Hay noticias dentro de este mundillo que te impactan, que te sorprenden, que te recuerdan que el carácter de algunos deportistas es fantástico. Ayer se supo que Estela Ferrer acaba de fichar por el Alvargómez de Guadalajara de la LF-2... a sus 40 años, que los acaba de cumplir.
Dentro de su dilatadísima carrera, que incluye títulos nacionales y ascensos, la tuvimos por aquí, en la temporada 2002-03, aquella en la que el Don Frío (actual Iniexsa, para mí las "orange girls") se metió en los "play offs" de ascenso. Ya entonces era una veterana que mandaba dentro y fuera del campo, con un talento y personalidad inagotables.
Tan inagotables que un lustro después por ahí sigue, ganándose la vida por la pasta, sí, pero también por pasión por el baloncesto. En todos los sitios en los que ha estado se ha llevado a cuestas a su hija, y no debe ser fácil criarla y estar centrada en un deporte profesional al mismo tiempo.
Quizás haya una última oportunidad de verla en el Multiusos si renueva su contrato temporal. No os la perdáis, entiende el baloncesto como pocos, y si sigue jugando con 40 tacos es que se conserva bien físicamente.
1 comentario:
Para mí de largo la mejor jugadora que ha pasado por aquí, y lo que hizo aquél equipo tampoco se ha igualado después; primer puesto en liga regular... y una oportunidad perdida para tirarse de los pelos.
Perdimos en primera ronda contra el Sóller, yo creo que perjudicadas claramente por el formato. Era al mejor de tres partidos, pero se jugaba el primero en Baleares y los dos siguientes aquí, para ahorrar viajes. El Sóller ganó el primer partido en su casa así que llegó aquí con ventaja. Ganamos el segundo pero en el tercero no pudimos hacer nada, fue una derrota muy clara.
Me dolió especialmente la poca conciencia social que hubo respecto al evento. Es una tónica general durante todos estos años, en los que el Femenino es como si no hubiera existido, pero es que entonces nos jugábamos el ascenso a División de Honor, y no se enteró ni el tato.
Como curiosidad, el Sóller tenía a 8 jugadoras, de las cuales una estaba lesionada y otra no viajaba. Jugaron con seis: una base (Marie Vicente, la francesa que luego jugó también aquí en Cáceres), una pívot y 4 aleros que se iban rotando como podían.
Ah, y el decisivo tercer partido fue un domingo, apenas unas horas después de llegar de viaje desde Valladolid y ver cómo el Cáceres certificaba su descenso (virtual, no matemático) a LEB. Un fin de semana de esos para recordar.
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