viernes, 8 de enero de 2016

Hola de nuevo. Y adiós

Los carnets de mi padre.
Hola. ¿Sorprendidos?
Me debía esto, os debía esto y le debía esto a mi padre, José María, que nos dejó el pasado 30 de noviembre después de unos meses muy duros para todos. Esto es el regreso (para no quedarse) de un blog que fue un gran estímulo en mi vida profesional y personal durante mucho tiempo y que últimamente, más de dos años, había caído en el olvido, como tantos otros.
Siempre me han dado un poco de 'cosica' estas páginas abandonadas, que empiezan con mucha ilusión, actualizándose constantemente, y que luego, con el tiempo, acaban así, con las bolas rodantes esas clásicas de los pueblos del 'western' como único movimiento. Me dije que a Bujacocesto nunca le pasaría lo mismo, pero no ha sido así. Supongo que son etapas, momentos, y que ya en octubre de 2007, cuando empezó este, los blogs ya estaban bastante en decadencia.
La página nació, creció, mutó a una cosa distinta a la que pensaba, se reprodujo y finalmente hoy muere oficialmente, aunque llevase ya mucho tiempo sin actividad. Pero me han dado ganas de decir adiós con seriedad.
Supongo que ahora toda la opinión/información se centraliza en el minimalismo de Twitter, donde curiosamente acabé eligiendo el mismo nombre que le puse al blog, un poco como enganche de presentación que había funcionado aquí. "Bujaco", como la torre que es seguramente la más conocida de mi ciudad, Cáceres, más "cesto". Muy ingenioso,¿no?
Fueron años de pequeños episodios curiosos y ocultos de la historia del extinto Cáceres CB que viví cerca, y de batallas y análisis sobre el actual Cáceres en LEB. Me encantó compartirlo y debatirlo todo, así como mucho material gráfico que acumulo en plan 'freak', ya sabéis.
Nuestra última foto familiar juntos.
Pero aquí se acabó hablando de algo más que de basket cacereño, como era mi intención primigenia, y muchas veces se convirtió casi en un diario de mi vida, aunque con el ruido de fondo de las zapatillas deslizando por el parquet.
Aunque ya era veterano en el periodismo cuando lo abrí, este sitio me ha permitido darme bastante a conocer, tanto a mis paisanos como a la gente de fuera, e incluso la posibilidad de hacer grandes amigos para toda la vida (espero) como Juan Montero y sobre todo Alberto Hernández Lopo, habituales comentaristas de las entradas en los primeros años. Aunque habíamos crecido (ellos más que yo) cerca, en el colegio San Antonio, un día nos presentaron en un bar con la excusa de que me leían... y hasta ahora, lo cual ya justifica todo el tiempo que le haya empleado desinteresadamente al blog. Gracias.
Sin embargo, lo que más me ha inspirado a terminar con esto de forma oficial ha sido un sobre que me dio mi madre hace unos días con unos carnets de socio de mi padre, tanto del antiguo club como del actual, para que yo lo conservase como recuerdo igual que había hecho él.
El hombre se enganchó a las canastas como tantos otros en Cáceres, a principios de los 90, con los tensos duelos con el CABA en la lucha por el ascenso a Primera B. Su pasión aumentó con los años y se convirtió en un fijo de la grada, un hombre que disfrutaba realmente con ese sentimiento que se adueñó de la ciudad. Al tiempo, era un buen crítico con mi trabajo como periodista en el Extremadura y en Gigantes. Siempre me apoyó a mí y a mis hermanos. En todo.
Minuto de silencio antes del Cáceres-Melilla.
Minuto de silencio antes del Cáceres-Melilla.
Ahí podéis ver sus carnets. Fue socio de los dos proyectos hasta hace un par de años o tres, cuando ya físicamente le costaba más ir al pabellón o simplemente había perdido el interés. No me quiero poner melodramático, porque hemos llevado esto bastante bien dentro de lo terrible que es perder a un padre, pero siempre tendré una deuda con él, al igual que con mi madre, que ahí sigue la mujer, intentando avanzar y ser positiva pese a haber perdido a una persona que estuvo a su lado durante 58 años.
Este el final, pero espero que me hayáis leído y lo sigáis haciendo tanto en el periódico como en Espacio Liga Endesa, una web en la que durante estos últimos años llevo publicados unos 1.300 artículos sobre jugadores que han pasado por la Liga. Eso ha saciado mi habitual interés por ahondar en los caminos de la historia del basket nacional desde los años 80. También espero que durante este 2016, más pronto que tarde, publique un libro con la misma temática que me tiene bastante ilusionado.
En fin, nada más. Esto seguirá abierto y de hecho hay mucha gente que acaba aquí a diario gracias a Google para consultar alguna cosa.
Gracias a todos y un abrazo. Estoy en @bujacocesto en Twitter a vuestra disposición.

martes, 29 de octubre de 2013

Octubre y Lou Reed

No sé si a Lou Reed le gustaba el basket. No recuerdo haberle visto nunca en esos planos de 'celebrities' que dan en las retransmisiones de los partidos de los Knicks en el Madison Square Garden. El domingo me sacudía la noticia de su muerte a los 71 años mientras escribía la crónica del Cáceres-Zornotza que cerraba octubre a nivel competitivo para el equipo extremeño de la LEB Plata.

