martes, 25 de mayo de 2010
Claves para el momento clave de la temporada 2010-11: AHORA
Muchos estaremos de acuerdo en que ahora, en estos días aparentemente plácidos de mayo y junio, aún con los últimos partidos de la temporada recientes y mirando al mismo tiempo lo que hacen los que quedan en competición, es cuando se está jugando buena parte de la suerte que se vaya a tener en la próxima campaña. Y eso que faltan casi cuatro meses para que el balón vuelva a volar…
Es el momento de los vídeos, de las negociaciones, de los tira y afloja, de dar en el clavo con la planificación de la próxima plantilla. En el Cáceres 2016 lo tienen claro y ahí andan, trabajando sordamente para dar en el clavo, porque ya sabemos por experiencia lejana y reciente que si se falla ahora, luego ya es difícil rectificar y se nada contra corriente. No siempre hay un Kenny Green o un Carlos Cherry que te cambie el rumbo abruptamente. Aquí van unas claves para seguir de cerca lo que ocurra en las próximas semanas.
--Dinero. Todo en la vida empieza y termina con esta palabra que todos odiamos, pero sin la que resulta imposible poner un pie en la calle. En cuanto al Cáceres, tiene bastante buena pinta. Y no porque vaya a tener mucho, sino porque todo indica que va a conseguir mantenerse más o menos con lo mismo con lo que contaba la temporada pasada, lo cual en estos tiempos de crisis (también en el baloncesto, of course) es importantísimo. Las instituciones dan por bien empleado lo que invierten/gastan (que cada uno lo llame como quiera) en este proyecto, que ha demostrado una seriedad bastante mayor que la de los tiempos más oscuros en la ACB (también es más fácil pagar una nómina de 10 millones que una de 30, todo hay que decirlo). Y luego en cuanto a apoyo popular, siempre creo que va a estar ahí más o menos, unos 2.000 fieles que se divierten o sufren con lo que se les da y unos 1.000 o 1.500 de “afición flotante” que miran de reojo lo que pasa y que no descartan volver.
--Filosofía. Si yo ahora escribo que Aranzana es un “amarrategui”, alguien lo va a tomar mal. Y sin razón. Pero lo es, y lo va a ser también fichando. Quizás el término, que no sé quién lo acuñó exactamente pero que parece ligado a aquel entrenador de fútbol que tanto gustaba de poner autobuses bajo su portería, José María Maguregui, haya acabado siendo despectivo. Pero en el caso de Gustavo le define bien como persona y como profesional del deporte: es una persona prudente, tranquila (nada que ver con la foto, por cierto), a la que no le gustan los riesgos, que adora ir a lo seguro, caminar por sendas que ya ha transitado. Seguramente no sea el mejor compañero para hacer “puenting” ni para ir en busca del arca perdida, pero sí puede ser alguien que va a dar pasos firmes y racionales a la hora de acudir al mercado. No va a haber experimentos. Quiere jugadores que conozcan la categoría, sobre los que sepa cómo respiran a las buenas y a las malas.
--Objetivos. La cosa es ¿qué queremos del Cáceres 2016 y qué puede darnos? Creo que ahora el club está en una posición bastante buena en este sentido: nadie en su sano juicio puede pedirle un ascenso porque es evidente con las condiciones actuales que no podría hacerlo efectivo. Y esa presión ya te la has quitado. Pero sí se está quedando en muy situación favorable para ser un fijo de los “playoffs” (por los motivos económicos explicados ahí arriba y porque la “filosofía de la experiencia” muchas veces da resultados) y hacer disfrutar a su gente de temporadas en los que el baloncesto sea lo principal con un buen barniz de victorias.
--Nombres, nombres. Al lío. Creo que Carlos Cherry renovará y que, con su preponderancia sobre el juego, hará que el papel de Perico Sala, cuyo contrato se prolongó automáticamente por entrar en los “playoffs”, sea tan poco relevante como el de la última campaña. Quizás no está ya en su mejor momento profesional y que lo ideal a lo mejor hubiese sido alguien más joven y de proyección, pero tampoco creo que vaya a ser algo decisivo. Cherry se lo comerá todo. Y por eso sería un buen palo que no siguiese.
