Después de regresar sano y salvo a casa, he pasado el día arrastrando algo de cansancio, pensando un poco por encima qué podía aportar en el blog que no hiciese en el periódico, donde he escrito un pequeño análisis llamado "Cinco motivos para la esperanza" que os recomiendo. Y he llegado a la conclusión de que con tanto hablar de los pívots del Cáceres, de los malos arranques de partido, de la irregularidad en el tiro, de los árbitros... no hemos dicho demasiado sobre el Burgos, que está haciendo un "playoff" soberbio. Cuesta encontrar alguno de sus jugadores que no esté a un altísimo nivel.
Chris Hernández. Fue la clave del primer partido, probablemente. Como tocado por los dioses, enchufó 16 puntos en 12 minutos y acabó con 25. A Cherry lo frustró, lo cual no es fácil. Tiene una mano estupenda, no hace falta decirlo. En el segundo estuvo más gris, pero mandó cuando tenía que hacerlo. Quizás le hemos minusvalorado porque en el partido de la liga regular Cherry le superó claramente. Si ha sido así, ha sido un error gordísimo.
Iván Corrales. El extremeño está claramente en el momento final de su carrera, pero también aporta lo suyo, dentro y fuera de la cancha. Consciente de que le toca pasar más tiempo en el banquillo que en la pista, se ha convertido en casi un segundo entrenador, dando muchas órdenes a sus compañeros, mucho tiempo de pie. Luego cuando ha salido para darle oxígeno a Hernández ha cumplido. En el primer partido clavó dos triples importantes.
Albano Martínez. Para mí, el factor oculto de la eliminatoria. Juega como poseído y mete casi todo lo que tira. Curioso, cuando menos, cuando normalmente ha sido un especialista de LEB Plata, un excelente triplista (muchos recordarán que le clavó 7 al primer Cáceres 2016 de Pozuelo con el Caja Rioja), pero nada más. Hay que ver lo que puede hacer la confianza con un jugador. Llegó iniciada la campaña casi para completar cupo de nacionales y ahora es titular. Curioso, por lo menos.
Jesús Castro. Quizás no esté brillando demasiado, porque arrastra algún problema físico, pero tampoco está metiendo la pata. Es un jugador con oficio que sabe que llegará su momento, como pasaba la temporada pasada en Los Barrios y la anterior en Almería. Garantiza esfuerzo e intensidad y no hay que dejarle tirar solo.
Zach Morley. Una pequeña victoria del Cáceres ha sido pararle (5 y 11 puntos), cuando es probablemente el mejor "3" de la liga. Lucio Angulo le tiene bien cogida la medida y hasta Francis Sánchez le está sabiendo leer el juego muy bien, aguantándole cuando le ha buscado en el poste bajo. Pero en cualquier momento puede despertar. Es como un "marine" de cerca. Realmente impresiona, y además no es egoísta. Cuando se ha dado cuenta de que no podía aportar anotación, no le ha importado doblar la bola.
Alberto Miguel. De él siempre recuerdo aquellos reportajes en Generación Plus sobre su peculiar carácter: cuando estaba en el Cantabria, practicaba al mismo tiempo varios deportes, incluyendo el surf. Todo un personaje, al parecer, que conserva con 33 años unas cualidades físicas excepcionales, sobre todo un "timing" de salto excelente. A eso le ha añadido veteranía y saber estar. Ha hecho mucho daño saliendo del banquillo.
Peter Lorant. Absolutamente fundamental en el segundo partido, porque supo analizar muy bien qué hacían los pívots cacereños cada vez. Y como tiene igual cualidades para pegarse abajo que para salir fuera a clavar tiros abiertos, pues lo ejecutó sin piedad y con muchísima brillantez, hurgando en la herida de la que brotaba más sangre. Y parecía que en Hungría no se jugaba al baloncesto. Menuda perla el tío.
Jason Blair. Normalmente no se habla muy bien de este hombre en el baloncesto LEB, la verdad. Que si va a hacer sus numeritos, que si es más bien blando en defensa, que si siempre ha estado en equipos que han sido más bien perdedores y que él no ha adoptado el liderazgo que le otorgaban sus siempre buenas estadísticas... Sin embargo, en Burgos está dando un perfil más honesto que todo eso, y en el "playoff" lo está confirmando. Otro de los que si le dejas solo, te la clava. Demasiados de estos llevamos ya, ¿no?
Aloysius Anagonye. Da pánico ver su rostro, ya sea por los pasillos del pabellón, en la rueda de calentamiento, en el minuto 1 o en el 40 de partido. Absolutamente concentrado, como iluminado, expresando perfectamente lo que es la tensión competitiva de una cita como ésta. Por lo visto, un experto del "trash talking". Y no solo es cuestión de actitud: es una roca que con un culetazo se ha quitado de encima más de una vez a tipos que creíamos fuertes como Naymick. Muy importante en el primer partido y oportuno en el segundo en los minutos finales.
Manu Gómez. El prototipo de cuarto pívot de la LEB Oro que todos los clubs querrían tener: honesto, duro, con buena mano desde media distancia... Ha sido el interior que menos protagonismo ha tenido de su equipo, pero tampoco le han necesitado excesivamente más que para mantener fresca la rotación interior. También puede emerger cuando menos se espere.
Andreu Casadevall. Ha manejado bien la eliminatoria, eso es indudable, sabiendo qué piezas mover en cada momento y sabiendo responder, no bloquearse, cuando al Cáceres le empezaron a salir las cosas bien en los dos partidos. Me recuerda en cierto modo a Aranzana, aunque tenga menos currículum, pero expresan lo mismo cuando uno se les acerca: prudencia, conocimiento profundo de los mecanismos internos y volubles del baloncesto y los "playoffs", saber estar... En la mañana del segundo partido nos saludó a la prensa de Cáceres con mucha amabilidad y dijo tenerle muchísimo respeto al ambiente que pueda encontrarse miércoles y viernes. A ver qué tiene preparado.
2 comentarios:
Arde el foro ACB con el NOT IN OUR HOUSE. Mañana seguro que sale en el periódico :-)
Me ha parecido un análisis muy completo. Leo y releo el roster con los jugadores, y me digo que tampoco es que sea un equipazo...
Al final a uno le da sensación, que detrás de esa campaña que ha hecho Burgos, debe haber un buen entrenador, y jugadores que saben de qué va esto.
Esperemos que vayan bien las cosas. Soy optimista. Un abrazo.
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