"Sunday morning, praise the dawning
It's just a restless feeling by my side
Early dawning, Sunday morning
It's just the wasted years so close behind"

'Sunday morning', la canción perfecta para las resacas.

Vamos con los diez pensamientos aleatorios sobre el mes de octubre.

1. Tres victorias y una derrota. Sí, es lo único que importa en el deporte profesional: los resultados. ¿Lo único? No, la verdad es que no me apunto a eso. Importa también mucho la diversión, la implicación de los tíos que defienden la camiseta de tu ciudad, muchas otras cosas que hacen del deporte algo más que resultados. Pero mirándolos fríamente, es un buen balance para terminar octubre.

2. El liderato fugaz. Fue bonito tener unos días al Cáceres ahí arriba, líder en solitario, aunque fuese de la LEB Plata. ¿Un nuevo amanecer en el que serías el equipo más respetado y temido de la categoría? Sonaba bien, sí. Pese a la derrota ante el Zornotza, está claro que hay que pedir que se esté arriba. Muy arriba.

3. Rotaciones y tal. "Si no puedo hacer cambios con 20-4, en casa, ¿cuándo voy a hacerlos?". Me generó una pequeña sonrisa la reflexión de Ñete después del partido. Él es un poco de los míos en el sentido de no creer fanáticamente en la obsesión del basket moderno por repartir casi equitativamente los minutos. Y lo demuestra habiendo construido un equipo con un gran quinteto inicial.

4. Rotaciones y tal (II). Los que ganan los títulos (o logran los ascensos) son esos cinco que se chuparán la mayor parte de los minutos, pero se necesita un poquito, solo un poquito, de los que salen del banquillo para dar descansillos. Lo dieron en los tres primeros partidos y en el último no. No siempre será así: Kasse tiene mejor pinta de lo que parecía, para empezar.

5. El club elitista del albornoz. "Baño después del albornoz". Pensé en hacerme el gracioso con el titular el otro día, pero finalmente no lo puse. Hubiese sido injusto y cruel: es un buen detalle que los jugadores tengan iniciativas humorísticas como esa del albornoz. Demuestra buen 'feeling' en el vestuario y eso suma. Pero, claro, solo puede airearse si se va ganando.

6. Adaptaciones. Lo del albornoz es cosa de los nacionales, a los que casi no les queda más remedio que 'hacer piña' porque comparten piso la mayoría. También lo hacen Garfield Blair, Kelsey Williams y Javier Carter (esto nunca había pasado con extranjeros aquí). Creo que se ha demostrado buen ojo fichando a los tres, pero un aspecto que no se puede controlar es su adaptación. Y ahí se ve que va a distintas velocidades.

7. El público. Ay, el público. Muy poca gente, pero era lo que se podía esperar, ¿no? De todos modos, me sorprendió positivamente que no hubiese una catarata de silbidos el otro día por lo del segundo cuarto. Se confirma la teoría que los 500 que van lo hacen con el corazón abierto. Son absolutamente incondicionales para todo. Si eso pasa en las épocas de 'Piti' o Aranzana...

8. El no público. En un escenario ideal de muchas victorias, liderato y ascenso directo cercano, ¿cuántos más se subirán al carro? Es una grandiosa duda que me gustaría tener el placer de despejar. Ya se sabe que esta ciudad ama a los ganadores, pero desconozco hasta qué punto. Hay una afición latente, ahí, sí, los 'sundays mornings'. Pero hay que insinuarse mucho y bien para seducirla.

9. Los otros. El Palma Air Europa se vislumbra como principal oponente, como se preveía, pero ya se demostró que no está en otro planeta, como demostró su particular 'revolcón' a lo Zornotza contra el Araberri en casa. Es una liga clandestina, sin grandes nombres, y eso mismo la convierte en una cajita de sorpresas. No hay que fiarse de nadie: los demás tendrán doble motivación contra el 'grande'.

10. ¿Y ahora? Pues no sé, excepto que volveré a escribir sobre noviembre dentro de un mes y que el pobre Lou, siempre obsesionado por la muerte, ya la está saboreando. Lo normal será que el Cáceres siga ganando mucho más que perdiendo, que el equipo juegue cada vez mejor, que quizás vaya un poco más de gente al pabellón...