Con Francis Sánchez y Lucio Angulo están ocupados ya buena parte de los minutos de los aleros. Con el malagueño habrá que intentar que su reciente “romance” con la grada se prolongue, algo que tiene asegurado al aragonés, al que auguro menos protagonismo por aquello de la edad. Ya se vio que llegó fundido al “playoff” ante Burgos.
Ahí entra Xavi Forcada, al que parece que no será fácil renovar. Tiene cierta lógica que pida un contrato mejor, pero también debe elegir bien dónde sigue desarrollando su carrera. Aquí está bien y se ha ganado la confianza de Aranzana, que no es poco. Si no se llega a un acuerdo, tampoco será una tragedia. Tomás Bellas me parece a mí que tampoco se ha salido en su aventura.
Del “cuarto hombre” pedimos todo: que tenga tiro, que pueda subir el balón, que tenga experiencia y que no sea extracomunitario, aunque podría haber sorpresas en este sentido. Va a ser una clave importante para que el equipo funcione.
Por dentro, raro será que los tres jugadores que se fichen no tengan ya minutos a cascoporro en las ligas españolas y preferentemente en la LEB Oro. Me huelo alguien tipo Taylor Coppenrath acompañando a otro que asegure las dobles figuras cada noche de viernes (Ryan Humphries style). El “prototipo Chagoyen” cuadra para el primer reserva, pero habrá que esperar. A Juan Sanguino le he visto hoy bastante confiado en seguir en una charla que hemos tenido.
Hasta aquí hemos llegado. Seguiremos opinando y/o informando.
viernes, 14 de mayo de 2010
Yo le gané a preguntas sobre basket al arquitecto del campeón de la Euroliga (o cómo tener 15 años y ser un insolente mocoso)
Estos días asistimos a una catarata de halagos al proyecto del Barcelona de baloncesto. Probablemente los mismos que hace un año sacudían a Xavi Pascual, Chichi Creus y todo lo que se moviese alrededor tras la derrota ante el CSKA en semifinales hoy les ensalzan. Pero su trabajo ha sido el mismo una temporada que la otra, sus méritos y capacidad exactamente la misma. Todo depende de que enfrente te encuentres a un Siskauskas en estado de gracia, como ocurrió aquel día, o sepas contener la reacción del Olympiacos en el tercer cuarto, como pasó el domingo. Resultadismo puro y duro, me temo.
No es este blog para hablar de Euroliga, no. Simplemente quería contar una anécdota relacionada con Creus, la mejor casi seguro que me ha sucedido en mi vida. Y eso que sucedió antes de que me empezase a dedicar al periodismo, fuente inagotable de sucesos inimaginables todos los días. Pero aquello fue insuperable. Y siempre lo recordaré con un cariño enorme. Siempre.
Sucedió en 1989, en un tórrido verano de esos en los que las únicas salidas eran esperar el petardazo anual de Perico Delgado a eso de las 4 de la tarde y soñar con que el Licor 43 con naranja en el Parque del Príncipe no te sentase excesivamente mal a las 11, justo antes de regresar a casa. Como ya he contado otras veces aquí, soy un pésimo jugador de baloncesto. Hasta mi mujer me gana en el concurso de triples del Wii Sports Resort. Pero yo por entonces soñaba con mejorar aunque fuese un poquito practicando ese deporte que me apasionaba y del que veía todos los partidos. Así es que me apunté a un campus que organizaba en Cáceres el Club Baloncesto Granollers, entonces llamado Cacaolat.
No aprendí demasiado en aquellas largas jornadas en el Municipal, actual Serrano Macayo Arena. Más bien nada, aunque al menos me ayudó a estar entretenido y a alejarme bastante de las revistas porno (bueno, quizás no tanto). La historia llega aquí: el Granollers trajo como profesores durante un par de días a Larry Boston, un veterano jugador (http://www.basketpedya.com/player/Larry-Boston/509) que nunca llegaría a estar en la ACB, y el gran Creus, que por entonces ya era uno de los mejores bases nacionales, aunque no el mito que es ahora después de todo aquello del título con Manresa.
