martes, 26 de enero de 2010

Una de listas (bueno, dos)


Se va Ira Newble (no lo olvidemos, el segundo tipo con más partidos NBA que haya jugado nunca en el Cáceres CB/2016 tras "Sky" Walker) y, pese a que no lo ha hecho mal, quedará más la leyenda de las cosas que provocaron su salida --de mutuo acuerdo, eso sí--: habría que ver la cara de Francis y compañía cuando primero se niega a compartir habitación en Girona y luego a volver en autobús. El numerito del vuelo a Sevilla tuvo que ser tremendo, aunque el club dice "sotto voce" que no pagó el billete. Llega Shawn Taggart, que a riesgo de meterme la lengua en el culo tiene una pinta estupenda. Bueno, si no, siempre puedo editar esto, que al fin y al cabo soy el director general de Bujacocesto.


A continuación un par de listas de jugadores llegados a mitad de temporada: una de los que aportaron mucho y cambiaron la dinámica y otra de rotundos fracasos.


--Qué bueno que vinisteis:


1. Jordi Freixanet. Sí, chicos, el que no se acuerde, allá él, pero "Sant Jordi" no empezó la temporada que él resolvió con la canasta del ascenso, sino que entró en octubre sustituyendo al lesionado Alberto Frías. Aparte de la suspensioncita de marras, dio a aquel equipo muchísimo: versatilidad, experiencia y buen rollo.


2. Kenny Green. Ni Dios lo conocía cuando Manel Comas nos lo presentó aquella noche en la Plaza de Bruselas. En Cáceres empezó a hacerse un nombre con aquellos brincos. Pocos olvidan que jugó cojo la segunda parte del quinto partido en Lliria. No ha solucionado sus problemas con la justicia qatarí. Una pena.


3. Sergei Bazarevich. Fue un chollazo que vino por Nebojsa Ilic cuando el serbio ya no podía con el pubis, como hemos recordado alguna vez, aunque su presencia disparase los celos de Jordi Soler. Pero tenía muchísima clase, fue una gran oportunidad que estuvo muy bien no desaprovechar.


4. Chris Smith. Sustituto de Rod Mason, que no lo estaba haciendo mal. A este por clase se le podía haber metido en el saco de los fiascos, pero tenía demasiada calidad como para eso. Nunca se ha visto a tirador que armase tan rápido, pero en aquel equipo sobraban pistoleros (Rogers, Paraíso, Enrique...). Newble recuerda a él. Stanley Jackson cogió su puesto y sí cuajó del todo.


5. Ferrán López. Lo suyo tiene mérito, porque ejerció de bombero dos veces, una sustituyendo a Stefano Vidili y otra a Andre Turner. En los dos casos lo hizo bien, sobre todo en la primera. Luego ya nos cansamos un poco de verle el careto, hay que reconocerlo, y en la temporada del descenso, la única que empezó como verdinegro, estuvo bastante para los perros.


6. Deon Thomas (izquierda). El sustituto sustituido. Cuando el experimento de Julbe iba pegándosela poco a poco en su segunda temporada, llegó para reforzar un juego interior que daba un poco de grima con Crawford Palmer, Gary Alexander y compañeros mártires. Empezó la siguiente temporada, ya con Hussein, pero se largó porque no le pagaban. Como Raggart, vamos.

7. Kevin Thompson. Casi lo único bueno que hubo en la temporada del descenso. Cuando se cargaron a Bobby Martin por aquel turbio asunto en el hotel de Málaga (aunque si hubiese estado promediando 15-10 y no 6-5 no hubiese pasado nada), llegó él. Un auténtico profesional, serio y útil a más no poder.


8. Jiri Okac. Sí, también él ejerció de apagafuegos. Ya era "mayorito" cuando Ñete Bohigas le reclamó en la primera temporada en LEB ante la desbandada general de los Sallier y compañía porque no había pasta. Con él se podía aplicar eso tan bilbaíno de que "los de Cáceres nacemos donde nos da la gana", porque a él le parieron en Brno. ¡Y hasta metía triples!


9. Harper Williams. Un equipo deprimidillo le rescató para el baloncesto. Junto a Sam Jones rescató al equipo y luego el equipo lo jubiló a él otra vez. La verdad es que tenía más basket en la uña de un pie que todos los jugadores a los que se enfrentó durante aquellos meses en LEB Plata. Bueno, quizás exagere. Con Dexter Lyons no pudiste, pero gracias, Harp.