Os dejo con la banda sonora con la que este artículo debe ser leído...







































viernes, 20 de septiembre de 2013

El inicio del desierto

Minuto de silencio por Silvestre Montes.
--Ortiz, respeto tu trabajo, pero no tienes que recordar en todo lo que escribes que el equipo ha bajado de categoría. Sí, ya sabemos que ha pasado, pero ya está. Ahora hay que mirar hacia adelante, a lo que tenemos. Bastante que hay Plata.

Me gusta que me hablen con sinceridad y que, si tienen algún problema conmigo, me lo suelten. Ejem. Esto me lo decía uno de los que mandan en el Cáceres hace unas horas, en el antepalco del Multiusos, minutos antes del primer amistoso en casa de la pretemporada. No sé. No creo que la sensación que tengo de poco entusiasmo por lo que ha sucedido sea muy personal. Es difícil obviar que se ha bajado una categoría no por motivos deportivos y que en el fondo, con ciertos matices, estamos otra vez en el inicio de la partida: en el de la partida que empezó en 1990 y en la que empezó en el 2007. En ambos casos, el equipo estaba en la tercera categoría nacional. Tantas vueltas para esto.

Luego te asomabas al partido en sí y resulta que había 200 personas, siendo generosos. Los náufragos, los mejores, los imprescindibles. Se avecina un año complicado. Va a ser difícil llevar gente al Multiusos: volver a acostumbrar a la gente a los domingos por la mañana y a rivales de poco glamour. Creo que el único estímulo que de momento va a haber serán las victorias.

El equipo de Ñete (un acierto espectacular su nombramiento, dicho sea de paso) ha perdido, pero ha dado algunas sensaciones positivas. Creo que la 'primera unidad' es de alto calibre, sobre todo a nivel físico en el interior y con mucha clase en el exterior. "A este juegan siete", se le escapa a Bohigas de vez en cuando. Sí, vamos a ver pocas rotaciones: su banquillo, más allá de Juanma Ruiz, es más bien corto de recorrido. Va a haber minutadas importantes para los titulares, lo cual no es malo, eh. Las rotaciones son una lacra del baloncesto modern-no.

Pero hay que ganar o ganar, eso está clarísimo, porque si no, la temporada va a ser infumable y la 'operación rescate' va a ser imposible. Sí es cierto que habrá muchos que se suban a este carro cuando el equipo vaya arriba, que no lo dudo. Pero hasta entonces toca desierto.

PD: Por último, un recuerdo a Silvestre Montes, uno de esos imprescindibles del baloncesto en esta ciudad al que hemos perdido (muy prematuramente) esta semana. Descanse en paz.

viernes, 19 de julio de 2013

Fracaso

La afición cacereña en el último partido del equipo en LEB Oro (Foto: Luis Cid).
Pues nada, me equivoqué. Siento haber fallado en mis pronósticos: a todos los que durante los últimos días, en los que he estado de vacaciones, me preguntaban que cómo veía el tema, les decía que tranquilos, que el Cáceres saldría en LEB Oro, que lo de EBA obedecía al lloriqueo clásico del club a estas alturas del año, que había una mezcla de faroleo y órdago en todo que echaba para atrás.

Pues no. Esta mañana lo han anunciado en un comunicado larguísimo y que, en el fondo, tampoco aclara gran cosa. O más bien no se atreve a decir la auténtica verdad, que no pasaría nada por decirla: la directiva se ha cansado de avalar, de adelantar dinero, de ejercer de 'salvadora' del baloncesto de élite en esta ciudad. Era un papel en el que antes se sentían a gusto, sobre todo la gente de su núcleo duro, pero ya no. Toca un poquito de desierto. Adelante.

Es un fracaso. Un fracaso de todos (directiva, aficionados, prensa, instituciones y el lucero del alba), pero sobre todo de los primeros. Al igual que ha sido un éxito sacar el equipo cada año tras construirlo de la nada, en este caso han fallado miserablemente, desconozco si por voluntad propia o ajena. Lo más fácil siempre va a ser echarle la culpa a Pepe Sáez (que sí, que la competición se ha devaluado mucho y los requisitos siguen siendo altos) o a los políticos (que sí, que tardan mucho en pagar y cada vez dan menos). Pero no está mal ser autocrítico de vez en cuando. O al menos en esta vez tan señalada, cuando tan claramente no se ha logrado un objetivo.