Mi mejor momento del día era el campeonato de un prolijo trivial pursuit adaptado al basket que había regalado la revista Basket 16 aquella temporada. Poco a poco con mis enciclopédicos conocimientos (no es sarcasmo, ojo) fui eliminando rivales hasta que llegué a la final y la gané. Nada sorprendente, valga la chulería. El caso es que los monitores (entre los que estaba, por cierto, Ñete Bohigas) y mis compañeros empezaron a conocerme bajo el apelativo de “Trivial”. Quizás peyorativo, eh. No sabía ni hacer una entrada a canasta, pero sí quién era el base suplente de los Milwaukee Bucks o el segundo apellido de Sibilio. Fascinante.
El día que vino Creus, aparte de su charla y sus truquillos (ays, si el talento pudiese enseñarse…) a alguien se le ocurrió enfrentarle a “Trivial”, y no precisamente en la pista. Y, Dios mío, le gané. Aún no me lo creo, y han pasado más de 20 años. No fue una victoria holgada, eh. A veces uno habla con jugadores y no saben absolutamente nada de nombres, fechas, partidos, historia… Sólo saben meterla, o pasarla, o hacer que el otro no la meta. Y no es poco. Creus no era así. Las de baloncesto español las manejaba genial (hubo incluso alguna sobre encuentros en los que él había participado), aunque flojeaba algo en las de NBA, donde el insolente adolescente sacó ventaja.
Ocurrió. No lo soñé. Todo el mundo me felicitó. Él me llamó “Trivial” también con una gran sonrisa. Me hizo pensar (en el rato que mi cerebro estuvo libre tras pensar 23 horas y 59 minutos al día en la chica que NO me saludó en el Duque) que todo ese conocimiento quizás vacío que yo había acumulado los años anteriores podía servir para algo. Y acabó sirviendo, mirad por dónde…
El último capítulo de la anécdota se produjo unos años después. No pude evitar abordar a “Chichi” en la zona de vestuarios del V Centenario, en una de sus visitas con el TDK, y relatarle, a grandes rasgos, la película. No sé si por quedar bien, pero me dijo que se acordaba, que no era raro que me dedicase a escribir de basket.
¿Ha sido para tanto? Quizás no, pero es uno de los recuerdos más especiales de mi vida.
PD: Como premio, me regalaron el Trivial. Y aquí está todavía, lo veis.
lunes, 10 de mayo de 2010
Siempre es 10 de mayo
El 10 de mayo no es algo inmóvil que quede ahí como un ancla que impide avanzar. Es simplemente una inspiración, un recordatorio de que lo imposible puede hacerse realidad si todos estamos juntos. Cada uno tiene su propio 10 de mayo particular, hasta los que no lo vivieron. Pero ocurrió. Y sigue con nosotros para alimentarnos y hacernos sentir grandes y poderosos, eternos como el segundo que transcurrió desde que Sant Jordi soltó el balón y se depositó en el aro.
Aquí en pdf os dejo un documento curioso al respecto que quizás no hayáis leído todos: una doble página que hice en el Periódico publicada el 10 de mayo del 2007 con diez motivos para no olvidar el 10 de mayo en su decimoquinto aniversario (especialmente bueno el gráfico de mi compañero, el peculiar infógrafo Julio Regidor). No hay que olvidar que fue escrita cuando se cumplían casi dos años sin baloncesto profesional en la ciudad, con la fe de muchos erosionada por la travesía en el desierto. Sin embargo, el basket volvió, y lo hizo con fuerza. Y todos los días volvieron a ser 10 de mayo, si es que alguna vez habían dejado de serlo.
sábado, 8 de mayo de 2010
Una gran peli no tiene por qué acabar bien
jueves, 6 de mayo de 2010
Pues de momento, no, no en nuestra casa
La clave hay que buscarla en el comienzo, en que los de Aranzana salieron mucho más enchufados, quitándose de un plumazo la ansiedad de ir por detrás en el marcador, como ocurrió allí. Con las riendas y sabiendo hacer su juego de notable defensa y ataque estático "dándole el balón a los buenos" (supongo que se reduce a algo más que eso...), la eliminatoria empezó a cambiar de signo, algo que hay que refrendar mañana. Lo de ayer obliga a ser optimista, sobre todo si los pívots siguen siendo importantes en el partido (es muy difícil ganar solo con juego exterior) y se hace valer el factor campo con unas gradas más pobladas.