10. Carlos Cherry. Sí, soy un pelín oportunista, pero "Tomatito" (me parece un mote un poco gilipollesco, pero ahí va cuajando) está impresionando. Qué potencia tiene, qué saber estar, qué capacidad de liderazgo. Si el Cáceres 2016 hace algo esta temporada, será gracias a su llegada. Hay que renovarle ya, ¿no?


--Pa esto haberos ahorrao el viaje:


1. Richard Coffey. Sustituto temporal de César Portillo en la primera temporada en ACB, ya hablamos en su momento con él y de él. Buen tipo y muy trabajador, pero claramente undersized, como dicen los americanos. Hay veces que lo barato sale caro. Al final hubo que apostar fuerte por Green y Kenny Walker.


2. José María Pedrera. Se merecía haber llegado en mejores circunstancias a un equipo en el que le hubiese encantado rendir, pero apenas pudo estar un mes en la 97-98 y no acertó en su gran especialidad, el tiro de tres. Hace mucho tiempo que no le veo. Me caía realmente bien desde que les hice un reportaje cuando él y su hermano Toni estaban aún en el Cornellá.


3. Greg Stewart. Una de las cosas más raras que hayan pasado nunca aquí. Fue un grande de la ACB, pero cuando llegó aquí en la segunda etapa de Comas tenía la pila de años y una barriga de escándalo. Ahí pasó algo raro, porque apenas jugó (no estaba para ello) y el equipo estaba bien servido de pívots que ayudasen a entrenar (Morales, Pedrera).


4. Donald Whiteside (derecha)/Lamont Strothers. Lo hemos comentado hace poco también. Pesquera no dio en el clavo con el tercer extranjero, no. Whiteside era jugoncete y tal, pero vamos, no era el jugador que se necesitaba. Lo mismo con Strothers, que es seguramente el único jugador que he visto de copas la noche antes de un partido. Por lo visto tenía un primo que era la caña.


5. Freddy Navarrete. Luis Casimiro quería más madera ahí abajo porque aquel experimento con Fran Ruiz no salió nada bien y Toni Pedrera se le jubiló a mitad de temporada. Primero le trajeron a Navarrete, un uruguayo simpaticote pero que no tenía la suficiente dureza. Luego ya fueron más a lo seguro y trincaron por un buen precio al viejísimo pero sabio Voise Winters.


6. Nick Davis. Seguramente no era tan malo como pareció, aunque estaba excesivamente delgado para luchar con pívots ACB. Además, en su contratillo temporal antes de que llegase Deon Thomas le tocó jugar en aquella humillación "partido de profesionales contra cadetes" en Vitoria. Y eso no sumó. Buenas rastas.


7. Gabe Muoneke. Una versión nigeriana de Richard Coffey. Con aquello no había manera de salvarse. Luego ha hecho una cierta carrera internacional y su blog en hoopshype tiene gracia (aunque confirma aquello de que todos los jugadors se creen mucho mejores de lo que son). Inenarrable altercado con Ferrán López en los vestuarios del Nou Congost.


8. Shea Seals. ¿Por qué será que no le recuerdo demasiado? Jugó unos partidillos en la parte final de la temporada en la que también llegó Okac. No hizo nada especial, supongo, aunque venía con la vitola de haber jugado en los Lakers y haberle clavado 20 puntos al Dream Team del 96 en un amistoso. Ahora entrena a la universidad de Tulsa.


9. Zuzak/Washington/López Valera/Kitsoulis. Los meto a todos en el mismo saco porque parece que la suerte se acabó con los aciertos de Jones y Williams aquella temporada. Por unas cosas o por otras, ninguno cuajó ni por asomo. Especial pena dio Washington, con lo bueno que era. Que nadie dude que el ascenso se escapó por el banquillo tan débil que fue quedando.