¿Qué más quería el club, me pregunto ahora? El nivel de ayuda pública seguía siendo bastante alto para la que está cayendo (unos 340.000 euros, MÁS QUE NINGUNA ENTIDAD DEPORTIVA DE EXTREMADURA), la base social era más o menos fija (desde luego, no menor que la del CPC, por poner un ejemplo) y los dos últimos años los resultados deportivos eran cualquier cosa menos decepcionantes. Ahora está muy barato construir un equipo decente y comprometido, bien lo sabemos. Pues lo que no querían era arriesgar más de lo que han arriesgado estos años. Lícito, sí. Pero tampoco elogiable, desde luego. Son hombres de negocios muy respetados, siempre han presumido de su capacidad de gestión, de su mérito de ser impulsores fundamentales de un proyecto que rescató el baloncesto profesional para la ciudad. Ahora ya no podrán hacerlo. Han patinado, al menos este año. Siempre han sabido que o era con ellos o no era, a la vista de cómo acabó el anterior Cáceres CB.

Por cierto, al final Carlos Frade no era tan mala persona por ir al aval.

Una última apreciación sobre cómo vivo esto. Estoy decepcionado, tengo que reconocerlo, y eso que la próxima temporada trabajaré menos horas, tendré más libertad para librar y ganaré el mismo dinero con el equipo en EBA (o en Plata, que parece que hay una posibilidad). Pero me siento legitimado para salirme del discurso de "qué culpa tienen todos, menos nosotros": no soy un 'hater' de los muchos que se han alegrado hoy al confirmarse la noticia. Amo al baloncesto de Cáceres y llevo 20 años cumpliendo con mi papel dándome igual quién se sentaba en el palco. Sé que esto que estoy escribiendo hoy no les causará ningún entusiasmo, pero me da igual. Si no lo hago, reviento.

Tiempo habrá para comentar y mejorar más cosas, claro. La primera: si se quiere 'resetear', como en el 2007, es intentar hacer un club más abierto para la afición, para la gente de la calle, no un búnker en el que no se han conocido los números más que cuando interesaba, como parece ser ahora, y que tampoco es que haya cuidado demasiado a los incondicionales. Hacer un club de socios y no de abonados.

lunes, 20 de mayo de 2013

Sentando bases (primer y apresurado balance)

Segundos después de acabada la temporada...
En fin, se terminó la temporada. Derrota en el cuarto partido de la semifinal ante el River Andorra y vuelta de honor por el Multiusos en uno de los momentos más emotivos que recuerdo en ese recinto. Un final que desde luego no es perfecto, porque en el deporte sigue siendo más importante ganar y ganar siempre por encima de cualquier otra cosa (y ya sé que ganar siempre es imposible), pero un final bastante redondo por cómo se ha dado la historia y las sensaciones que deja.

La escena en sí de los jugadores yendo a la grada a chocar las manos de todos los aficionados que lo deseaban expresa bien todo esto. Me quedé bastante ojiplático desde arriba, en la jaula de cristal que nos tienen en el pabellón. No sé de quién fue la idea, pero muchas felicidades. Pocas cosas hay más valiosas en deporte como que una afición se identifique con unos jugadores y al revés. Y eso se multiplica por mil cuando ni la afición pasa una época de auge ni los jugadores son glamourosos y llenos de talento.

Pero este Cáceres ha sabido construirse desde la modestia y la entrega, por encima de que el presupuesto no permitiese hacer un equipo de mayor calidad. Pero a ciertas alturas de la película eso nos ha dado igual. Hemos visto cómo estos tíos luchaban por cada balón, sufrían en las derrotas y se alegraban en las victorias. Y todo con el escudo del club en el pecho y sus sueldos casi mileurísticos en el banco. Para esto se tiene un equipo de baloncesto profesional en la ciudad. Ni para menos ni para mucho más.

Lo mejor es que gracias a esto por primera vez en bastante tiempo se han sentado unas bases para poder intuir un poco el futuro. Carlos Frade, a no ser que le llamen desde la Liga Endesa (algo que pasará tarde o temprano, por cierto), cumplirá su año de contrato. Y quiere hacerlo (y va a hacerlo, sospecho) con buena parte de los jugadores que al final han acabado haciéndolo muy bien, progresando y progresando con el paso de las jornadas y aportando cada uno todo lo que tenían dentro. Se intuye sensacional que buena parte del camino andado en esta temporada ya se haya cubierto para la próxima y que chicos como Alex López (el único con contrato) podrá seguir mejorando y mejorando dentro de un sistema que favorece a ello.

Frade se ha distinguido como un buen fichador de jugadores, pero como un mejor fichador de personas. Seguramente el funcionamiento interno de sus equipos no entiende de otra cosa: compromiso, poca vocación de protagonismo individual y mucha paciencia con el que no lo está haciendo bien, como ocurrió con Braydon Hobbs, que en otras temporadas hubiese saltado por los aires cuando a los tres meses de competición promediaba 2 puntos de valoración.

