 85-86. En Philadelphia estaban Julius Erving, Maurice Cheeks, Moses Malone, Bob MacAdoo y un jovencísimo Charles Barkley. También varios que luego estarían en la ACB: Paul Thompson, Greg Stokes, Michael Young y Leon Wood, que por cierto ahora es árbitro en la NBA.

--Kenny Walker (1992-93). Estuvo cinco años en los Knicks compartiendo vestuario con Pat Ewing, Charles Oakley, Kiki Vandewaghe y Mark Jackson, entre otros. Sí, ganó un concurso de mates. En su posterior etapa en los Washington Bullets (aún no se habían cambiado el nombre a Wizards) coincidió con Chris Webber.

--Kevin Pritchard (1992-93). Ahora manda mucho en Portland Trail Blazers, pero en su época de jugador era un banquillero nato. Eso sí, puede presumir de haberse cambiado al lado de Tim Hardaway, Chris Mulllin y Mitch Richmond (Warriors), Larry Bird, Robert Parish y Kevin McHale (Celtics), Glen Rice (Heat) y dos de los tíos más altos de la historia de la NBA, Georghe Muresan (Bullets) y Shawn Bradley (Sixers).

--Raymond Brown (1993-95). Su experiencia en la NBA se reduce a 16 partidos con Utah Jazz en la 89-90. Sí, estuvo con John Stockton, Karl Malone y otro gigantón, Mark Eaton. Otros cuatro tíos de aquel equipo pisarían más o menos la ACB: Jim Les, Piculín Ortiz, Nathaniel Johnston, Mike Brown y Eric Johnson.
--Johnny Rogers (1995-96). Formó parte del Real Madrid de Fernando Martín. Antes, su experiencia en la NBA había de un par de años en Kings (por allí andaba Harold Pressley) y Cavaliers (con el cuarteto Brad Daugherty-Mark Price-Ron Harper-Larry Nance).

--Chris Smith (1995-96). Además de jugar el Mundial de Argentina-90, estuvo tres años en los Minnesota Timberwolves, antes de que llegase Kevin Garnett. Por entonces tenían un equipo poco interesante (como ahora), con Christian Laettner, Tom Gugliotta, Chuck Person... Hasta coincidió con quien le sustituyó en el Cáceres, el gran Stanley Jackson.

--Dan Godfread (1997-98). Alguno se ha acordado de él con el "caso Patten". Nada que ver, yo creo. Pero vamos. Sus primeros minutos en la NBA también fueron en Minnesota (1989-90), siendo compañero del actual entrenador de los Raptors, Sam Mitchell. Por allí también anduvo en algún partido Richard Coffey, el sustituto provisional de César Portillo en el año del debut en la ACB. Godread compartió un año después pista durante UN partido con Hakeem Olajuwon en los Rockets.

--Dyron Nix (1998-99). 20 partidos con Indiana Pacers en la 89-90. Reggie Miller, Detlef Schrempf, Rick Smits...
--Lamont Strothers (1998-99). Perteneció a un equipo mítico de los Blazers (91-92), con Clyde Drexler, Danny Ainge, Terry Porter, Buck Williams.
--Tim Perry (2000-2001). El exverdinegro que más partidos jugó en la NBA: 479 en 9 años y 3 equipos. Hasta estuvo involucrado en el traspaso de Barkley de Philadelphia a Phoenix. Tom Chambers, Kevin Johnson, Steve Kerr, Dan Majerle, Jeff Hornacek (Suns); Manute Bol, Hersey Hawkins, Jerry Stackhouse (Sixers) y Kenny Anderson (Nets) fueron algunos de sus ilustres compañeros. Le podéis ver en la foto de jugada.
--Larry Stewart (2001-2002). Algún día repasaré con detenimiento cómo le metieron un tiro cuando le intentaban robar en su casa. Se recuperó y jugó en los Bullets (toma sarcasmo) cuatro años con Bernard King, Ralph Sampson y Chris Webber. Y hasta con Andre Turner, con quien volvería a coincidir (poco) aquí.

--Andre Turner (2001-2002). Ocho equipos de la NBA, pero poco protagonismo. Por intentarlo que no quede. El amigo Iron es todo un especialista en él. A mí me da pereza el personaje, la verdad.
--Crawford Palmer (2001-2002): Nunca jugó en la NBA, pero sí ganó una NCAA con Duke, donde estaban Grant Hill y Christian Laettner.
--Kevin Thompson (2002-2003): 14 partidos en Portland en la 93-94. Coincidió más o menos con los mismos que Strothers (Drexler, Porter, Kersey)...

