Ahora que ha salido el tema de los partidos europeos del Cáceres, hagamos un pequeño recorrido por la temporada más significativa de las tres en las que se participó en competición continental, la 94-95, llegando a las semifinales de la Korac. Me centraré más que nada en los sitios que el equipo visitó, no tanto en los resultados. Me gustaría provocar la siguiente reflexión: ahora que se intenta promocionar el 2016, ¿de qué mejor manera que paseando esa "marca" por sitios tan lejanos?
El debut europeo fue un 28 de septiembre de 1994 en Gorinchem, Holanda. curiosamente, empate a 80 ante el Den Braven. Los periodistas que viajaron con el equipo --pagó el club en aquella ocasión-- recuerdan lo tranquilo del sitio y el "gimnasio" en el que se jugó el partido. El medio de transporte habitual, cumpliendo un tópico holandés, fue la bicicleta.
El Cáceres pasó ronda una semana después (100-85) y llegó entonces la famosa eliminatoria ante el Hapoel Galil Elyon de Oden Katash. En el norte de Israel, muy cerca de la frontera con Líbano y Siria donde se repartían y se reparten bombazos a menudo, se contó con la ayuda de Nahum Urman, un uruguayo que hizo de traductor y guía y que llevaba viviendo 38 años en un "kibutz" (una especie de comuna). Presumía de su amistad con Wayne Brabender, Díaz Miguel... A 5 kilómetros del lugar de celebración del encuentro hubo desalojos por las acciones de los comandos ante los guerrilleros sirios y libaneses. No es extraño que el equipo saliese arrugado (102-83, como bien decía Iron). Pero la vuelta fue el espectáculo más arrollador que vio en muchos años: 89-47.
Se pasó a la liguilla, en la que se debutó con brillo inmejorable ante el Stefanel Milan de Bodiroga, Gentile, Pessina y Alec Kessler, un pívot blanco que, por cierto, murió hace un mes de un infarto en Miami. 70-67, el V Centenario no se lo creía.
La segunda jornada fue otro viaje a Israel, pero a Eilat, una zona mucho más tranquila al sur del país, con buenas playas, cerca de Jordania y Egipto. El Mar Rojo daba vida a una ciudad en la que volvieron a encontrarse con Nahum... y con una nueva derrota ante el Hapoel (90-80). En el hotel de Tel Aviv el Cáceres coincidió con el Taugrés de Manel Comas y Kenny Green, que el día siguiente se enfrentaba el Maccabi en la Copa de Europa.
En casa, otro triunfo ante el Peristeri de George Singleton y Lance Berwald (24 puntos, y aún reclamando dinero que se le debía de tres años antes). Enrique Fernández clavó un triple en el último segundo. Marca de la casa.
El día de mayor gloria europea llegó el 13 de diciembre en Milán, ganando en la pista de los italianos que ya entonces contaban además con Gregor Fucka. 86-93, aún tengo el vídeo VHS en el que la RAI ponía se refería al equipo como "Cáceres Madrid". El Fórum Milanofiori, de 15.000 personas de aforo, cayó ante el equipo "de Brabender junior", como dijo Il Corriere de la Sera, aunque el base se quedó en casa lesionado.
Ya en el 2005, hubo venganza ante el Hapoel Eilat (91-75), asegurando así la clasificación para cuartos. El último partido en Atenas ante el Peristeri se saldó también con victoria (86-91) y un día para recordar para Juanjo Bernabé, que entonces jugaba en el Plasencia y fue al viaje por las bajas. 6 puntos en 11 minutos. De la capital griega les queda el recuerdo de la polución y de que en el pabellón casi había más policías que aficionados, práctica habitual allí.
En cuartos, 93-82 en la ida ante el Illy Trieste (25 de enero). Pudo ser mucho peor (93-73 a falta de tres minutos) y fue esa reacción la que impulsó la remontada de la vuelta. Kevin Thompson, 21 puntos y 19 rebotes, ahí es nada, y Steve Burtt, 36. Cuando se le quiso a éste fue el verano siguiente, pero el que acabó fichando fue Rod Mason, vaya por Dios. De Trieste se recuerda el frío que hacía, su enorme puerto (uno de los mayores de Europa) y la excursión que nos cuantos hicieron a la cercana Venecia. En la vuelta, el enorme 118-96, con 29 "chinos" de Paraíso (9/9 en tiros de 2, carajo).
Ya no había fuerzas para más en las "semis". 93-70 en Berlín, con visita obligada a lo que quedaba el muro. La diferencia entre la parte occidental y oriental era todavía muy evidente. En el Periódico Extremadura, José María menciona que al partido acudió una estudiante cacereña de Filología, Marina Silos, que estaba en Berlín perfeccionando el alemán. Y que también encontró un CD de Luis Pastor en una tienda de discos.
Al menos se esperaba acabar con victoria la primera aventura europea, pero no pudo ser. 72-74 en la noche del 22 de febrero y, aún así, Enrique Fernández sacó una botella de cava al final. Definitivamente eran otros tiempos. Alibegovic --qué bueno era, pero qué mal jugó aquí--, Obradovic, Okulaja, Henrik Rodl y el enorme Behnke (2,20, el que aparece en la foto sobre Sellers y compañeros mártires) acabaron con el sueño.