Pero ahí dentro son como una familia en la que todos ayudan a todos, en la que, pese que haya las lógicas afinidades internas, todos hablan con todos y todos se defienden a todos. Esto requiere un tipo de jugador muy determinado, muy 'con hambre' con el que hay que dar en el clavo.

Hay proyecto, sí, por encima de los vaivenes de estos tiempos. Pero se ha visto que, afinando mucho y trabajando más todavía, se puede hacer una plantilla que sea competitiva y que, sobre todo, represente bien al baloncesto de Cáceres.


miércoles, 8 de mayo de 2013

Un triunfo impresionante (y una reflexión sobre el tiempo)

Alex López y Braydon Hobbs se abrazan al final del partido (Foto: Patricia Muñoz-Ayala).
Anoche llegué a las 4.30 de Lugo. No era la primera vez que la tenía, pero fue una de las mejores sensaciones de mi vida poder contar por Twitter, este blog y las tres páginas de El Periódico Extremadura (que era quien pagaba) la hazaña del Cáceres ante el Breogán.  Si hoy en día tener trabajo es un lujo, tener un trabajo que te gusta ya es la caña. Especial mención para los cuatro aficionados que viajaron expresamente desde Cáceres. Cuatro maravillosos gatos.

Muchas veces cometemos el error de referirnos al baloncesto actual de Cáceres con la sombra cercana e idealista de lo que hubo en el pasado. Seguramente yo haya contribuido a ello desde este espacio. Y también en el periódico. Han sido frecuentes los reportajes mirando hacia atrás, a las épocas gloriosas del ascenso y los once años en ACB, la Korac, las dos Copas del Rey jugadas con bastante 'ruido'. Hoy mismo relaciono el emparejamiento con el Andorra con los duelos del 92 que algunos de vosotros ni conocisteis porque érais muy jóvenes.

¿He dicho "error" un poco más arriba? Bueno, creo que el error es la interpretación que se puede hacer de esa nostalgia: cualquier tiempo pasado fue mejor, lo ahora es una mierda descafeinada si comparamos, etcétera. ¿Qué te van a contar de un triunfo en un playoff de la segunda categoría contra el Breogán si se ha ganado hace no tanto en Barcelona, Madrid, Málaga, Vitoria, Atenas y Milán? Pero mi teoría es que lo de ahora, que está muy bien para lo mal que se ha pasado en el aspecto económico, es consecuencia de todo aquello. Se fue creando una cultura de basket en la ciudad que hizo que este deporte fuese entrando, al fin, en su ADN, donde se ha quedado creo que para siempre.

Siempre he pensado que la historia debe servir de inspiración, de impulso, no de tormento, de lastre insuperable. Lo que hay ahora es lo que hay. No es incompatible disfrutar lo de anoche con el hecho de hacerlo también con lo que sucedió hace unos años.

Os dejo un vídeo que ha montado Joaquín Camacho (@jcamacho92) que creo que expresa bien todo esto:

http://vimeo.com/65564553

Pero, pese a todo, y aunque sea una cosa más minoritaria, anoche percibí en mí mismo y en la gente que seguía el partido desde lejos la misma arrebatadora emoción que hace 20 años. Baloncesto es baloncesto. Y Cáceres es Cáceres. No lo olvidemos nunca.

martes, 7 de mayo de 2013

A falta de 20 minutos...

Lamento si esperabais alguna entrada hoy aquí antes del partido. No se puede decir que no he escrito por vagancia. La verdad es que llevo todo el día haciendo cositas para el periódico de mañana, que entenderéis que es mi prioridad, y no he podido ponerme delante de blog. Además, muchas llamadas de teléfono porque, ya lo dije, es mi 39 cumpleaños. Gracias a todos.

Una de las cositas que he hecho ha sido acudir al entrenamiento de esta mañana, una suave sesión con tiro, estiramientos y un par de detalles que se han trabajado con vistas a supongo desactivar alguna virtud del Breogán o enfatizar una propia. La batalla táctica está ahí, por descontado, aunque me da que este tipo de partidos es más de jugadores, de valientes, que de entrenadores.

De todos modos, voy a aventurar unas claves antes de que esto empiece:

--Reducir los tiros de Ogirri. El Cáceres está teniendo auténticos problemas con el dinamitador de partidos lucense. De lo que se trata es que no reciba y estar muy atentos en los cambios, porque cuando se queda con un grande se la puede 'liar' penetrando. Y cuando está con un pequeño, sus triples desde 8 metros son indefendibles. Creo que el que mejor lo está haciendo hasta ahora es Alex López.

