Conteniendo el aliento



 Vaya semanita, ¿no? Y mañana a estas horas sabremos si el Cáceres Creativa ha perdido su octavo partido consecutivo o se ha dado un respiro importante ganando al Tarragona, lo que supondría al menos meterse en los "playoffs". Parece poco consuelo para un equipo que hace nada estaba en el Top 4 de la liga, pero que se ha ido deshilachando sin que ninguno acabásemos de dar con la clave para pararlo. Cada vez que el equipo podía levantar un poco la cabeza dentro de una dinámica de indudable mal juego llegaba una lesión de un hombre importante (primero Ryan y luego Cherry) y a eso es difícil abstraerse. Estos problemas físicos no pueden servir como justificación para todo, pero tampoco deben olvidarse.

Esta semana se ha hablado poco de basket y mucho de medicina. No muy lógico, ¿verdad? La guerra abierta entre Maynar y Aranzana se venía larvando desde hace mucho mucho tiempo, en una galaxia muy lejana. Ya tuvieron algunos desencuentros la pasada temporada, primero con la lesión de Gio Dedas y luego con que si el médico no viajó a Burgos en el "playoff". Pero el clima entonces era más o menos respirable. En verano se sentaron todas las partes y pactaron empezar a trabajar de otra manera, con más voluntad de entendimiento. Casi empezar de cero.

Pensaréis que no me mojo, pero no diré quién tiene la razón. Ni tengo suficientes elementos de juicio, no soy entrenador ni médico y no es mi función ir repartiendo verdades absolutas. No ha podido ser algo que "ya olía" y ha estallado en el peor momento, pero seguramente también porque es el peor momento. Nada de esto hubiese salido si el equipo hubiese ido ganando más o menos los partidos. Todos hubiesen tapado las cosas de todos, como ocurría cuando el barco iba con buen rumbo.

Todo el ruido (los temas de McCoy, Cherry, la última lesión de Humphrey) tiene una doble lectura según quién te la cuente. En el fondo, el divorcio es lo mejor para las dos partes, porque no se puede trabajar cuando existe profunda desconfianza entre personas, una tensión insana. Supongo que es algo que veréis en vuestros trabajos. La directiva le ha ofrecido a Gustavo la cabeza de Maynar (como según parece anteriormente le ofreció la de McCoy, y renunció a ella "para no hipotecar al club") y la ha aceptado, pensando que el clima interior mejoraría.

Sí que me ha parecido muy llamativo y casi surrealista que Maynar acudiese esta mañana a la rueda de prensa en la que Gustavo supuestamente iba a responder de unas acusaciones durísimas, algo que finalmente no ha hecho con la idea de no echarle más gasolina al fuego y de que lo importante es el partido de mañana. Pero la espinita (espinaza, qué carajo) la tiene muy clavada dentro el entrenador y ha jurado y ha prometido que el día siguiente a que termine la temporada, hablará sobre esto largo y tendido. Le veo algo "tocado". Bastante, diría yo, pero con ganas de sacar esto adelante. No le están saliendo las cosas, pero me parece un buen tío.

Maynar se ha sentido el "chivo expiatorio" y no le tiene miedo a nada. "No se calla ni debajo del agua", dicen los que le conocen íntimamente. Por las veces que su nombre ha estado relacionado en los medios con el dopaje (hay que recordar, como siempre, que ningún deportista suyo ha dado positivo y que fue absuelto de la muerte del ciclista Bruno Neves en Portugal) está acostumbrado a defenderse con uñas y dientes, de forma contundente. Es lo que ha hecho ahora, dolido en su orgullo profesional. Hay quien le ha pedido que, si tan hombre de club se sentía (no hay que olvidar que ha sido el único médico de los dos equipos, el extinto CCB y el actual, desde 1998), no saliese con este tipo de jaleos ahora.

En fin, veremos qué pasa y si esto pasa factura por la distracción o supone más bien un revulsivo. Yo auguro victoria mañana de una vez por todas. Un equipo con tantos jugadores buenos no puede perder tanto.

PD: Sí, el que aparece en la foto soy yo, de espaldas, y absteneos de comentarios que aludan a que se me ve el "cartón" porque los eliminaré. Compré en Boston en plan frikada esa camiseta de los Red Sox de beisbol (un deporte que me la pela, la verdad) porque aparecía mi apellido en ella por un dominicano muy exitoso llamado David Ortiz.