Es un momento complicadillo, ¿verdad? La sensación hoy en Prat no ha sido excesivamente buena y los otros resultados incluso hacen que el puesto en el "play off" de ascenso no esté todavía asegurado, por mucho que durante algún tiempo hayamos tenido la impresión de que sí. No sé, quizás es un poco culpa de todos haber creado un clima de cierta relajación, de pensar que había que guardarse un poco para esa eliminatoria intermedia. Seguramente el equipo amarre alguno de los partidos que quedan y esto sólo quede en una situación incómoda, pero que de momento está ahí.
Yo pediría un poco de crédito para esta gente, y mira que con lo de la tele he cogido un poco de fama de negativo y crítico (va por épocas, no es la primera vez en mi carrera periodística). Me refiero a que hay que darle un margen de confianza a una plantilla y un cuerpo técnico que se ha levantado admirablemente cuando estaba entre la basura. No se pueden admitir derrotismos cuando se han perdido únicamente tres partidos en toda la segunda vuelta, todos ellos fuera. Y claro que escuece perder (y cómo se ha hecho) ante el Prat, pero hay que ser prudentes y no pasar ahora al otro extremo. Si el equipo recupera las sensaciones y cierta frescura, dará la razón a los que pensamos que puede hacer todavía algo grande. Grandísimo. Hay que esperar antes de ponerse ácidos, porque no es lo mismo hacerlo con un equipo que va abajo y ha hecho varias veces seguidas el ridículo (el Pozuelo Team, sin ir más lejos) que hacerlo con los que hace cuatro días estaban ganando su octavo partido seguido.
Es lo que intentaba explicar hoy en la retransmisión, aunque, claro, hay que currar cuanto antes para despejar las dudas. De todos modos, y sigo autocitándome, lo de la tele ha revolucionado lo que puedan pensar los aficionados sobre su equipo cuando va fuera: ahora cada uno saca su juicio personal sobre lo que se hace con conocimiento de causa, habiendo visto todo. Y eso es un tesoro, ¿verdad?
Completaré esta entrada ampliando algo que alguno desconoceréis y que también he apuntado: Joffre Lleal, el jugador del Prat y verdinegro durante los dos últimos años en ACB, jugó contra el Cáceres CB ¡¡¡en la temporada del ascenso a la ACB, la 91-92!!! Ahí arriba lo tenéis, con el número 15 del Monte Huelva. Han pasado 16 años de aquello y como es lógico es un caso único en la categoría. Aunque sus mejores tiempos pasaron (campeón y jugador más valioso de la liga portuguesa), aún vemos que puede ser un útil para la LEB Plata. Este verano cumplirá los 37. En Huelva apareció llegado desde su ciudad natal, Badalona, donde se formó en el Sant Josep. Luego llegaría a debutar con el Joventut en ACB.
Debía ser aquel Joffre un chico impetuoso. Cuentan que tuvo algún problema disciplinario. Y de hecho, en uno de los partidos que jugó contra el Cáceres acabó llegando a las manos con Gabriel Abrines, que mira que era un tío tranquilo. No era un gran equipo aquel Huelva, pero tenía la particularidad de que seis jugadores eran de su cantera. Antonio Márquez y Cristóbal Rojas se repartían la dirección de juego, Luis Blanco (ex Caja de Ronda) y el uruguayo Quique López Vilas eran los principales aleros y por dentro Pepón Artiles --uno de los mejores jugadores de aquella Primera-- y Tom Gneiting --el típico pívot blanco de gran capacidad reboteadora, aunque algo cortito en ataque-- partían el bacalao. Ahora pasan un momento triste por los temas económicos, algo que recuerda claramente a lo de aquí.
Un pequeño buceo en la hemeroteca me dice que en la primera vuelta (octubre del 91), Joffre jugó siete minutos y anotó dos puntos en el triunfo del Huelva ante el Cáceres (70-60), en el que sólo rebasaron los diez puntos Okac (14), Roberto Gómez (10) y Felipe García (15). En la segunda vuelta, ya en enero del 92, los de Martín Fariñas se cogieron bien la revancha: 106-87 con 27 puntos (y 5 tapones) de Okac, 17 de Roberto, 15 de Benedé, 14 de Abrines y 11 de Felipe García. "Al Yufra" (pronúnciese con acentillo catalán): seis minutos y dos puntitos.
Su etapa en el Cáceres no fue excesivamente feliz. O al menos a mí no me gustó. Trasladar todos los recursos ofensivos que acreditó en Portugal no era sencillo en una liga mucho más fuerte y además hacerlo en un equipo en decadencia "post Paraíso". Alfred Julbe pensaba que podía ser un jugador importante en la ACB y se equivocó. Al final, los dos acabaron peleados porque el jugador no quiso operarse de una historia que, según el entrenador, hubiese mejorado su rendimiento. Por cierto que Alfredo le entrenó siendo un niño en el Sant Josep. Lo malo es que había firmado dos años y Hussein "tuvo que comérselo", a pesar de que no le gustaba nada. Al final de la temporada del descenso acabó jugando muchísimos minutos (sólo estaban Beechum, Eslava y él de aleros) y al menos demostró el coraje de no esconderse en muchos momentos importantes, en los finales de los partidos... aunque en alguno que otro falló lamentablemente. Recuerdo pocos jugadores tan propensos a hacer faltas en ataque.
A nivel personal sí me parecía un tío salao (una cosa no quita la otra, claro), al igual que su mujer, la pívot Meritxell Salvador, que acabó jugando en aquel Don Frío que disputó la fase de ascenso. Tengo dudas, pero creo que ella era más alta que él (1,96 por 1,94). Lo mismo es el único jugador profesional de baloncesto al que le sucede esto.