--La zona. Hay que confiar en lo que se ejecute, no dejarse vencer porque el plan determinado no surta efectos inmediatos. Frade el domingo alternó durante la segunda parte una defensa individual y una 1-3-1 que le dio buen resultado. Y eso que en los primeros ataques contra ella Winchester metió una de sus (escasas) canastas. Pero todo lo que sea titubear en el plan será terreno ganado para el Breogán.

--Mantener un ritmo alto de juego. Al Cáceres le han interesado toda la temporada los partidos locos, los de correr mucho, porque en ese intercambio de golpes su defensa acababa asfixiando al rival, que había un momento que se veía incapaz de correr. En esta serie el Breogán ha intentado correr, pero no ha podido darle a eso continuidad. ¿Es una tendencia mantenible? Imagino que los locales querrán repetir lo que mejor les ha ido.

--Jugar con los nervios. En todo caso, lo que no debe pasar nunca es que el 'Breo' se vaya en el marcador. El pulso de los nervios parece ganarlo claramente Cáceres, que es el que juega sin la presión del factor cancha. Se me viene a la cabeza lo ocurrido hace un año en Burgos, que ya sé que era otro equipo y otras circunstancias, pero la angustia de un final igualado para el de casa a veces resulta insuperable.

--Las rotaciones. Frade tiene 10-11 soldados en los que, aunque con las características de cada uno distintas, no hay especiales protagonismos reservados. Lisardo apenas ha confiado en ocho jugadores, con lo que eso supone de desgaste. Esta es, obviamente, un arma de doble filo: quién tiene que jugarse los balones está más claro en los lucenses, que se vuelven más previsibles, pero es innegable que el Cáceres tampoco tiene 'killers' como Ogirri y Winchester. Hasta Diouf te puede matar a media distancia, dando por descontando que dominará el rebote.

--Olu, k ase? Esta mañana en el entrenamiento le he visto bastante bien físicamente. No estará al cien por cien, pero sí mejor que el domingo.

En fin. Esto empieza dentro de 18 minutos...

570 kilómetros después...

Sí, ya sé que soy un desordenado...
Pues nada, otra vez aquí. La otra vez me dieron la 503 y esta vez la 607. Me flipa la capacidad de los hoteles de construir habitaciones idénticas entre sí, aunque en este caso me han puesto en una habitación con una cama de matrimonio y no con dos individuales. La verdad es que me da un poco igual. Me muevo poco cuando duermo. O eso dicen.

Hay algo de impersonal en todos estos sitios que no puede evitarse: los mismos muebles, las mismas toallas, las mismas sábanas, los jabones, los gorros de la ducha que no sé si llega a usar alguien... Un hotel es una especie de microcosmos básico donde puedes estar y no estar al mismo tiempo. Es muy difícil recordar las habitaciones en sí de los sitios por donde has pasado más que por lo que has hecho en ellas. Y yo lo que hice en la 503 fue básicamente escribir y en la 607 también me estoy dedicando a eso.

570 kilómetros más al norte, aquí estamos, a 20 horas del gran partido, del quinto de la serie entre Breogán y Cáceres. Lugo me ha recibido con la familiaridad de una ciudad que lo hace por segunda vez: cuando la miras en el Google Earth realmente te sitúas, te sonríes por los pliegues de los edificios, por los recorridos mentales con los que te aventuras.

No sé qué tal me tratará esta vez esta ciudad. De la otra vez salí/salimos contentos. Aquel 1-1 fue un buen germen que ha desembocado en el 2-2 de ahora. Podría haber sido mejor, y no haber tenido que regresar, pero también peor. Pero todo lo que ha pasado hasta ahora no importa realmente un carajo. Solo servirá el realismo sucio de las 20.45 horas en el Pazo, diez tíos y un balón naranja.

En estas situaciones me vuelvo bastante egoísta. Soy algo distante, desapasionado. Pienso en el equipo, sí, en que gane, pero porque si ganan me leerán más, me RT más, y yo disfrutaré más confeccionando las páginas. Lo que me interesa es cerrar a la hora, que no se me cuelgue el 'pincho' del 3G, no equivocarme gravemente con el resultado del partido, que es una cosa que me pasa a veces.

Aquí estaré, intentaré ir contando lo que pasa. Mucha calma en el hotel por ahora, hoy se han dedicado a descansar tras viajar de madrugada. Mañana entrenamiento, supongo que ligero, por la mañana. Ah, por cierto, uno de los errores que no me gusta cometer: no he recordado en mi previa del partido que lo retransmite Radio Sansueña.

lunes, 6 de mayo de 2013

Road to Lugo (II)

Los jugadores del Cáceres festejan la victoria el domingo (Foto: Luis Cid)
En fin, chicos, que dentro de un par de horas me tenéis camino de Lugo otra vez para contar lo que suceda antes, durante y después del quinto partido del 'playoff' ante el Cáceres. Hace 24 horas no muchos confiaban (confiábamos) en esto, después del 'baño' del viernes, pero la serie está igualada de nuevo y la batalla psicológica vuelve a estar ligeramente inclinada a favor de los extremeños, que saldrán mañana sin presión al Pazo, sabiendo que, aun en el caso de derrota, habrán terminado la temporada con buena cara.