--Mike Hansen (2002-2003): Claro, tampoco jugó en la NBA, pero en la universidad de Lousiana State estuvo dos años con Shaquille O'Neal.
Seguro que me dejo alguno tipo Nwosu. Espero que os haya entretenido este rato. Otro día os suelto menos datos y más batallitas, que es lo que os mola más.

domingo, 9 de diciembre de 2007

Simplemente Okac




Los adictos al pasado tuvimos una excelente ocasión para darnos un buen chute cuando hace un mes el Cáceres 2016 fichó temporalmente a Stanislav Zuzak. "El segundo checo del baloncesto cacereño después del mítico Jiri Okac" era un titular demasiado fácil. Bueno, a esta hora de la noche puedo dar la gloriosa primicia de que "Stan", como le conocían sus compañeros, no seguirá en el equipo.

Al hilo, hablaré del checo que sí dejó huella entre nosotros. Jiri Okac. ¿Qué no se ha dicho de él que no se haya dicho ya? Recuerdo que en la entonces reducida "escena baloncestística" de la ciudad se discutió algo su fichaje en verano de 1991. Era fácil hacer un razonamiento "tipo Sidao": si mide 2,15, es que tiene que ser muy malo para jugar en esta categoría. ¿Por qué gastar la única plaza de extranjero en un checo flacucho que llegaba desde la liga húngara? Pero desde el principio demostró que era un jugador fiable, primero en un duelo de pretemporada frente al Fórum de Arvydas Sabonis (aquella noche la gente empezó a engancharse al basket) y luego dominando a su antojo la entonces Primera B, una categoría bastante parecida a la actual LEB Oro.

Okac ya llegó aquí veteranito (27 años). En 1985 había jugado (y muy bien) ante España en el Europeo. Sus números con el 7 verdinegro fueron buenos (14 puntos, 7 rebotes y casi 3 tapones), pero no tenían nada que ver con la influencia que tenía en los partidos, la cantidad de tiros del rival que cambiaba, lo mucho que preocupaba a las defensas rivales y cómo Felipe García y Pepe Benedé se aprovechaban de ello. Pero más allá de lo deportivo, a la afición le quedó Jiri como el tipo que se paraba con todo el mundo, que siempre tenía una sonrisa o un autógrafo para los niños, que se integró perfectamente a la ciudad. Me vienen flashazos de él: quitándole la gorra al policia de Badajoz y siendo aporreado; disfrazado en los entonces apoteósicos carnavales cacereños (imposible de disimular que era él, obviamente); aclamado por todos en la Sala Capitol la noche del 10 de mayo de 1992.

No siguió aquí por una historia de agentes y porque muchos pensaron que su delgadez le pasaría factura en la ACB. Luego se demostró que no lo hubiese hecho mal del todo (o al menos mejor que el indescriptible venezolano César Portillo) y su carrera siguió de acá para allá (Daroca, cerca de Zaragoza; Burgos; Bélgica; Alemania; cinco ligas de su país) hasta que el destino le volvió a cruzar con Extremadura.

Ñete le fichó para Plasencia en el 2002 y también conquistó a los placentinos. Y el éxtasis llegó cuando terminó la temporada 2003-04 aquí en LEB, en aquel equipo deshilachado por los problemas económicos. Y el tío enchufando suspensiones una tras otra con casi 40 tacos. Fijaos que jugó hasta la temporada pasada, también en Burgos y también con Ñete. Un ejemplo de longevidad deportiva y de que, a pesar de que le encanta la buena vida, ha sabido cuidarse y sacar partido a sus cualidades.

Cualquier día le volveremos a ver en Cáceres, tomando cañas y comiendo jamón con su amigo Juanjo Rubio, fisioterapeuta del ascenso. Y firmando autógrafos todavía. Es uno de los símbolos más hermosos de algo increíble que ocurrió una vez y que no debemos olvidar, ahora que estamos todos un poco "chof" por las derrotas. Aquel equipo mítico también tuvo crisis y momentos durísimos y supo levantarse.

Os comentaré un secretillo: hay herramientas que te dicen, entre otras cosas, desde qué lugares entran los visitantes en tu web. Y, como es lógico, la abrumadora mayoría de ésta son desde España. Pero hay "alguien" --un visitante o dos prácticamente diarios-- que lee Bujacocesto desde la República Checa. Desconozco si es Jiri (la última vez que hablé con él fue hace un año), pero me encantaría que fuera él. Sonará a tópico, pero sé que lleva Cáceres y a su gente en el corazón.

