En todos los equipos hay uno. O debería haberlo. Ya sabéis: el "currito" picapedrero que no hace más que dejarse la piel, no protestar y, de cuando en cuando, ejercer de estrella invitada dejando a todo el mundo boquiabierto. En este Cáceres 2016 no hay que pensar ni un segundo para encontrarlo: Xavi Forcada.
El otro día cometí la indiscreción de contarlo en el reportaje que escribí sobre él en el periódico. Resulta que le llamo y lo primero que suelta el tío, en vez de "¿Hola?" "¿Quién es?" o algo así, es "¿Dígamelón?". El tipo solo tiene 20 años, pero ha captado la broma retro que viene de uno de los míticos especiales de fin de año de Martes y 13. Aquí dejo el enlace. Hace poco, en esa serie tan fantástica que es Qué vida más triste, mi ídolo Borja Pérez también lo hacía.
La verdad es que me descolocó un poco. Nunca había empezado una entrevista así, porque que conste que ni le conozco personalmente ni mucho menos podía saber que le llamábamos del periódico. Pero ya enternece que haya gente tan desenfadada en este mundo. Claro que todo era un síntoma porque unas horas antes, el jugador se había marcado ese clásico partidazo que de vez en cuando les sale a los picapedreros, pero jope...
18.000 lecturas positivas, como cuando se gana: qué buena aportación de la segunda unidad, cómo se va recuperando a gente que parecía cadavérica (Alex González, sobre todo), qué carácter del equipo cuando la cosa se puso chunga... Sí, podríamos hablar del anoréxico rebote --el problema obvio es que Naymick y Holcomb van demasiado al tapón y pierden la posición-- y demás mandangas, pero dejémosles que disfruten un poquito de las victorias, ¿no?
Forcada me recuerda enormemente jugando a Iñaki Rodríguez, aquel alero vasco --bueno, de Donosti-- que tuvo el Cáceres CB en las temporadas 93-94 (la del quinto puesto) y 94-95 (la de la semifinal Korac). Era un tipo abnegado, especialista defensivo y que podía meter desde 4-5 metros si estaba más o menos desmarcado.
No gozó de mucho protagonismo (era difícil compitiendo con Nebojsa Ilic, Enrique Fernández --con el que había coincidido en el Mayoral Maristas--, Paraíso o Reyes), pero siempre que salió, cumplió sin dar el cante. Como me encanta la basketpedya, aquí tenéis el link para que reviséis sus numeritos. Y tuvo algún minuto de gloria, sobre todo en competición europea. Era un gran perro de presa, un poco lo que se espera ahora también de Forcada, que está claro que no siempre tendrá la inspiración suprema de los 13 puntos y 5 asistencias (toma ya) del otro día.
No sé qué exactamente qué fue de Iñaki, cuyo fabuloso segundo apellido es Erauncetamurguil. En el 95 era aún joven (28), pero sólo jugó un añito más creo que en Cantabria y después se retiró. Al parecer, su familia era bastante de pasta, con negocios relacionados con la joyería.
Mirando un poco hacia atrás, ese mismo papel también lo ocuparían posteriormente gente como Miguel Angel Cabral, Carlos Montes o Ariel Eslava, aunque ya digo que el parecido entre Forcada y Rodríguez me parece el más adecuado. Siempre se necesita personal así.