Aquí podéis leer mi crónica del partido de ayer y aquí lo que escribí un poco sobre el ambiente y lo que dijeron los entrenadores.  Me llamó especialmente la atención lo que señaló Carlos Frade tras el partido: "Si nos quieren ganar, van a tener que echarnos a patadas del pabellón". Por descontado que nadie lo interprete como una declaración violenta ni nada por el estilo. Está siendo una serie modélica en ese aspecto, sin piques sucios entre los jugadores ni declaraciones altisonantes. Pero sí expresa un poco el espíritu con que su equipo viajó ayer noche a Lugo: recuperadas las señas de identidad el domingo, toca vender carísima la derrota, despedirse de la temporada, si es así, siendo el Cáceres.

En esta línea es encomiable el esfuerzo de todos los jugadores, alguno saltando a la pista claramente lesionado como Olu Ashaolu, que se incorporará esta tarde al hotel de concentración porque esta mañana ha sido tratado de su dolencia en una pierna en Cáceres. Ahora está muy sobado este concepto de "los valores", porque suena algo engolado, pero es así: los de este equipo son absolutamente primorosos, aunque la calidad no sobre. Pero es fantástico verles en las distancias cortas, cómo se apoyan todos a todos, cómo se entregan, cómo disfrutan de su profesión.

A nivel personal, voy a contar una cosilla: mañana es mi cumpleaños. 39 ya. En fin, lo malo no es cumplir uno más, sino saber que queda uno menos. Además, dicen que los 40 son los nuevos 30. Creo que será la primera vez en mi vida que me pillará este día fuera de casa, pero estaré encantado de que eso pase mientras os intento contar mi visión de lo que sucede, disfrutando de mi profesión y de mi papel en este tinglado del baloncesto cacereño. Si ya es con una victoria, mejor que mejor.

Esta noche intentaré daros una última hora desde el hotel.

domingo, 5 de mayo de 2013

Recomponerse o decir adiós

Ya sabéis, esta tarde, Cáceres-Breogán, 19.00 horas. Me gustaría ver a todo el mundo allí, pero me temo que, dentro de esta ciudad ciclotímica, toca un poco de pesimismo. La verdad es que lo del viernes, ese 52-74 tan significativo en dígitos y en sensaciones, nos hemos quedado todos un poco 'chof'. Sin embargo, nada está perdido todavía. Hay que ir a por el cuarto partido y forzar el quinto, que sería el martes.

Quizás hayamos vivido un poco en una burbuja en los últimos días. Los que vimos los dos primeros encuentros (no sé si lo de Febtv cuenta) teníamos la idea de que el Cáceres estaba siendo superior. O incluso muy superior. Lo digo a nivel táctico, de juego en sí, incluso en el segundo partido, cuando solamente una racha increíble de triples (algunos desde 8 metros) y una mayor implicación en el rebote del Breo igualó la eliminatoria.

El equipo de Frade parecía ir por delante: utilizaba a un mayor número de jugadores, estaba más seguro de lo que hacía, dependía mucho menos de individualidades concretas. Error, claro. Se nos olvidó que, a la hora de acudir al mercado el pasado verano, el Breogán eligió primero a gente como Michel Diouf, Anthony Winchester o Manu Gómez. Hasta Roeland Schaftenaar es un tipo muy 'sello Frade' que casi seguro es superior a Josh Duinker. Además, mantuvo a piezas claramente útiles para esta categoría como Sean Ogirri.

¿Los partidos los ganan los mejores jugadores o los mejores equipos? Durante unos días pensamos que lo segundo. El problema es que el Cáceres dejó de ser un equipo el viernes y con esa mosca detrás de la oreja estamos ahora. Si un grupo que tiene por bandera el orden y el esfuerzo lo pierde, ocurre lo que ocurre. Pero ya digo que todavía se puede confiar.

domingo, 28 de abril de 2013

Lugo night


Un trozo de la redacción de deportes del Extremadura.
Sigo en la mesa-camilla que hay en la habitación. Os voy a poner una foto porque es curioso. Yo creo que es la primera que veo en un hotel. Me viene fantástico, eh. Miro por la ventana y el cielo está encapotado. Por lo visto ha nevado otro ratito esta mañana, a eso de las 9.00, pero yo estaba todavía sobando.