PD: Las ilustraciones a esta entrada tienen su miga. La primera es una entrevistilla que le hice a Jiri en el 92 para un periódico que regalábamos en el pabellón. Tenía 4 páginas, nada que ver con las 16 de la más que aceptable "A Pie de pista" actual. Si no la veis bien, pinchad y os saldrá en grande para que la leáis. La segunda es una imagen reciente de Jiri que tiene como "firma" un forero bastante activo, el peñista Kmc10m. Una muestra más de lo caló "el Gigante de Brno". Por cierto, qué fea es Brno, al menos desde la autopista que lleva de Viena a Praga.

martes, 4 de diciembre de 2007

Piti, el colegio y otra vez el Gijón


Ocurrió hace casi siete años, cómo pasa el tiempo. El 10 de diciembre del 2000, el hombre de la semana en Cáceres, Juan Manuel Hurtado Pérez, alias "El Piti", vivía un día marcado con rojo en su carrera. Desde luego, él no fue el protagonista de aquel Cáceres CB-Gijón que suponía el debut de su maestro y gran referente, Alfred Julbe, en el banquillo verdinegro. Pero sí seguro que fue muy importante en la vida de Hurtado aquella tarde de domingo en la que "ascendía" de delegado a entrenador ayudante. Curiosidades del destino, este viernes, y también ante el Gijón aunque dos categorías más abajo, mutará su piel de director general por la de entrenador, aunque me da la impresión de que nunca ha dejado de ver al Cáceres 2016 desde la óptica del que lleva media vida sentado en un banquillo, ya sea de críos, ACB, LEB o EBA.


Victoria por 75-67 fue el resultado de aquel partido que, por cierto, enfrentaba a los dos últimos de la clasificación. El Cáceres acabó salvándose, pero el Gijón se despidió de la ACB unos meses después y, al igual que por aquí, no ha vuelto a olerla. Julbe quiso darle mayor empaque técnico al equipo y situó a Piti a compartir las tareas de ayudante con Mario Madejón, que había sido el "segundo" de Manolo Flores. En algo prácticamente inédito en la historia de la ACB, el puesto de delegado pasó ocuparlo una mujer, la siempre eficiente Susana Robles.


Fue un encuentro malísimo, en el que el Cáceres estuvo muy con la soga al cuello (41-52, min. 24). Propio de dos equipos machacados por las derrotas (ambos iban 2-7). Paraíso, a lo suyo, 22 puntos y 7 rebotes. Increíble mejora del hasta entonces depauperado Sallier (21 "chinos"). En el Gijón, gente muy buena como Javi Rodríguez, Tomás Jofresa, Lou Roe, Ricardo Guillén, Hernán Jasen y Oscar Yebra. Gritos de "Julbe, Julbe" al final. No sé qué pasó por la cabeza de Piti aquel partido, y mira que he hablado con él de cosas (profesionales y personales) en todos estos años, en los que su vida ha dado giro tras giro, los propios de quien escoge la carrera de entrenador profesional de baloncesto.


Podría escribir horas sobre Piti, aunque también sé que es de este tipo de personas a las que no se las conoce nunca del todo. Nació 17 días después que yo. Fuimos muchos años juntos al mismo colegio. Aunque si bien estábamos en el mismo curso, no coincidimos en la misma clase hasta entrado BUP. Cosas de los apellidos. Entonces no teníamos una relación demasiado estrecha. Sí observé de cerca la leyenda ésta que corre sobre que era un pésimo jugador. Tampoco tan malo (comparado conmigo, que ni me presentaba a las pruebas y ni podía con el balón), pero sí que era curioso que él siempre se quedase fuera del equipo "A" en el último corte y luego fuese la estrella del "B". Escolta y muy musculado para ser un chavalillo. En las aulas, terriblemente orgulloso y bastante "bufón", aunque esas son "lindezas" que cualquiera podría decir de mí. Por allí andaba Mario Segalás, que, paradojas del destino, ahora es su ayudante. Ese sí que era una estrella escolar jugando al poste bajo (y cabreándose como un mono cada vez que perdía, aunque fuese en los recreos. Supongo que este año va ya bien servidito de derrotas).


Como veis, tengo batallitas para dar y tomar en este tema. Se dice que la infancia (y la adolescencia) es esa patria a la que siempre deseamos regresar. En ese sentido, Piti es bastante nostálgico, se acuerda mucho de toda la gente del colegio (ya no hace falta decir cuál es, ¿no?). Luego mi conexión con él fue haciéndose más y más intensa por el baloncesto ACB, en sus distintas facetas. Supongo que muchos le recordaréis cogiendo las estadísticas en el V Centenario (Javi Bohigas también estuvo en ese "equipo"). Fuimos venciendo el "recelo" que había uno en el otro y hemos pasado buenos momentos, sobre todo en discusiones en las que nos enriquecíamos el uno al otro contrastando cómo veíamos las cosas. De él valoro sobre todo su capacidad para salirse del discurso tradicional.