Ahí quería llegar yo: hubo más ruido que nunca (geniales los que estuvieron), pero también menos gente de lo habitual. Y eso deja algo tocado, porque... ¿todo el año esperando los playoffs para que vaya menos gente que ante el Cornellá? No sé, mucho Mallorca-Madrid y mucho 2-0, pero algo ha ocurrido por el camino para que ni siquiera todos los socios comprasen su entrada. Esperemos que el viernes esto se corrija.
¿Volveremos a Burgos? Me "paice" que a poco que el partido de mañana se parezca un poco al de ayer, sí. Pero sospecho que no será tan fácil.
martes, 4 de mayo de 2010
Los méritos de Burgos
domingo, 2 de mayo de 2010
Actualización "on the road"
Cuestión de personalidad. El equipo no la tuvo y la tuvo. Creo que han salido demasiado impresionados por el ambiente, que me he pasado todo el fin de semana diciendo que era fuerte, pero correcto, correctísimo. Estoy seguro que casi todos han jugado en canchas más duras, aunque a algunos se les nota más que a otros. Hay un desgaste psicológico grande cuando durante todo el tiempo te ves por detrás en el marcador, remando contra la corriente. Ahí es donde entra el “sí la tuvo”: los jugadores supieron rehacerse las dos veces y volver a meterse en el partido. Pero no fue suficiente.
El alma es Cherry. Para mí, el nombre propio de los dos primeros partidos. El tipo que cambió el espíritu del Cáceres 2016 esta temporada ha estado bastante descentrado estos tres días, aunque me aseguran que también torturado por algunos problemas físicos. Chris Hernández le fundió el viernes, él se inmoló el sábado y hoy la cosa ha sido más bien “light”, porque no ha tenido peso en el partido, que es lo peor que le puede pasar a una “prima donna” como él.
Los chicos de dentro… Entre Taggart, Berzins y Naymick no suman 70 años. Van a estar en el centro del debate estos tres días por sus flojas aportaciones, que en ninguno de los casos han superado los 10 puntos en los dos partidos. Y no solo eso, sino que además no han parado a los rivales. El primer día, a Anagonye, y el segundo, a Peter Lorant. Es decir, a uno que solo mete desde abajo y a otro que le encanta tirar desde fuera. Quizás estaban impresionados por un ambiente que no se parece al de la liga regular, o cansados por jugar dos partidos tan seguidos. Pero se les necesita, porque cifrar los partidos a la lotería del tiro exterior no es sano.
Lucio Forcada, Xavi Angulo. Qué dos tipos, qué carácter tienen, cómo saben sobreponerse a las dificultades. Hasta cuando se equivocan, enamoran, porque nunca dan un balón por perdido, nunca renuncian a ser golpeados por los rivales, juegan con pasión y entusiasmo. He mezclado sus dos nombres porque me parecen clónicos, por mucho que uno sea un chaval con toda la carrera por hacer y el otro esté de vuelta en el buen sentido. Deben estar aprendiendo mucho el uno del otro en los entrenamientos.
¿El arbitraje? Sí, pero… ¿Qué esperábamos? ¿Un arbitraje que barriese para Cáceres? No. Los “playoffs” son así: cuando hay duda, balón para el de casa, que para eso se ha ganado el factor pista. Y cuando la cosa se relaje y el marcador se dispare en contra, momento de compensar a favor del de fuera, que esto se merece un final igualado. Ya veremos el miércoles, porque tampoco creo que el Burgos sea la caña a nivel federativo y le tengan que poner en bandeja el 3-0. No. No. No.
Se acaba la batería del portátil y no tengo dónde enchufarlo, pero ahí queda básicamente lo que siento ahora. Hasta pronto. Ya no llueve.