Aclaro (por si esto lo está leyendo mi mujer) que la noche de Lugo fue bastante intensa, pero no excesivamente etílica. Traducido: me bebí tres Barcelós (nada que ver con Jonathan, el ex de Plasencia). Fueron bastante espaciados y me sentaron hasta bien. Estuvo excelentemente acompañado por dos lucenses a los que he conocido 'en vivo' durante estos días: Javier Muñoz y su prima, Patricia Muñoz, con los que había tenido contacto a través de Twitter anteriormente. Se suele rajar bastante sobre la 'ley de la selva' que son muchas veces las redes sociales, pero también te permiten momentos chulos como éste.

Con Javi y Patri.
Javi y Patri me llevaron a comer pulpo a una pulpería, como por otra parte era lógico. Es como cuando nosotros llevamos a la gente de Cáceres a comer jamón al Mesón San Juan (espero que tras esta publicidad gratuita, Rafa se estire). También cayeron unas estupendas zamburiñas y un estupendo churrasco. Todo genial, sobre todo la conversación. Javier es el entrenador del Durán Maquinaria Ensino de la Liga Femenina 2 y hace poco estuvo en nuestra ciudad en la fase de ascenso. Su prima también ha estado muy vinculada al basket local y disfrutamos mucho contrastando nuestros 'micro cosmos'. Saqué la conclusión de que Lugo es bastante parecida a Cáceres: con encanto y personalidad propia, aunque algo cainita.

Pulpo de ficción (otro chiste tonto).
Tras la pulpería, un par de sitios de copas muy bien montados, dentro de la zona de la impresionante muralla romana: la Fundación y el Comic. Patri se retiró a mitad de la película y seguí con Javier, que me dio la impresión de que conocía a todo el mundo. El momento surrealista fue que, entre sitio y sitio, nos pilló una pequeña nevada. No cuajó, claro, pero para uno de Cáceres, donde nieva cada diez años, le impacta que esto le ocurra un 27 de abril. Raro, raro, raro.

Es estupendo que en el hotel no haya tenido que desalojar la habitación después de las 12.00. La de anoche fue mi última aquí, ya que volveré a Cáceres tras el partido de esta tarde (19.00). Os dejo las dos informaciones que he publicado hoy en el periódico: la previa y un reportaje adjunto.

No se aprecia bien, pero juro que nevaba.
Quizás me asome un ratito ahora a la ciudad. El equipo está normal, tranquilo, tras una leve sesión de tiro esta mañana. Tengo buenas vibraciones, aunque la victoria del viernes permite que una hipotética derrota de hoy no sea desde luego (desde Lugo, jaja) un drama. Sí, ya lo dejo.

sábado, 27 de abril de 2013

Dentro de 24 horas...

Los jugadores observan un montaje de vídeo en
pleno entrenamiento.
Las nueve y pico. Me imagino que dentro de exactamente un día estaré como un loco delante de este portátil. Si es para contar un 0-2, perfecto. Perfeeeecto, que dicen aquí con ese pegadizo acento de la tierra. Casi al rato estaré de camino de vuelta a Cáceres y seguro que sentiré que el 'finde' ha pasado volando. Y estará bien volver a casa.

Tengo un momento de paréntesis ahora. Ya he enviado los textos y las fotos del día y dispongo de un ratito para relajarme un poco a la espera de que me venga a recoger Javier Muñoz, el entrenador del Ensino Lugo con el que me daré una vuelta por la ciudad, empezando por la cena. A ver dónde me lleva porque la verdad es que he tenido poca oportunidad de conocer esto. Desde la ventana del hotel y en el camino del pabellón parece bastante maja, un poco al estilo Cáceres salvando las distancias, claro. A ver qué hay dentro de la famosa muralla romana, porque el hotel está en la zona más nueva, a unos 15 minutos del pabellón andando.

Nguema y José Medina.
Lo que me ha desconcertado del día ha sido el clima: sol, lluvia, nublado... alternativamente y sin mucha transición. Pero el momento surrealista ha sido a eso de las ocho y pico, cuando se ha puesto a nevar durante cinco minutos. Por lo visto, ni los de aquí lo entienden muy bien.

¿Basket? Pues mis vibraciones desde aquí son estupendas. El equipo está enchufadísimo para venirse mañana con un 0-2, pero el primer error sería pensar que ese camino está ni mínimamente andado. Si algo distingue a esta gente es su intensidad, su entrega, y creerse ahora algo que no eres resultaría un absurdo. Pero vi a Breogán muy nervioso ayer y es una sensación con la que tendrán que combatir también mañana.

En fin, se acaba el paréntesis. Toca asomarse ahí fuera, aunque haya relámpagos...