Los últimos meses han sido difíciles en algunos momentos, él como director general y yo como lo que soy. No siempre yo entiendo su trabajo ni él entiende el mío, pero conservamos cierta complicidad que no me importa revelar. Pero no soy un defensor suyo a ultranza: sé que genera muchas animadversiones, pero es a lo que él ha jugado precisamente por no ser un tipo "estandarizado". Hay un reverso cruel y amargo en algunas cosas que dice y hace. Es el estilo que ha escogido. O quizás haya sido ese estilo el que le ha escogido a él. Espero que tenga éxito, será lo mejor para todos, incluyéndome a mí. Conociendo lo loco que está por el basket y la tremenda ilusión que le debe dar dirigir al equipo de su ciudad, aunque sea en estas circunstancias, puede lograrlo.

domingo, 2 de diciembre de 2007

Un poco de risas macabras, para desengrasar




Ya sé, ya sé que todos estáis muy cabreados con la séptima derrota seguida del equipo. Lo que tenía que decir ya lo he dicho esta mañana y supongo que lo seguiremos diciendo esta semana en el periódico. Punto.

Para sonreír un poco, aunque sea de un modo macabro, os contaré algo que ha ocurrido durante esta semana en la redacción del periódico. Para que veáis que hay veces que es mejor pensarse las cosas dos veces antes de escribirlas. Voy para allá.
Nos llegó el rumor de que un antiguo jugador del Cáceres CB, Tony Harris, había fallecido en extrañas circunstancias en Brasil. Quién nos lo contó no voy a decirlo, porque sería desacreditarlo tontamente. Y además es buen amigo de la casa y un tío que me cae muy bien.
Como imaginaréis, la noticia nos causó conmoción y ya estábamos preparando la información, porque aunque Harris no dejó demasiada huella en el Cáceres, sí que se presentaba como una historia curiosa y, por qué no, morbosa. Nos salió un poco los reporteros de "Gente" que a veces llevamos dentro.
Navegando en la red, resulta que había sido noticia en muchos sitios que Tony Lee Harris, de 37 años, había aparecido muerto cerca de Brasilia, donde jugaba. Según contaba la prensa brasileña, le había pagado a un taxista para que le llevase a la otra punta del país, pero se tiró en marcha en plena noche y luego estuvo desaparecido dos semanas, hasta que su cuerpo apareció con un cable de electricidad al cuello. Según parece, daba muestras de desequilibrios mentales y afirmaba que se sentía perseguido y que sus compañeros querían matarle.
Jope, Tony Harris muerto. 11 partidos en la temporada 97-98 al principio, antes de ser sustituido por Gaylon Nickerson. 14 puntos de promedio y 28 en una victoria en Granada, pero por lo general decepcionó. Ya hemos hablado otras veces de aquel decisivo año, con Alibegovic, Godread, la primera destitución de Flores, Manel Comas, Greg Stewart, Pablo Laso... Tony Harris muerto, aquel tipo tan cercano pero tan descentrado, lleno de tataujes. El que venía de anotar 105 puntos en la liga filipina, el que había jugado (poquito) un par de años en los Celtics. Una pena.
Pero no hay nada como fijarse en los detalles, en googlear un poquito más allá de las primeras entradas, y había algunos datos que no concordaban. Tirando del hilo, nuestro informador se confundía de Tony Harris. El "nuestro" se llama de segundo nombre "Dwayne" y tenía (y tiene) 3 años más que el muerto. Uno es de Lousiana y el otro de Seattle. Y, como se aprecia en las fotos, no se parecen demasiado. El de la izquierda lo conoceréis (es el que jugó aquí) y el de la derecha, el que ha fallecido.
Así es que por un lado decepción porque el notición se esfumaba (ejem, espero que notéis el modo irónico "on") y por otro lado alivio, porque imaginaos que publicamos la noticia sin ser correcta, aunque sí que es cierto que las circunstancias de la muerte del otro tipo son un poco fuertes y hay muchos temas por aclarar ahí.
Poniéndonos serios, el único exjugador del Cáceres CB en ACB que se sepa que ha fallecido es Angel Almeida. El verano pasado hizo diez años y sí, ya sé que siempre estoy prometiendo, pero aseguro que escribiré sobre él. Hay tiempo para ello.