10. Dan Cage/Mantas Ruikis. Dos jugadores bastante vulgares, para qué vamos a engañarnos. Voluntarios, asequibles económicamente, buenos chicos, lo que queráis. Pero no les da para la LEB Oro, creo yo. Lo curioso es que a uno la gente le tenía atragantado (Cage) y al otro se le perdonaba todo (Ruikis). Para mí eran igual de flojetes.







miércoles, 20 de enero de 2010

Probando el escáner


Los Reyes me han echado estas navidades un combo scanner-impresora Canon bastante majo, aunque aún me estoy haciendo a él. No me iba mal con los anteriores, pero esto es otra cosa. Eso sí, como cada vez que te tienes que adaptar a un aparato, hay que irse conociendo mutuamente, seduciéndose poco a poco. Así es que aquí me tenéis, probando el scanner con alguna cosa "retro" como la que ilustra esta breve entrada. Como sé que a algunos os gusta tener estas cosas, es la página correspondiente al Cáceres en el Extra Liga de Gigantes del Basket de la temporada 92-93, la del debut en la ACB. Que la disfrutéis. Del presente hablaremos otro día, aunque para los que no la hayáis hecho os recomiendo mi "revisitación" del partido del domingo en Girona aquí.

domingo, 10 de enero de 2010

Pues... no fue para tanto. ¿O sí?


Feliz año a todos lo primero.


Lo segundo... A la espera de entradas un poco más "retro", empezaré el 2010 reflexionando sobre lo más inmediato, el Cáceres 2016-Tenerife del viernes (71-73).


Es, probablemente, el único partido en mi trayectoria como periodista de baloncesto en el que la crónica que me ha salido es bastante más suave con el equipo perdedor que el análisis que hace el entrenador del propio equipo perdedor. ¿Increíble? Veamos.


No es que yo me deshiciese en halagos al Cáceres 2016. Podéis leerlo aquí. Argumentaba un poco lo de siempre: este equipo tiene dos caras, es poco constante, se va de los partidos y lo paga caro, cuando despierta ya es tarde, no cierra el rebote, sus tiradores son irregulares, etc, etc... Pero no sé, hay veces en las que se puede tender más al ensañamiento (individual y colectivo), como más o menos hice en partidos como el del Mallorca o el Palencia, por citar dos ejemplos recientes. Al fin y al cabo, no hay que olvidar cosas como los problemas de faltas en el tercer cuarto, la decisiva lesión de Drew Naymick (qué bien habla de él o qué mal habla de la plantilla el hecho de que te haga tanto daño que un teórico picapedrero se te fastidie) o que dos de los jugadores que deben marcar el nuevo estilo, Cherry y Newble, acaban de llegar.


El equipo tiene muchas carencias, nadie puede negarlo. Pero, ¿tantas como después del partido Gustavo Aranzana se pegue una rajada importante como esta, que por cierto no es la primera? Me hizo pensar un poco cuando me iba para casa después de salir del periódico. Y aún le doy vueltas. Si el entrenador sacude así a los que son sus jugadores, es que seguramente lo hicieron peor que lo que yo transmití en la crónica. Blandito, blandito, blandito Javier Ortiz, crudo y directo Aranzana... ¿Fue para tanto o es una estrategia de Gustavo? ¿Si se culmina la remontada a falta de tres minutos hubiera dicho todo esto? No, claro. El resultado es lo más importante (lo único importante), también para los entrenadores.


Tengo la impresión de que en el fondo a lo mejor yo y otros muchos como yo nos hemos acostumbrado a esta mediocridad de equipo y por un lado victorias como las de La Palma nos parecen maravillosas por la supuesta solidez que se mostró y por otro derrotas como la de Tenerife nos pillan algo vacunados. No sé. No me gusta demasiado participar del ambiente ultracrítico que parece que se respira muchas veces en el baloncesto local, contribuir innecesariamente al cansancio que se respiraba por ejemplo en la última etapa del Cáceres CB en la ACB o la crispación de la última fase de Piti en el banquillo. Somos lo que somos: una plantilla hecha con bastantes errores que, como suele ser habitual, se van subsanando dificultosamente y ya veremos con qué resultado económico. Y un entrenador que, como de forma muy acertada me decían esta tarde, está acostumbrado a que, si baja a los infiernos de la LEB, está más acostumbrado a conducir un Ferrari como era el León que subió hace tres años (Quinteros, Bernabé, Hughes, Bulfoni...) que el Seat Ibiza (carillo, eso sí) que ha querido heredar de otro. Supongo que en su fuero interno pensaba cuando llegó aquí que podía cambiarlo todo, porque un tipo con su historial es lógico que esté muy seguro de sí mismo, pero poco a poco se está dando de bruces con la realidad.


Lo peor es esta sensación de querer acabar la temporada cuanto antes para poder centrarse en la siguiente cuando todavía quedan 16 partidos de liga regular y el "playoff" no está tan lejos, al menos en clasificación, aunque sí en sensaciones. Y otra cosa mala es intuir que Aranzana llegará ya "tocado", "desgastado", al próximo curso.